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Karime despertó gracias a la ligera luz de sol que se colaba entre las cortinas; pestañeó varias veces hasta acostumbrarse a la cálida luz de sol. Se movió con cuidado y cuando se dio la vuelta, notó que Gala estaba a su lado, sentada y mirando su celular. Esta volteó y le regaló una sonrisa llena de cariño. Karime se cubrió la cara con las sabanas de inmediato; no quería verse desarreglada para Gala.

—Son las dos de la tarde —Gala comentó.

Karime se quitó las sabanas de inmediato y miró a Gala. La pelirroja le mostró la hora en su celular y Karime suspiró.

—¿Dormí tanto?—Pindter habló mientras se sentaba. —Qué vergüenza —soltó una risa nasal.

—Dormimos demasiado tarde; es normal que hayas despertado a esta hora. —Gala apagó su celular y miró a Karime. —Además, te veías muy bonita —le sonrió y Karime negó con la cabeza mientras se cubría la cara con ambas manos.

—¿Llevas mucho tiempo despierta?—habló sin quitarse las manos de la cara. Gala sonrió al ver en esa posición a Karime; seguía viéndose perfecta.

—Solo unas horas, me levanté porque recibí una llamada, y ahora te tengo una propuesta. —Karime se descubrió solo un ojo para mirar a Gala; tenía curiosidad. —Pablo me llamó, me dijo que desde ayer está aquí y me invitó a salir con él; creí que sería buena oportunidad para que se conocieran —hablaba con entusiasmo y Karime por fin se quitó las manos de la cara.

—Me encantaría, Galita —le sonrió.

—Solo hay un detalle —suspiró—. Creo que Sian vendrá con nosotros. No me gusta la idea, pero Pablo insistió demasiado.

—Qué mal, ¿no hay forma de evitarlo?—se rió—. ¿De verdad te cae tan mal?

—Bueno, solo intentó ligarse a mi ex novia, no creo que sea para tanto —habló con sarcasmo y soltó una risa—. En realidad eso no fue lo peor que ha hecho; creo que eso podría perdonarselo. Hemos peleado por muchas otras cosas. —encogió los hombros y Karime solo asintió en forma de respuesta.

—¿Y no crees que pueda ser diferente ahora?

—Desde lo de Juliana no he hablado con él, pero la gente no cambia de la noche a la mañana, Kari. No creo que sea muy diferente ahora, pero puedo hacer el intento.

Karime aún creía que la gente podía dar un cambio repentino y remendar sus errores, pero Gala sabía que eso no sucedía; la gente que era mala se quedaba mala para siempre. Los valores no se transforman ni se cambian como si nada.

Ambas se levantaron para realizar las actividades del día. Para Karime esta rutina era nueva; no acostumbraba a despertar fuera de su departamento. Por otro lado, Gala estaba encantada con la presencia de Karime; había algo diferente en el aire. Le gustaba la compañía de la pelinegra.

La mayor entró al baño en lo que Gala tendía la cama. Se miró al espejo y notó algo diferente en su rostro; había algo distinto en sus ojos. Quizás comenzaba a abrazar la idea de compartir su tiempo con la pelirroja. Salió del baño y vió que Gala ya no estaba en la recámara. Salió con cuidado y pudo ver la silueta de la menor moverse por la pequeña cocina; quizás estaba preparando algo.

Decidió no interrumpirla y dio otro recorrido por el departamento. Las pocas pinturas completas que había eran increíbles. Gala definitivamente tenía talento. Había muchos pinceles en el suelo, muchas cajas y mucho desorden. Cada vez notaba más detalles, como las manchas en el suelo, los lienzos medianamente escondidos llenos de rayones sin sentido, las pinturas secas y un frasco vacío de pastillas. Todo eso era un reflejo de lo que era Gala. Cada pequeño detalle gritaba lo que Gala no podía decirle con palabras. Una pintura en específico le llamó la atención; era un lienzo completamente desastroso, con rayones color blanco y rojo tapando lo que parecía ser la silueta de una mujer. Karime entrecerró los ojos para intentar ver qué era lo que cubrían aquellos rayones, pero le fue imposible.

La Niña De La Mariposa | GarimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora