La noche se hacía presente y a ellas no parecía importarles. Habían hablado sobre todo y, aún así, no sabían mucho de la otra.
— ¿Y cómo descubriste que te gustaban las mujeres?—Karime estaba esperando que la conversación llegara a ese punto para soltar esa pregunta.
— Pues fue un descubrimiento reciente.
— Lo mío no tanto, yo siempre lo supe desde niña.
— Cuando era pequeña, decía que no iba a darle mi corazón a cualquier persona y que se lo daría al príncipe de mis sueños.—Gala contaba todo con cariño — El príncipe nunca llegó y al final resultó ser princesa y todos los cuentos de hadas se me caían a pedazos.—Karime le prestaba toda su atención — Hubo varios hombres en mi vida, también me gustan. Pero cuando estuve con una mujer, fue mil veces mejor.
— Supongo que todo es mejor con princesas.
Y la princesa era feliz, pero solo era un sentimiento y los sentimientos se destruyen.
— ¿Y tú? ¿Qué rollo con los amores? —Gala también tenía curiosidad sobre la situación amorosa de Karime.
— Nada del otro mundo, novios de escuela y uno que otro romance pasajero con mujeres.—Karime no recordaba a ninguno de sus amores con cariño; todo había sido muy normal.
— ¿Nada más eso?
— ¿Tiene que haber más? —preguntó — No lo sé, supongo que no he conocido a alguien que me llene por completo. En realidad no soy mucho de conocer gente.—confesó.
— ¿Pero sÍ coqueteas de broma?—ambas reían.
— No, en realidad no lo hago, contigo es natural. Creo que me caes bastante bien.
— Es bueno saberlo, tú también me caes bien. Te repito, es lindo hablar con alguien que me pregunte cosas sobre mí.
— Me interesa conocerte, tienes algo mucho más allá de lo que muestras.—Karime habló y Gala se puso seria de inmediato.
Karime no lo notó.
Gala miró el reloj en su teléfono, pasaban de las nueve de la noche.
— Es tardísimo, Kari. ¿En qué momento pasó tanto tiempo?—se levantó.
— ¿Ya te vas?— Karime se levantó también.
— No. ¿Qué vamos a cenar?
Esa pregunta tomó por sorpresa a Karime.
— No tengo muchas cosas para preparar, pero puedes buscar algo si gustas.—era verdad, Karime no solía comer en su casa. Pedía comida o salía a comer.
Gala se dirigió a la cocina, buscó por todos lados y solo encontró unas gomitas de osito escondidas en un rincón.
— ¿Esto te parece una cena decente?—le mostró las gomitas y Karime se burló.
— ¿A ti te parece bien? Yo no tengo hambre.
— Por mi está bien, soy fan de las gomitas.
Esta vez se sentaron en la pequeña barra que había en la cocina.
— ¿No te aburres aquí?—Gala habló.
— Me gusta mi compañía, creo que soy muy divertida.—soltó una risa.
— Pensé que te gustaba la compañía.
— Solo con el café, creo que cuando aprenda a tomarlo en mi departamento, algo en mí habrá muerto.—ambas rieron.
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La Niña De La Mariposa | Garime
FanfictionUna mariposa, una escritora en proceso y una mujer inolvidable. (Esta historia es completamente mía. Todo lo que está escrito es absoluta ficción, ninguna de las situaciones y/o personalidades coincide con la realidad de los protagonistas.)