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Dieron las tres y media de la tarde y Lisa comenzó a prepararse (con el mayor de los esfuerzos) para salir hacia el parque. El dia se le habia pasado volando, se la pasó leyendo, poniéndose al día con algunas materias de la universidad y comiendo bocadillos bajos en calorías. Cuando se fijo la hora, chilló y se puso lo primero que encontro; tomó su clasica mochila negra y salió de su habitacion, por fin. 

Salio por el pasillo y llegó a la sala, donde su padre estaba con su papeleo, seguramente con mas trabajo, y gracias a Dios su madre no estaba presente para sermonearla y ponerle limites de horario. Se paró al lado de su padre y habló despacio.

"Papá, me encontraré en el parque con Jessiann e iremos de compras, seguramente tomaremos un café, volveré en un rato" anunció y se puso un abrigo color negro que le llegaba por las rodillas, y una bufanda color crema. El hombre observo a su hija abrigarse y solo asintio, volviendo su vista a sus preciados papeles. Malditas sean las uvas.

Tomó un poco de dinero de un cajón y las llaves y salió, solo eran unas cuatro cuadras hasta ese maravilloso parque, Lisa era una gran fan de él, tenia arboles por todas partes y en otoño sus hojas se teñian de un naranja precioso. Digno de ser plasmado en un dibujo.

Al llegar, se sentó en una banca esperó a que su amiga llegue con ella, Jessiann siempre habia sido una joven a la que la puntualidad le habia fallado, mientras que Lisa era una maniatica, una vez llego a la universidad cuarenta y cinco minutos antes, y espero hasta el profesor inclusive.

Siguió esperando hasta que vió a lo lejos una figura alta y delgada que venía corriendo, Jess se sento y solto un jadeo de cansancio.

"Ya se, ya se ¿cuatro minutos y.. cuanto segundos? ¿quince?" echó una carcajada burlesca y Lisa entrecerró los ojos. "Como sea, vayamos a por esos preciosos looks, asi te extirpamos el mal gusto por la ropa de señora, pareces que te viste la vestuarista de Maria Antonieta"

Lisa solo rodó los ojos y le dio un golpe en la cabeza, y juntas comenzaron a caminar por el centro de la ciudad. Caminaron unas seis cuadras y por fin llegaron a la entrada de una galería enorme y profunda, ahi es donde se encontraban todos los locales de ropa, mas que nada ropa de adolescente, y era algo obvio pues estaba plagado de los mismos. Parejas, grupos de amigos, mejores amigas, y por que no personas solitarias.

Se detuvieron en una tienda que decia "¿Paradise or Hell?" y Jess soltó un chillido de alegria al ver que estaba abierta, era su tienda favorita y aparte estaban en liquidacion, era su dia de suerte. Lisa miró todo con sorpresa, ella jamas se habría siquiera hecho la idea de pisar este lugar, toda la ropa era negra y roja, algunos tonos de azules oscuros, y cadenas y medias de red como accesorios. Super estético.

Comenzaron a recorrer todo el local, percha por percha hasta que la joven se concentro en un vestido negro de cuero y elastizado, con la parte de atras descubierta con solamente unas tiras negras, en la parte baja de la espalda tenia un cierre para que no se salga ni se desajuste y en la parte delantera un escote un poco muy pronunciado para su gusto, pero era hermoso y estaba en descuento.

Se volteó y miró para los dos lados a ver si alguien la estaba observando y lo saco de su lugar, y se adentró en uno de los probadores, pero antes tomo por si acaso el mismo vestido en blanco, solo por si acaso. Cerró la cortina y se cambió su cómoda ropa por el ajustado vestido.

"¡Lisa! ¿Donde carajos te metiste?" escuchó la voz de su amiga y gracias al cielo no estaba muy lejos, pues necesitaba una ayuda con el cierre, quiso ponerse a llorar.

El vestido no te entra porque no dejas de jodidamente comer por tu jodida ansiedad y tus jodidos traumas.

Necesito un baño, pensó. Quiero vomitar, voy a vomitar. 

Cuando estuvo a punto de tirarse al suelo a llorar, Jessiann apareció con varias perchas en sus manos. La observó de arriba a abajo analizando la prenda que habia escogido y sonrió asintiendo, en aprobacion.

"Oye oye, es muy hermoso, Lis. Te queda excelente, es tuyo" soltó una risa ante el apodo antiguo que habia usado, Jess se lo habia puesto porque dice que cuando Lisa se rie a carcajadas, sus ojos se achinan tanto que parece un japonés. "Déjame que te ayude con ese problema"

Se metió dentro del pequeño cubículo junto con la chica y la ayudó a subirse el cierre, lo cual fue sencillo. "¿Ves? Te queda bellísimo, ahora te lo vas a sacar y te lo vas a comprar por lo que mas quieras, deja esos pensamientos de mierda porque yo me moriría por tener ese culo tuyo" Lisa sonrió y Jess se retiró del probador para que pueda sacarse el vestido.

Al salir ya cambiada con su propia ropa, fueron a la caja para pagar los dichosos atuendos que habian escogido y alli observo que en el mostrador se lucían distintos accesorios, como chockers, cadenas y demas.

"¡Oh dios! Llévate una de estas ahora mismo" Jess señaló un par de medias de red y un choker negro que tenia un corazon rojo oscuro en el centro, muy bonito.

Lisa frunció el ceño y miro horrorizada a su amiga.

"No llevaré eso, ¿te has vuelto loca? se ven incómodas" negó con la cabeza.

Jessiann puso los ojos en blanco pero pidió a la cajera en silencio que las meta en su bolsa y las pase por su cuenta, sin que Lisa se diera cuenta, y el choker tambien. Su amiga necesitaba sacar toda su belleza y sentirse bonita, y ella se va a encargar de eso.

Salieron del local y se dirigieron a una tienda de zapatos ya que Jess necesitaba un par de borcegos negros que combinen con la pollera que habia comprado y Lisa decidió seguirla, ella ya tenia sus converse negras amadas, no necesitaba un par de zapatos nuevos.

30 minutos despues.

"Esas botas te quedaron fantásticas, verás que todos se caerán muertos y yo estaré ahi para golpear al que se sobrepase, ya verás que si, ¡vayamos por un helado!" su amiga levantó las manos llenas de bolsas y las sacudio con entusiasmo. Lisa solo pudo sonreir y mirarla con cariño.

Comieron helado, conversaron un rato y cuando dieron las seis y media de la tarde decidieron que era un buen momento para regresar y prepararse.

"Oye, le diré a mi padre que nos lleve y nos busque a la vuelta, no confío en los taxistas al amanecer y no quiero vomitarle el auto a otra persona, te espero en mi casa a las nueve y media"

Lisa recordó que debía inventarse algo para sus padres, o quizas podria decir su madre, su padre ni siquiera le importaba, ni siquiera tenia voz y voto en su familia.

"Por supuesto, a esa hora estoy allí" cada una agarro sus cosas y caminaron hasta la esquina, donde se dividian para seguir a sus casas.

Al llegar a su casa, Lisa tiró las bolsas donde estaba todo lo que habia comprado y se sento en la cama, soltando un jadeo de cansancio. Solo queria quedarse en su maldita casa y queria ahogarse en té. Su vida era deprimente.

Tenía un poco de sueño, por lo que decidió echarse una buena siesta hasta que sea la hora de prepararse para la dichosa fiesta, iba a disfrutarla tanto pero tanto. Se acurrucó y acomodó bien contra las mantas de su amada cama y cerró los ojos, cayendo poco a poco en el sueño.



Libido DesireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora