Capítulo 22

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Era un día hermoso, soleado y con una fresca brisa que golpeaba el rostro y te renovaba

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Era un día hermoso, soleado y con una fresca brisa que golpeaba el rostro y te renovaba.

En un pueblito alejado en una familia humilde nació un niño, un hermoso niño con piel blanca, tan blanca como el jade, un cabello castaño y unos ojos marrón claro, tan claros que parecían bañados en miel.

En un acontecimiento extraño, esa noche, el día del nacimiento de ese pequeño niño la luna se alzó brillantemente, un brillo jamás visto, se veía como si la luna fuera de plata.

Un sentimiento de felicidad y celebración se levantaba en el pequeño pueblo rural.

No sabían que ese niño había nacido con una cualidad especial, ese niño tenía un alma tan pura y blanca como la nieve, al instante capto la atención y el amor de la diosa, esta lo bendijo de inmediato y decidió que él debía ser la próxima luna de sus hijos.

Necesitaba a alguien tan puro y bueno para tratar de eliminar la negrura y oscuridad que se estaba generando y expandiendo cada vez más en sus hijos.

Guio al pequeño niño a lo que ella pensaba sería una vida llena de felicidad y en contraparte traería prosperidad, luz y bendiciones al plano de la tribu.

El niño llegó a la tribu por medio del transporte de la luna, ella en sueños ya le había explicado, que su vida allí no carecería de amor, recibiría la misma calidez y amor incondicional que recibió de sus padres y pueblo humano, incluso se atrevería a asegurar que mucho más.

Pero la diosa era ingenua y subestimo el corazón de su gente.

El entonces jefe tribal ya había elegido una luna unilateralmente, una mujer exiliada de la tribu serpiente.

El jefe tribal, un hombre muy guapo, pero cruel y terco se dejó seducir por los encantos de la hermosa mujer omega.

Ella tenía todo lo que él buscaba, era omega, mujer, hermosa, encantadora e inteligente.

Mucho más inteligente de lo que él pensaba.

Cuando recibió la profecía del entonces chamán se negó a escucharla, cuando vio al hermoso chico no pudo negar su atracción, después de todo era su vínculo, pero él estaba cegado por los prejuicios y el odio.

Era omega, era hombre y lo más aberrante de todo, era humano. Encerró al chico y lo sometió a torturas imperdonables y por si fuera poco lo entrego a alfas para que lo violaran, el pequeño chico que en toda su vida no había recibido más que amor y alegría se quebró rápidamente.

Toda la tribu sabía de la crueldad que estaba siendo cometida, unos lo ignoraron, otros estuvieron desacuerdo, otros se burlaban y la gran mayoría incluso apoyaba este comportamiento.

Eran la tribu más fuerte y prospera, consideraban a los humanos inferiores y debido a que en su tribu desde hace mucho tiempo no nacían omegas hombres, solo mujeres, atribuyeron eso a que era un signo de fortaleza y un signo de debilidad los omegas hombres, que si seguían naciendo en las tribus vecinas.

SEÑOR LOBO (Larry Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora