Capítulo 6

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Como una de sus nuevas inseguridades, otra vez sucedió. El gran cuerpo de URSS pasó a ser alguien bajo y delgado tricolor, maldijo nuevamente y observó su alrededor, como sospechaba nuevamente se encontraba en territorio enemigo.

Para empeorar la pesadilla, tuvo que seguir las indicaciones de Third reich, ¿Cuántas veces lo habrá maldecido?. Incluso Imperio japonés le dió órdenes, ¿qué clase de imbécil era Italia?, hasta parecía la perra de todos.

Cómo el día estaba despejado, los soldados tuvieron muchos movimientos, de los cuales URSS tomó nota. Una vez pasada la comida, él y Reich se disponían nuevamente a explorar mientras que el asiático se quedaba en el campamento dando órdenes a los soldados.

Una pequeña sonrisa se hizo notar en el rostro de URSS al ver a sus soldados vigilando los alrededores. Se sentía orgulloso, su ego aumentaba cuando estos obedecían. Pero su sonrisa al igual como salió se fué rápidamente, puesto que uno de los soldados le disparó al conductor, provocando que el coche perdiera el equilibrio y ambos se dieran vuelta.

-¡¿Qué mierda?!. - Reich alertado sacó el arma que portaba siempre, pero una bala directamente llegó a su mano provocando que soltara un grito desgarrador y dejara caer la pistola.

URSS alarmado al ver la sangre de Reich, tomó su cuerpo y lo cubrió consigo mismo. Una total locura, debido a que eran enemigos.

-No me disparen a mí, par de imbéciles. - ahora con esa apariencia, era un blanco fácil. Había olvidado ese detalle, ya no era la gran potencia que solía ser. Tomó en brazos al Nazi y comenzó a correr por la nieve, debido a que su cuerpo no era el mismo, sus pies se doblaban con facilidad. Esto provocó que recibiera una bala en el pecho y pierna izquierda.

Una vez a salvo en el campamento guío a Reich hacia imperio japonés quien al verlos, ordenó matar a los soldados vigilantes.

El comunista no protestó, algo que odiaba era que no siguieran sus órdenes. Por tanto, debían morir.

Reich había recibido un gran impacto en su cabeza en el momento que el vehículo se volcó.

-Quédate conmigo. -ordenó al Italiano.

Una vez el alemán despertó se dirigió hacia el Italiano que se encontraba sentado a su lado. Una fuerte cachetada fue lo que se escuchó.

-¿Qué mierda?, acabo de salvar tu culo.

-Eres un completo imbécil, observa como tienes la pierna. - le apretó la zona indicada provocando que soltara un gruñido de dolor.

-A tí te dispararon la mano.

El alemán un poco más tranquilo se sentó y colocó su cabeza en el pecho del tricolor, comenzando a dar suaves toqueteos a la venda que portaba este.

-¿Sería mucho pedir cogerme?.

-...

Bueno se puede admitir que Reich se preocupa a su manera por los suyos, pero era un enfermo adicto al sexo. ¿Acaso Italia no le da lo suficientemente duro para que se calle de una vez?.

-Ni creas que tendré piedad.

-No quiero que la tengas.

Maldita puta, fué lo último que pensó antes de sacrificarse nuevamente para follar un rato.













Mientras tanto, el Italiano daba vueltas por el campamento del comunista, lo estaba memorizando. Aún se sentía inseguro en ese aspecto pero debía aceptarlo, ¿quizás se golpeó fuertemente la cabeza y estaba alucinando?

-Aquí están los planes de ataque. - Estados Unidos tenía en su mano varios papeles.

-Wow, déjame ayudarte. - tomó unos cuantos y se dirigieron hacia "su oficina". - gracias USA.

Pero un sentimiento de tristeza invadió al Italiano, el rostro de Estados Unidos no era el mismo que solía ver siempre que discutían. Su mirada estaba baja, sombría y se notaba lo triste que estaba. Iba a preguntarle si le pasaba algo pero un color un poco raro notó en la parte superior del rostro, con el seño fruncido se dirigió a éste y lentamente retiró el cabello del americano dejando al descubierto su ojo izquierdo, en esa zona había un moretón.

-¿Te duele?. - acarició con mucho cuidado la zona.

Estados Unidos solo negó con la cabeza.

A pesar de que eran enemigos, el corazón del Italiano se exprimía cuando veía a los demás tristes, era algo que odiaba mucho. Tal ves era demasiado sensible pero obedeciendo a su personalidad, acarició el cabello contrario, en busca de hacerlo sentir mejor.

-¿Cómo te hiciste esto?. - miró con detenimiento el color morado con manchas rojizas.

-Me caí, soy estúpido.

-No, no lo eres. - se quedó callado buscando la mejor palabra para describirlo. -Pienso que eres agradable.

La potencia lo miró sorprendido, ambos hicieron contacto y se perdieron en los ojos contrarios. Se quedaron en silencio y de a poco comenzaron a acercarse, sin prisa alguna y sin despegar sus miradas. Se acercaron hasta que sintieron sus propios alientos y sin más, se besaron.

Fue un beso lento y suave, el Italiano no quería lastimarlo más de lo que ya estaba. Así que lo hizo al ritmo del estadounidense.

¿Es amor?, Nazunist.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora