Fall asleep (fall for you) | KookV

Capítulo 12

Después de la noche de la actuación, las cosas comenzaron a cambiar para mejor. Taehyung escapó de la zona gris de incertidumbre con su relación con Jungkook y empezó a considerarlo un amigo genuino que hacía cosas de un amigo genuino, pasando esa incómoda etapa de censurar todos sus pensamientos por miedo a decir algo ofensivo.

Por supuesto, habían cosas que no cambiaron: habían momentos en los que Jungkook se quedaba sentado en silencio, completamente indiferente, lo que a Taehyung nunca le resultaba molesto o incómodo, ya que se había familiarizado con ese tipo de comportamiento y, además, podía hablar el doble, una acción que los demás solían encontrar molesta.

Sin embargo, muy pronto Taehyung se dio cuenta de que había estado hablando menos y las conversaciones se convirtieron más en algo mutuo. Por mucho que le gustara balbucear, no se había dado cuenta de lo mucho que disfrutaba oír hablar a Jungkook hasta que estaba ahí sentado, escuchando la aterciopelada voz del otro mientras lo miraba con cara de asombro.

Aunque Jungkook se abstenía de ahondar en algo demasiado personal, como los pensamientos profundos que parecían ocupar siempre su mente, sí que mejoró en las pequeñas charlas y en el mantenimiento de las conversaciones.

Taehyung recordaba una ocasión en particular en la que estaban comiendo ramen en el suelo, demasiado perezosos para salir a comer, y fue una de las pocas veces en las que a Taehyung no se le ocurrió cómo iniciar una conversación, así que en un intento de romper el silencio fingió que había veneno en su comida y se desmayó dramáticamente con las manos en la frente y la lengua fuera de la boca. Normalmente, cada vez que Taehyung representaba sus espontáneos y, a menudo, extraños espectáculos, Jungkook lo ignoraba poniendo los ojos en blanco o diciéndole que parara, pero en esa ocasión, en lugar de darle la espalda, dejó su taza de ramen y empezó a tararear una melodía exagerada que siempre sonaba en los dramas médicos y fingió que le hacía compresiones. Ese era un momento que Taehyung apreciaba ya que lo consideraba el punto de inflexión de cuando Jungkook se adaptó a su personalidad.

Ahora, en lugar de quedarse en clase mucho tiempo después de que terminara para que Jungkook no se sintiera abrumado y pudiera tener algo de tiempo a solas, Taehyung se apresuraba a salir de clase antes de que su profesora tuviera la oportunidad de terminar de despedirse para poder reunirse con Jungkook donde descansarían en el campus; normalmente Jungkook se tumbaba en una mesa de picnic, con los ojos cerrados mientras escuchaba a Taehyung imitar a estudiantes al azar que pasaban por allí y permanecían de la misma manera, disfrutando del momento de tranquilidad hasta que tenían que irse a su siguiente clase.

En lugar de confiar solo en Jimin como su persona para pasar el rato, le rogaba a Jungkook que lo llevara al boliche, al cine o incluso a algo tan simple como una cena y, curiosamente, Jungkook parecía aceptar siempre sin mucha resistencia, afirmando que solo iría si Taehyung pagaba, aunque sin falta cuando llegaba el momento él pagaba al menos su mitad.

En lugar de solo salir con el otro cuando habían más personas o cuando era necesario, empezaron a salir solo ellos dos, algo que deberían haber hecho mucho antes por la comodidad de vivir juntos.

Todavía había momentos en los que Jungkook tenía problemas para dormir y tenía que salir a correr para cansarse, y Taehyung empezó a acompañarlo para que tuviera apoyo moral y compañía, aunque no estuviera tan en forma y normalmente terminara retrasándose un metro y volviendo con las articulaciones y los pulmones ardiendo.

Las cosas iban bien, tan bien que fue suficiente para que Taehyung se olvidara momentáneamente de todas las situaciones dolorosamente incómodas que sucedieron antes y que atormentaron sus sueños. Pero no tardaba en recordarlo de nuevo:

Taehyung llegaba tarde. Normalmente, cuando se encontraba con Jungkook, era al lado del edificio de Bellas Artes todas las tardes a las cuatro.

Lo extraño era que nunca planearon una hora o lugar, simplemente sucedió de la nada.