❝ ACABA CON TUS JUEGOS O HABRÁ GRANDES PROBLEMAS ❞
個新
donde sandara siempre
hace de su vida un
escándalo y al mismo
tiempo termina
enamorando a
han seojun
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OO1. tucusito llevame a cortar flores
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LOS HERMANOS LOU NO SABÍAN DE DONDE COLGARSE, realmente no sabían si debían reír, llorar o incluso pelearse entre ellos hasta que sus pensamientos sobre la inmortalidad del cangrejo se ajustaran a la realidad de su situación. No era fácil, los dos mellizos eran conscientes de que eran difíciles de aguantar, pero ¿dejar tu país natal por uno en el que ni siquiera sabes dónde está ubicado en el mapa del mundo?
Es que no
Su progenitora se lo había puesto difícil. Lo poco que Sandara recordaba de sus días en la escuela era que en las clases de Geografía General nunca se mencionaban tales exageraciones. No debía creerse demasiado de sus palabras; nunca se esforzó mucho en estudiar y, hasta el día de hoy, se preguntaba cómo había logrado graduarse de bachiller.
Ahora, en medio de la oscuridad de la noche, la pequeña lámpara recargable iluminaba lo mejor que podía la sala de estar.. Apenas habían pasado tres horas y seguían esperando a que regresara la luz.
Bueno, corrigiendo eso, sí le daba por volver.
Finalmente logró completar su baño gracias al agua almacenada en unos botellones. Lo cómico fue que la sensación de limpieza apenas duró un instante. Ahí estaba, tirada en el mueble, sufriendo un calor insoportable y anhelando desesperadamente una brisa refrescante. Para empeorar las cosas, los mosquitos se habían convertido en una verdadera orquesta.
En el otro lado de la habitación estaba Kai, a diferencia de su hermana, estaba intentando dormirse o incluso morir (no importaba cuál llegara primero). Estaba sufriendo por no tener batería en su teléfono. Y para empeorar las cosas, Gabriela no lo dejaba salir a la calle.
──Mami, hablando cómo los locos, ¿porqué nunca te compraste una planta eléctrica? Es que ni pal' local pensaste en comprar una chiquitica──le dijo su hijo mayor, entre curioso y aburrido. No podía con su alma.──Tanta falta que hace...
──Bueno, dame la plata pues──le respondió ella sin apartar la mirada de su móvil.──Yo no tengo, pero si me piensas dar chévere¹ por mi. Con gusto te compro esa vaina para que termines de quedarte ciego en tu celular de una vez por todas.
Kaison deseó haberse callado por primera vez en su vida, estaba claro que su mamá seguía enojada de alguna forma. Su abuelo, a pesar de tener la mirada perdida gracias al efecto del alcohol, le hizo una seña para que cerrara la boca por mil años, sí no era mucha molestia.
El adulto rara vez se veía contento, pero hoy superaba su propio récord de impaciencia.
Tan lindo
Gabriela anunció, interrumpiendo el silencio: ──Estoy hablando con su tía──Suspiró mirando con compasión a sus muchachos. A veces podía tratarlos un poco mal, pero se estresaba fácilmente──. Sé lo difícil que es, yo pasé por lo mismo cuando mi viejo nos sacó de Taiwán hasta acá. Ustedes pueden no querer aceptarlo, pero véanlo cómo una oportunidad, mis niños. Están perdiendo su juventud en un país gobernado por locos y no me parece bien.
