❝ ACABA CON TUS JUEGOS O HABRÁ GRANDES PROBLEMAS ❞
個新
donde sandara siempre
hace de su vida un
escándalo y al mismo
tiempo termina
enamorando a
han seojun
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OO6.que chinga su madre el cumpleañero.
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EL FIN DE SEMANA PARA LOS MELLIZOS ACOSTA de comenzar su fin de semana. Apenas pusieron un pie en su departamento, lo primero que hicieron fue patear y revolcar sus uniformes, dejándolos en la cocina a la espera de que Raquel se encontrara con esa sorpresa. Según su excusa, los mellizos creían que debería estar agradecida por ganar su confianza en solo semanas. Y ¿qué mejor forma de expresarlo que dándole la indirecta de lavar sus uniformes?
No podía existir otra tan genial
──Solo por preguntar──interrogó la pelimiel sentándose en la encimera entrecerrando sus ojos.──¿Se andan revelando?──señaló la ropa──, no voy a mentir, la adolescencia es la cagada personificada, van a pasar por cambios, las ganas de morir van hacer gratis todo el tiempo ¡Tampoco quiere decir que se aloquen!──advirtió señalando a los dos seres frente a ella──. ¿De qué andaba hablando yo? Me perdí.
La otra chica se río por lo dicho:──Tía, tenemos dieciocho. Muy tarde pa' esa charla. Aquí existe unos adultos hechos y derechos──sin más, la pelo largo cambio de Bob Esponja a Pocoyo, su mellizo le dio señales de dejar dicho programa.──Bueno, de Kaison no prometo nada. Coger burras es su naturaleza.
Raquel no pudo evitar explotar en carcajadas. El chico por su parte tomo entre sus dedos el puente de su nariz pensando sí ahogarse con un cojín o arrojarselo a su hermana.
──Uff, hablando de eso, me dieron ganas de perder mi bolso en un taxi──dijo en tono irónico, refiriéndose a la chica──. Y para más sazón, recordarme el día siguiente antes de ir a clases
──Ay, eso fue culpa tuya.
──Repito, ¿quién es y por qué esta vez no fui yo?
──¿Ya dejaron de humillarse?──se divirtió la mayor, haciendo señas para que se calmaran y juntando sus manos en un gesto pensativo──. Deberían dejar de decir tonterías, al menos no fui yo quién se iba ahogando en una piscina para niños a los doce años por jugar al tiburón──sonrió victoriosa.
──En realidad, estábamos jugando a crear un tornado con el agua──corrigió Sandara antes de prestarle atención al televisor.
Tanto el sábado como el domingo los tres hicieron todo lo que un adolescente de hoy gastaría su preciado tiempo: respirar, comer, ver película, dormir hasta decir basta y ser testigo de Kai siendo el enemigo número uno del ramen picante.
A excepción de eso, en general, el fin de semana había sido admirable y, como siempre, el lunes volvía a establecerse. Apenas terminó de arreglarse, la pálida recibió un mensaje de Soobin en el que prácticamente la obligaba a esperarla en su parada hasta que llegara. Aunque le costara amanecer muerta, ni siquiera se dignó a decir que no. La chica de ascendencia taiwanesa aceptó sin rechistar de todos modos, no tanto por temer lo que su amiga pudiera hacerle, sino más bien por gusto. Después de todo, era su amiga y estaba dispuesta a ser la famosa "tercera rueda" en una cita.
