La Niña De La Mariposa | Garime

1.3

Ambas decidieron que la mejor idea era que cada quien se alistara en su casa; Gala hizo un último intento por retener a la más baja un tiempo más, pero el tiempo no les alcanzaba. Se despidieron y Karime bajó hasta el estacionamiento del edificio en busca de su vehículo. Al encontrarlo con la mirada caminó hasta el auto y se subió. Manejó cuidadosamente hasta su edificio y se estacionó frente a este. Corrió hasta su departamento y entró; al cerrar la puerta no pudo evitar pensar en la ligera discusión que había tenido con la pelirroja, pero no le tomó tanta importancia. Lo que era realmente importante para ella era lo que iba a usar para salir. Hace meses que no salía a un sitio de ese estilo.

Caminó rápidamente hasta su habitación y buscó todo tipo de ropa en su closet.

"¿Qué mierda se usa para esos sitios?" pensó Karime. Buscó algún tipo de inspiración en Internet y buscó la ropa más similar que tenía a la de las páginas que encontró. Se decidió por una blusa de cuello alto negra y unos pantalones tipo cargo del mismo color. Era lo mejor para la ocasión, cómodo y presentable.

Karime miró su celular para matar el tiempo. Faltaba media hora para la hora que había acordado con Gala. No querían llegar demasiado temprano.

Pensó en todos los escenarios en los que podían suceder en esa noche. Conocer a los amigos de Gala, platicar y convivir no sonaba nada mal. Aunque la idea de ir a un lugar lleno de alcohol asustó ligeramente a Karime, ¿qué tanta fuerza de voluntad podría tener Gala en esos casos? Esperó de todo corazón que todo saliera bien.

Los minutos pasaban y Karime comenzaba a desesperarse al no ver rastro de Gala, pero la desesperación se esfumó casi de inmediato al oir el motor de una moto. Gala envió un mensaje para notificar a Karime de que ya se encontraba abajo. La mayor tomó una de las muchas gabardinas que tenía para poder cubrirse del frío y salió de su apartamento. Al bajar notó inmediatamente a Gala. Esta la saludó con la mano y le regaló una sonrisa. Karime se acercó para darle un abrazo.

La vestimenta de la pelirroja robó la atención de Karime de inmediato. Pindter no prestaba atención a otra cosa que no fuera Gala; se veía maravillosa.

—¿Te molesta si nos vamos en la moto?—preguntó Gala, sacando a Karime de sus pensamientos.

—¿Tengo otra opción?—ambas rieron y Karime solo asintió.

La pelirroja le ofreció un casco a Karime; esta lo recibió y se lo colocó con cuidado.

Gala fue la primera en subir; Karime subió con mucho trabajo y casi tirando a Gala del vehículo. Cuando lograron acomodarse, Gala encendió el vehículo, provocando que Karime enredara sus brazos en la cintura de la menor. Nunca se había aventurado a subir a uno de esos vehículos, pero hacerlo con Gala tenía un toque distinto.

Avanzaron con una velocidad media; llegaron en menos de diez minutos. El lugar no quedaba muy lejos del departamento de Karime. Se estacionaron en el estacionamiento del local y tardaron otros minutos más en bajar de la moto sin morir en el intento.

Entraron de la mano al lugar. El lugar tenía un olor peculiar. Gala buscaba a su amigo con la mirada hasta que lo vió sentado en una de las mesas del fondo, cerca de una mesa de billar. Se acercaron rápido y Gala saludó a su amigo con un abrazo muy efusivo. Karime notó que un tipo delgado de cabello negro y ojos azules se acercaba a la misma mesa.

—¡Galita!—casi gritó aquel sujeto, cortando el abrazo de los amigos y llamando la atención de Gala. —¿Cómo estás?—se acercó para darle un abrazo, y Gala se lo recibió con una ligera cara de molestia.

—Todo perfecto, Sian—habló Gala al soltarse del abrazo del sujeto. Karime estaba parada sin hacer algún tipo de movimiento que llamara demasiado la atención; no sabía qué hacer en ese tipo de casos.