¡ cinco !

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¡ 𝗿𝗮𝘇𝗼́𝗻 𝟱 !
❝ 𝙨𝙪 𝙩𝙤𝙧𝙩𝙖 𝙛𝙖𝙫𝙤𝙧𝙞𝙩𝙖 𝙚𝙨 𝙡𝙖 𝙙𝙚 𝙛𝙧𝙪𝙩𝙞𝙡𝙡𝙖,
𝙮 𝙮𝙤 𝙨𝙤𝙮 𝙖𝙡𝙚́𝙧𝙜𝙞𝙘𝙤 𝙖 𝙡𝙖𝙨 𝙛𝙧𝙪𝙩𝙞𝙡𝙡𝙖𝙨 ❞


Minho y Hyunjin tenían una estricta regla en su amistad que no podían romper: dos veces por mes, salían una tarde a tomar café y comer algo dulce. Minho no tenía nada en contra de esa regla, realmente le gustaba pasar tiempo con su amigo, y poder comer mientras lo hacía era aún mejor. 

Iban caminando por las poco transitadas calles de la pequeña ciudad cuando una cabellera rosada apareció frente a ellos. Y Minho podría reconocer ese color tan adorable en cualquier lugar del mundo.

—Mirá —llamó a Hyunjin y apuntó con un dedo hacia el frente—, es Lixie.

El menor rió por el apodo.

—Lixie... ¿Cuándo vas a decirle que te gusta?

Las mejillas de Minho tomaron color casi al instante.

—No me gusta, sólo es mi mejor amigo.

—Nadie se cree eso, Minho. En fin, ¿le decimos que venga con nosotros a comer?

Minho quiso esconder la pequeña sonrisa que se asomó en su rostro. De verdad quiso mantenerse fuerte en su postura de "Felix sólo es mi mejor amigo", pero no pudo evitar el sentirse feliz porque podría pasar tiempo con él —y Hyunjin—.

—¡Bokie! —gritó Minho, correteando unos pasos hacia el pelirrosa y elevando la voz.

—Minho, hola.

La forma tan dulce y preciosa de Felix de sonreírle se robaba todos sus suspiros. Minho podía asegurar que su día era mil veces mejor si veía a su adorado mejor amigo. Porque más allá de lo que él sintiese, sabía que Felix nunca sería más que su mejor amigo.

—Vamos a ir a merendar con Hyunjin y te vimos así que queríamos invitarte con nosotros. ¿Venís?

Felix lo observó con sus ojitos brillando.

—¿No voy a interrumpir? Quizás quieren hablar de sus cosas...

—¡No! —gritó Minho sin darse cuenta— No... No vas a molestar.

Felix se acercó a él y entrelazó sus dedos para comenzar a caminar juntos.

—Está bien, vamos.

Minho mentiría si dijese que su corazón no se aceleró con esa simple acción. Felix era demasiado lindo para ser verdad. Hyunjin los vio acercarse, riendo por la forma en la que Minho apretaba la manito de Felix e intentaba esconder sus coloradas mejillas.

—¿Nos vamos, tórtolos?

El corazón de Minho palpitó con fuerza y tuvo miedo de que, en cualquier momento, explotase. Mientras, Felix rió bajito y se acercó a la mejilla del Lee mayor para dejar un pequeño beso allí.

—No digas eso, Honnie se pone muy nervioso.

Minho quería cavar un pozo allí mismo, enterrarse y no salir nunca. Los labios de Yongbok contra su piel se sentían suaves y cálidos, un tacto que parecía destinado a ser. Era precioso y perfecto, justo como el pelirrosa.

Hyunjin rió y caminaron rumbo a la cafetería que visitarían, por lo que casi unos diez minutos después, los tres muchachos se encontraban sentados en una tierna mesita en el patio trasero, rodeados de plantas florecidas y siendo cubiertos de la luz del sol por árboles.

No tardaron mucho en hacer su orden, y como Minho conocía a Felix casi como la palma de su mano, el hecho de que haya pedido una porción de torta de fresa y crema con un licuado —también de fresas— no le sorprendió en lo absoluto. 

Minho era alérgico a las fresas, no iba a morirse por comerse una, pero su garganta comenzaba a picar y algunas veces, aparecía sarpullido en su garganta. De todas formas, ver a Felix sumamente feliz por recibir su porción de torta le hacía olvidar el problema que ocasionaban esas frutas a su pobre sistema inmunológico.

El pedido llegó y los tres chicos comenzaron a comer, hablando de trivialidades mientras tanto pero dándole mucha más importancia al plato frente a ellos.

Felix estaba sentado junto a Minho, disfrutando su porción de pastel, cuando se le ocurrió compartirle un pedacito a su adorado Hyung para que él también pudiese probarlo. Pinchó una porción de pastel y se inclinó hacia Minho, quedando extremada —e innecesariamente— cerca de su rostro.

—¿Querés probar?

Los sentidos de Minho se bloquearon al instante, sus ojos estaban fijados en la belleza descomunal de Felix.

—Abrí la boca, Honnie.

Sin pararse un segundo a pensar, Minho hizo lo que le fue pedido. Lo único que supo al segundo siguiente, es que su garganta comenzó a cerrarse y pasar el aire por allí se le dificultó demasiado. La piel en su cuello comenzó a picarle y la preocupación de hacer el ridículo frente a Felix aumentaba cada vez más.

Tosía con la intención de alivianar el comezón en su garganta, siendo observado por Yongbok y Hyunjin. Sin decir nada, se levantó de su asiento y corrió al baño.

—¿Qué le pasó? —preguntó Felix preocupado.

—Es alérgico a las frutillas.

En el rostro del menor, una mueca de culpabilidad y tristeza hizo acto de presencia.

—Oh, Dios. ¿Voy a matar a Minho?

—No, sólo va a toser un rato.

El muchacho de cabello rosa abultó los labios en un puchero.

—¿Por qué aceptó probar, entonces?

Hyunjin se encogió de hombros.

—Se pone nervioso cuando estás muy cerca, y hace tonterías.

Mientras tanto, en el baño, Minho se dijo a sí mismo que podía enamorarse de Felix porque, si salían una tarde a festejar sus aniversarios, el menor pediría un pastel de fresas y el haría un papelón por tener una reacción alérgica a la fruta rojiza. 



REASONS ━ MINLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora