¡ siete !

834 158 34
                                    

¡ 𝗿𝗮𝘇𝗼́𝗻 𝟳 !
❝ 𝙨𝙪 𝙖𝙗𝙪𝙚𝙡𝙖 𝙖𝙥𝙧𝙚𝙩𝙖 𝙢𝙪𝙮 𝙛𝙪𝙚𝙧𝙩𝙚 𝙢𝙞𝙨 𝙢𝙚𝙟𝙞𝙡𝙡𝙖𝙨 ❞


Felix había invitado a Minho a su hogar un sábado en la tarde. Había estado atendiendo clases de cocina y siempre le contaba sobre eso a su mejor amigo, por eso, decidió invitarlo a probar una de las recetas que mejor lograba preparar, brownies.

Por eso, Minho quiso de alguna forma u otra, también impresionar a Felix. Motivo por el cual pasó toda la mañana del sábado preparando smoothies para que ambos pudiesen compartir. Se encargó de que se vean adorables y tentadores, y de verdad quería que fuesen igual de deliciosos. Imaginaba una escena en la que Felix escupía en su rostro la bebida, diciendo que era tan fea, que ni siquiera podía tenerla en su boca. 

Minho quiso llorar, él quería parecerle genial a Felix.

La tarde llegó con rapidez, y luego de vestirse bonito —o al menos así lo había llamado su tía al cruzárselo en el parque camino a la casa de su mejor amigo—, salió de su hogar. Caminaba a pasos largos y rápidos, pero tomaba el camino más largo que podía. Sentía muchas ansias por llegar, pero al mismo tiempo, quería tardar lo suficiente como para poder hacerse la idea de que probaría los brownies de Felix, su adorado mejor amigo.

Al rato, para su —mala— suerte, había llegado a la casa de Lee. Tocó el timbre nervioso, mirando sus manos sostener los vasos de acrílico transparente con las bebidas que había preparado. Esperaba encontrarse con la figura pequeña y apachuchable de su mejor amigo, pero a diferencia de eso, una mujer mayor, con cabello gris y arrugas en sus ojos apareció frente a él.

—Hola...

—¡Ay! Debés ser Minho, ¿no? El amigo de Lixie —dijo con emoción, sonriéndole al rubio—. Felix está terminando de cocinar, ¿querés pasar? 

El muchacho asintió, un tanto abrumado por tal recibimiento.

—¡Felix! —gritó la mujer, cerrando la puerta cuando Minho entró a la casa— Tu amigo llegó, invitalo a pasar.

—Honnie, hola —saludó Felix, apareciendo por la puerta de la cocina mientras secaba sus manos con un repasador—. ¿Llegaste bien?

—Sí, gracias...

—¿Qué es eso? —preguntó, señalando con un movimiento de cabeza los vasos en las manos de su mejor amigo.

—Oh, esto. Hice smoothies.

Sonrió tímidamente, y antes de que Felix siquiera pudiese llegar a decir algo, sintió como sus mejillas eran apretadas con fuerza. Pensó que, si en algún momento visitaba a Felix como su novio, la amable ancianita apretaría sus mejillas con tanta fuerza que terminaría por arrancárselas. ¡Él no podía enamorarse de Felix y quedarse sin mejillas!

—¡Qué nene tan tierno!

—Tengo diecisiete años...

—¡Es un amor, Lixie!

El nombrado sonrió.

—Está bien, abuela. A Minho no le gusta mucho el contacto físico.

La mujer lo soltó de inmediato, y luego de varias disculpas, los dejó solos en la sala de estar.

—Es muy agradable —dijo el mayor, refiriéndose a la mujer.

—Sí... Justo hoy vino a visitar, supongo que mamá le dijo que iba a preparar brownies.

Minho rió bajito.

—Tienen mucha fama.

—Es la culpa de mi hermana —dijo con simpleza, conduciendo a Minho hacia la cocina—. Siempre habla de lo ricos que son, y les hizo buena fama en la familia.

—Creo que ahora tengo muchas más ganas de probarlos.

Felix sonrió satisfecho. Le gustaba cocinar y ver a la gente disfrutar de sus preparaciones, pero por algún motivo que no le interesaba descifrar, era mucho más satisfactorio ver el rostro contento de su mejor amigo, escuchar sus cumplidos y recibir sus sonrisas.

Nadie podía compararse a Minho. Nunca nadie podría siquiera llegarle a los tobillos.






unu

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 28, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

REASONS ━ MINLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora