Nomad al cuadrado

Capítulo 2

Vaya me tomo bastante pero aquí esta el capítulo 2, realmente no sé cuantos capítulos serán pero por ahora disfruten.

Steve lo miraba entre atónito y enternecido, pues creyó que el genio se guardaría eso para sí mismo, aún que él y Bucky ya habían hablado sobre ello. Y lejos de estar molesto Steve estaba emocionado por que podía compartir el amor de su rollito con la otra persona que atesoraba en la vida a manera de hermanos.

Por otra parte Tony lo miraba confundido y expectante a lo que él rubio haría o diría, pero así pasaron un par de minutos hasta que Steve decidió responder. — Yo ya lo sabía, fue Bucky quien me dijo, pero no tienes que asustarte, es más él vino conmigo para poder encontrarte. — Fue en ese momento en que todo el cuerpo de Tony era todo nervios, ambos supersoldados estaban allí por él, para buscarlo. — Así es Tony ambos estamos aquí por ti, por que a pesar de todo Bucky es mi hermano y el también está enamorado de ti, y tu de ambos no tienes que negarlo, lo veo en tus ojos.

Tony no quería verlo a los ojos, en cambio por la vergüenza volteo a la ventana y ahí lo vio, Bucky estaba parado en el marco de la misma observándolos expectante de lo que pasaría. Y vio esos intensos ojos azules como el hielo mirarlo fijamente, que su cuerpo se estremeció recordando el momento de aquel beso. Hizo señas de que entrará a la casa verdaderamente no quería que llamaran a la policía por alguien que estaba merodeando los alrededores, así que cuando Bucky captó la señal Tony se levantó del sofá para acercarse a la puerta y abrirla.

Bucky camino dentro de la casa y espero lo mismo que Steve, tecnología, lujos y esas cosas que el rubio le había contado, pero encontró una casa cómoda y pintoresca, con rasgos que llevaban a la calma y la tranquilidad, eso le hizo sentirse relajado en cierto punto hasta que pudieran empezar a hablar. Bucky aún que lo conocía poco  y eso era decir mentiras ya que antes de que Steve lo encontrará lo había estado espiando; Quizás fue por que su rostro le recordaba a su amigo y luego su víctima, pero lo sentía tan cerca y a la vez tan lejos, guardo todos y cada uno de los datos recopilados en su mente acerca de Tony, tanto que terminó por enamorarse de él. Y ese día en la base de Shield  no pudo evitarlo, en cuanto comenzaron a pelear antes de que cualquiera lo notará, lo separó de la batalla y lo arrincono besándolo de manera desesperada por que pensó que en cualquier momento desaparecería.

Y en cuanto estuvieron en Siberia pudo notar aquellos ojos tristes, aquella frustración tanto que iba a dejar que le hiciera daño pero Steve se interpuso, no quería llegar a lo que hizo. Luego de que escaparan el rubio se sumió en tanta depresión que cuando ambos se enteraron de su desaparición se alertaron yendo en su búsqueda, terminando en una pequeña aldea de Italia que según los datos había sido donde su madre se había criado. Llevaban semanas vigilandolo tratando de encontrar el momento adecuado para interceptarlo y poder hablar con él, jamás habían visto un rostro tan sereno como el de esos días, Steve lo sabía más que nadie, el castaño siempre estaba bajo presión ya sea por su empresa o por lo vengadores. Pero este Tony, era el verdadero uno el cual estaba realmente tranquilo.

Cuando Bucky decidió entrar a la casa antes de mirar el interior, miró los ojos del castaño y pudo notar el mismo brillo que noto cuando lo beso, y eso sólo quería decir que la llama que se encendió entre ellos aún estaba, así que solo se paro al lado del rubio y Tony volvió a tomar asiento, la sala quedó sumida en un silencio cómodo mientras los dos supersoldados observaban al pequeño castaño con detenimiento lo que hizo a Tony sonrojar. Sentir la mirada de Steve era una cosa, pero sentir la mirada de Bucky lo hacía sentir desnudo de una manera mental ya que el podía ver lo que realmente era Tony.

Entonces fue él, el primero en romper el silencio. —¿Qué hacen realmente aquí? No es que quiera que se vayan pero realmente quiero saber ¿Por qué volver por mí? ¿Por qué yo?. — El castaño al terminar de decir aquello, bajo su rostro a sus temblorosas manos, mientras que ambos supersoldados lo observaban con ternura y conmoción por pensar aquellas cosas, así que decidieron arrodillarse frente a él y tomar cada uno, una mano su pequeño rollito.