𝐼 𝑠𝑒𝑒 𝑦𝑜𝑢

𝑆𝑖𝑒𝑡𝑒

Los meses habían pasado, después de aquella charla su relación se fortaleció. Fueron tres meses de prosperidad, cinco de haber consolidado un noviazgo unilateral.

Era el día 7 de Junio del año 20XX, cuando Kou le invitó al festival Tanabata, no recuerda haber visto a su amigo tan emocionado desde la lluvia de estrellas hace dos años. Pasó por él a las 5:00 PM para que tuvieran tiempo de ir a la mayoría de juegos, Tsukasa fue con ellos pero se separó al ver a una chica peli verde junto a un castaño. Ambos gemelos llevaban un yukata, Amane portaba uno negro con una luna mientras que Tsukasa uno blanco con un sol.

Y kou llevaba unos shorts color marrón junto a una playera blanca, algo informal pero le quedaba bien. El de ojos ámbar compró una máscara de Godzilla, decía que era tan bonita como para que otro niño la obtuviera.

Kou compro un yakisoba y Amane una manzana acaramelada, se fueron tomados de las manos por la cantidad ridícula de gente que se encontraba orbitando alrededor de ellos, si se perdían sería un problema encontrarse el uno del otro. Por eso se  sentaron en una banca para descansar y secarse sus manos sudadas

—¿Que tal la comida?.— pregunto Minamoto.

—La verdad es buena, pero no tan buena cómo la que haces tú.— tan simple pero lleno de verdad, kou no pudo evitar avergonzarse.

—Supongo... que gracias

No hubo nada más después de eso, no se necesitaba alguna plática para llenar ese silencio, porque a ambos les agradaba la compañía del otro.

El primer fuego artificial explotó seguido de otros más, era lindo, era fugaz, ese recuerdo les duraría para siempre pues ese día era especial.

—Es hermoso...— murmuró Amane con la manzana en boca.

—¿Por qué no invitaste a Aoi-sempai a verlo?

Lo ignoró, Kou tampoco preguntó mas, pues de alguna manera se sentía "privilegiado"

¿Porqué se sentía así? ¿Acaso empezaba a tener sentimientos por su mejor amigo de hace años? era raro, pero si fuera el caso no le disgustaría. Tomó su mano y lo llevo corriendo a escribir en un tanzaku.

—Para Kou, esto es para niños.— se sentía avergonzado, pues todavía no soltaba su extremidad.

—Escribe los deseos que quieras Amane, yo te ayudaré a cumplirlos.— mostró aquella sonrisa que haría caer a Amane, sentía su corazón acelerarse y quería darle algo especial.

—¿Todos los que quiera? ¿No es eso algo egoísta, niño?

—Pide todos los que tu corazón deseé, porque sé que los cumpliremos.— juntaron sus manos sellando aquel pacto secreto.

Cómo la velocidad de la luz el castaño soltó la mano del contrario y escribió en 3 tanzaku diferentes para colgarlos en un árbol de bambú.

—¿Tan rápido? ¿Que fue lo que pediste?.— lleno de curiosidad quiso alcanzarlos pero fue detenido inmediatamente por un manotazo.

—¡Si te enseño jamás se cumplirán! Así que no los veas.— se excusó poniendo un puchero infantil.

—Está bien Amane, yo respeto eso. Así que vámonos a casa.—le extendió nuevamente su mano, para ser aceptada con una sonrisa.

—A casa... Si, vamos juntos.

Te veo cuando persigues todos tus sueños dentro de tu cabeza

Te veo cuando ríes y cuando amas hasta el amargo final