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Entra a aquel bello restaurante y es recibido por unos de los meseros, quien lo lleva a una mesa no muy en el centro, como tampoco muy a la orilla. 

Al sentarse, acomoda su fino traje negro. A pesar de encontrarse en un estado de luto, no quiere perder el estilo que siempre lo ha caracterizado. 

El mesero le ofrece un menú, que toma y agradece. El joven se va, así que comienza a mirar los platillos en busca de algo que sea de su agrado. Hace su orden, para quedarse a esperar.

Mira alrededor, donde puede divisar un pequeño escenario y a varias personas colocando sus instrumentos en el mismo. Sonríe, ansioso por el próximo espectáculo. 

Jungkook se encuentra en el baño de hombres terminando de peinarse; pasa por última vez el peine por sus mechones bañados en gel para cabello, acomoda el cuello de su camisa, y saca a relucir la cadena de oro que le regaló su madre antes de morir. Inhala y exhala, para tranquilizar los típicos nervios antes de una presentación.

Guarda todo lo que usó en su maleta, y sale, topándose con Jimin, su mejor amigo, al igual que empleado igualmente del restaurante.

-¿Listo para la función, Kook? -toma la maleta de su amigo.

-Yo nací listo, Jimin -le lanza un guiño, confiado como siempre. 

Ambos ríen, y Jungkook acomoda sus lentes. Toma aire con lentitud, para luego exhalar de igual forma, buscando calmar los típicos nervios que surgen antes de sus presentaciones.

-Bueno, deséame suerte -se dirige al escenario, escuchando un "suerte" por parte del mesero.

Se sube a la tarima, y le hace una señal al iluminador para transmitir que se encuentra listo. Acto seguido, todas las luces del lugar son apagadas; excepto dos, una sobre Jungkook y otra sobre la banda que comienza a tocar. 

Marcando el ritmo con su pie derecho, inicia a cantar. 

El viudo y su ruiseñor [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora