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Viernes 27, septiembre, 2024

Sus vidas habían continuado como de costumbre; habían hablado por mensaje. Hablaban sobre sus días, Karime le contó sobre sus problemas para dormir y Gala le contaba cuántos kilómetros hacía cada que corría. Karime había empezado a acostumbrarse a que Gala fuera tan cerrada con temas demasiado personales, pero aún así quería saberlo todo sobre ella.

Karime le había hecho preguntas discretas para ver si por error Gala respondía algo, pero eso nunca pasó.

Karime amaba preguntar de todo y Gala amaba el silencio.

La escritora en proceso se encontraba tirada en el suelo de su estudio. Había tenido muchas ideas para escribir, pero necesitaba una que fuera un punto clave para su creatividad.

Karime no se consideraba una persona depresiva, pero tampoco se consideraba una persona totalmente feliz. Sabía que algo faltaba. Estar en el limbo era demasiado peligroso. Tenía que encontrar algún tipo de balance entre ambos o pronto caería en alguno de los dos y no volvería nunca.

Tomó una hoja de papel, una pluma y su mano tomó vida propia. 

Escribió todo lo que se le venía a la mente, todo lo que sentía. Soltaba todo lo que tenía dentro, sentía y escribía. Hace meses que no escribía de esa forma. 

Vió su creación y la leyó. 

El cielo siempre llamaba su atención.

Las estrellas siempre brillaban junto a la luna.

La luna se veía perfecta y descompleta, justo como le gustaba.

Una luna descompleta era perfecta. ¿Dónde estaba la otra mitad? ¿Dónde estaba ella? ¿Dónde quedaron los restos de todo lo demás?

¿Por qué la vida se empeña en hacerle daño a los más débiles? ¿Por qué nos gusta tanto el peligro? ¿Por qué queremos morir tan jóvenes?

La muerte nunca fue un tema de temor; siempre tuvo curiosidad por esta.

¿A dónde vamos cuando morimos? ¿A dónde van nuestros compañeros de vida cuando ya no tienen más vida? ¿Los reencontraremos?

Las pérdidas siempre fueron un tema. Nunca fue algo bueno para ella.

¿En dónde quedó la humanidad de la gente? Las personas eran crueles y ella lo era más.

¿Por qué herirse a sí misma? ¿Cuál era la necesidad de golpearse con palabras y acciones?

Ella quería sentir que seguía un poco viva. ¿Para qué? Para querer morir otra vez.

El mundo la hizo cruel; el cruel hizo al mundo. ¿Dónde quedó la gente?

Ella estaba harta del mundo y el mundo estaba harto de personas como ella. ¿Quién era ella? Ella se convirtió en lo que nunca quiso ser, en esa persona egoísta y grosera que siempre quiso matar. Se quería matar.

Se quería perder.

Se quería herir.

Se quería ocultar.

¿Se quería?

Karime reconoció que había exagerado algunos temas, pero sabía que aquello era perfecto. Sabía que en esas palabras existía algo de verdad, había mucho sentimiento, había vida.

Se levantó y dejó su hoja en el escritorio del estudio. Salió de ahí y fue directo a la cocina por algo de agua. Había checado su celular ocasionalmente para ver si había respuesta de Gala. Revisó sus redes y como de costumbre, no había algo interesante. Decidió pedir algo de comer; no tenía ganas de salir; el clima estaba raro desde que despertó.

La Niña De La Mariposa | GarimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora