O N C E

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Déjalos—habló mi subconsciente—. Que se maten entre ellos.

¿Los dejaría hacer eso? ¿Me podría ir y poder ser libre? Me importaba una mierda sus vidas pero había algo en mi pecho que me hacia sentarme en el suelo y solo observar sin planear más adelante algún movimiento para irme.

El recuerdo de las palabras de Azael invadió mi mente:

"Todos queríamos algo de ti; tu piel, tu sangre, tus ojos, tu carne, tus pulmones, tu corazón, tu cerebro y ¡hasta tus uñas!"

Si bajaba y alguien me encontraba me mataría de alguna horrible forma y no tendría la misma suerte de no ser encontraba como en el consultorio.

—Matt...—habló Azael, entre golpes y quejidos logró articular su nombre—. Perdóname Hermano, solo es una presa. Discúlpame... discúlpame Matt, no me mates.

Su voz denotaba sinceridad y hasta Matt lo había notado por que dejó de golpearlo, se levantó con una mirada llena de advertencias que iban a hacer realizadas.

—no vuelvas a tocar algo que me pertenece. Ella—me señaló—, es mía. Y la próxima vez te cortaré las manos para que no vuelvas a tocarle ni un puto pelo ¿soy claro? —Azael no habló, se encontraba en silencio observándolo. Matt se agachó y lo tomó del cuello—. ¿Soy claro AHORA?

—sí, me ha quedado claro.

Matt se levantó y se encaminó hacia mí, levanté mi vista encontrándome de nuevo con sus ojos azules que no demostraban ira sino que una emoción de posesividad que no me gustaba nada.

— ¿puedes levantarte?

Iba a contestar cuando noté una sombra detrás de él, Matt volteó rápidamente justo en el momento en que Azael levantaba la navaja dispuesto a perforarle la piel con ella.

Para mí, fue en cámara lenta como en una película donde ese momento la hacen duradero para que lo emoción fuera más arrolladora; la mano de Matt le tomó la muñeca y con su cuerpo lo empujó hacia la baranda haciendo que el cuerpo de Azael cayera hacia el vacio, fuera de la azotea.

El cielo se iluminó por un nuevo rayo, las gotas caían por mi cara, Matt observó hacia abajo y sus labios se movieron, no pude escuchar pero pareció más un <<Bastardo>>. Me levanté con cuidado y los ojos de Matt se dirigieron a mí mirándome detenidamente haciendo que me sintiera intimidada.

Bajé la vista y noté que su camisa de manga larga estaba rota y mas oscurecida por la sangre que la manchaba. Otro rayo profirió el cielo y Matt pasó por mi lado llegando a la puerta.

—Vámonos—ordenó.

Caminé hacia él y rápidamente Matt me acercó a su cuerpo. Mi rostro impactó contra su pecho y sus brazos se colocaron sobre mi cintura, el calor de su piel me hizo dejar de temblar -aunque no sabía que temblaba-, mientras sus labios rozaron mi oreja.

—No intentes volver a escapar—susurró apretándome más contra él—. Solo yo puedo llevarte a la muerte, solo yo puedo tocarte—. Apretó mas mi cintura, demostrando su punto—, solo yo puedo ser tu cazador, Venus.

Mi ojos estaban completamente abiertos y casi se salían de sus orbitas. No podía moverme. Estaba muy sorprendida por lo que Matt había dicho y solo me quedé ahí como una estatua de mármol.

Se separó de mí y nos observamos a los ojos sin parpadear, sin prisas, Matt observando mis ojos grises y yo observando sus ojos azules. Pero un nuevo rayo me hizo parpadear y romper la burbuja tan extraña en la que estábamos enfrascados. Bajé la vista sintiéndome avergonzada, intimidada y estúpida; ¿Cómo me le había quedado viendo como una estúpida? ¡Era un asesino! ¡Era malo!

Lo oí reír entre dientes por lo que subí mi vista rápidamente al escuchar tan extraño sonido saliendo de él; Matt estaba sonriendo... engreído, por Dios, ahora le he subido el ego.

—ven.

Su mano apresó mi muñeca y entramos de nuevo al hospital cubriéndonos de la lluvia. Bajamos al cuarto piso y no pude evitar observar la puerta del consultorio, el documento que encontré... tenía que leerlo de alguna manera.

Todavía llovía a cantaros y al bajar al primer piso y salimos del hospital noté que a todas las demás personas no les importaba la lluvia y algunos estaban cerca del cuerpo de Azael. Matt me jaló lejos de la escena, pude notar a una chica llorar de dolor tomando de la mano a Azael. La posición de su cuerpo me estremeció, era completamente inhumana la forma en que sus brazos y piernas estaban colocados. La chica gritaba cosas, palabras que no eran en nuestro idioma.

Sentí un nuevo jalón, volteé hacia Matt.

—No te detengas por ese desgraciado— expreso frío, él miró de reojo el cuerpo de Azael con sus ojos azules llenos de coraje y odio.

Su brazo tironeo nuevamente de mi cuerpo comenzando a caminar con rapidez ya que la lluvia empezaba a ser más fuerte. Miré su brazo lleno de sangre y las gotas de lluvia se mezclaban con el liquido carmín cayendo al suelo de esa forma, ahora no paraba de observarle con detenimiento; sus hombros algo anchos, su mata de cabello negro que las puntas se pegaban a su cara por lo mojado que estaba, su cuerpo no era grande sino que más bien era flaco con la contextura fuerte, brazos duros y su piel tan blanca como la nieve.

Si te lo cruzabas por la calle parecería un simple chico normal y corriente con ese aire misterioso y peligroso que tanto les encantaba a las chicas... sin imaginar que era más peligroso y que no era solo una simple aura.

Él era un demonio y ni si quiera se preocupaba en ocultarlo.

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NOTA DE LA AUTORA: ¿SABEN? me harían un gran favor si a esta ultima linea le hagan frese-wattpad (las que wattpad nos dejaba a hacer)

¡agradezcan que hago triple actualización! 

oh, desde ahora en adelanten dejaran de ser unos nenxs y ahora serán naranjitxs (esta ultima semana he tenido una obsesión a ese fruta)

si, si eres un chico serás naranjito y si eres una chica serás una naranjita (¡oh, por Dios! ¡sueno a nicolas maduro con esos motes!)

tienes todo mi amor.

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Matt (Pausada) 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora