Sábado 05, octubre, 2024.
No había noticias de Gala. Karime había tenido una semana demasiado ocupada con la editorial en la que trabajaba. Necesitaba corregir muchos textos y darle un par de cursos a los nuevos que se incorporaban en su equipo de editores. No había tenido demasiado tiempo para pensar en su mujer misteriosa. Intentó salir, conocer nuevos restaurantes, conocer nuevas plazas. No quería estar a solas con sus pensamientos; había pasado unas noches terribles. Tenía que admitir que le había dejado infinidad de mensajes a Gala y que la había llamado muchas veces más. Las llamadas eran desviadas y los mensajes nunca le llegaban.
Habló con su amiga Angie sobre el tema. Su amiga intentó entender todo lo que Karime sentía. Definitivamente era irreal aquella situación. ¿Una persona podía cambiar en tan poco tiempo? Su amiga le aconsejó que dejara que Gala apareciera por su propia cuenta; ella también necesitaba tiempo; seguramente también había visto aquella nota.
Su amiga le ayudó a conseguir la dirección de Gala. No era muy complicado; su departamento también era su estudio y la dirección estaba en la aplicación de Maps con el nombre del estudio. Karime consideró ir a visitarla múltiples veces, pero sabía que eso podía salir muy mal. No quería agobiar a Gala. En realidad estaba preocupada por ella; no quería juzgarla.
Ella conocía muy bien ese tipo de conductas, había escrito muchos artículos sobre eso, pero nunca lo había vivido de cerca. Era complicado.
Era un fin de semana sin muchas ocupaciones. Karime por fin había terminado todo el trabajo de la semana. Estaba agotada mental y físicamente. Estar sentada durante tanto tiempo nunca le favorecía.
Tomó un baño que no duró demasiado. Karime necesitaba descansar.
Se recostó en su cama; miró su celular para pedir algo de comer, pero no tenía apetito. Ya habían pasado dos días así. Puso algo de música para pensar con más tranquilidad.
¿Qué sentía por Gala? Confusión, sin duda.
Quizás le gustaba, pero no quería reconocer que su corazón se había llenado con los pequeños detalles que había tenido la Diosa misteriosa con ella. ¿Eso era suficiente para tener su corazón? Con sus antiguos pretendientes había sido el doble de exigente; le gustaba que se esforzaran por ella. Con Gala fue diferente. Parece que la que se tiene que esforzar es ella y no Gala. ¿Por eso se siente atraída? ¿Qué tiene Gala que los demás no? No lograba entender aquella conexión espontanea que le ha robado el sueño más de una noche. No podía gustarle, ni siquiera la conocía, pero tenía que aceptar que Gala le resultaba maravillosa en todos los aspectos; era una mujer demasiado guapa, con los ojos marrones más hermosos que había visto, con unas cejas tupidas demasiado expresivas, con una altura perfecta, con un cuerpo de infarto y con una voz que la llevaba a lugares desconocidos. También tenía esa personalidad arrasadora, sincera, directa y misteriosa. Era un conjunto de perfección, pero también de muchas cosas que no conocía. Podía estar metiéndose con alguien que no media su fuerza, con alguien adicto, con alguien que se perdiera en la mínima discusión, con alguien que no tuviera el control de sus emociones o, aún peor, con una persona manipuladora, mentirosa y vil. Todo podía pasar con Gala y eso aterraba a Karime.
Quizás se estaba acostumbrando a esas ausencias que Gala solía tener, pero no entendía por qué. Ella era la que la buscó. Pudo irse después de ese beso, pero no lo hizo. ¿Realmente estaba interesada en ella? ¿Qué tantas cosas pasaban por la mente de Montes? Karime odiaba la incertidumbre; al final, Gala no estaba siendo lo suficientemente clara con ella. Quizás era momento de despedirse de esa idea fantasiosa que tenía con ella. No iban a llegar a ningún lado. Tenía que olvidarse de ella.
Los parpados de Karime comenzaban a ser más pesados, el sueño la estaba venciendo, la semana llena de trabajo le estaba cobrando factura.
Gala también había tenido una semana pesada, pero no por trabajo. Su mente no la había dejado en paz; se sentía relativamente más tranquila cuando le dijeron que la nota había sido eliminada, pero fue inevitable notar que Karime la había buscado como loca. Seguramente había visto la nota. El departamento de Gala ya no tenía rastro de aquel brote que había tenido. Toda la semana se la pasó recogiendo y pensando. No podía mantener a su mente tranquila; tuvo otros ligeros episodios que no duraron más que minutos, nada grave.
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La Niña De La Mariposa | Garime
FanfictionUna mariposa, una escritora en proceso y una mujer inolvidable. (Esta historia es completamente mía. Todo lo que está escrito es absoluta ficción, ninguna de las situaciones y/o personalidades coincide con la realidad de los protagonistas.)