Fall asleep (fall for you) | KookV

Capítulo 20

"Jungkook, es suficiente"

El profundo sonido de la voz de Namjoon atravesó la cabeza de Jungkook y le produjo un doloroso escozor en las sienes; sonó lejano tras sus oídos tapados por el sudor, pero captó su atención lo suficiente como para que su cuerpo escapara de su modo robótico en el que desconectaba todos los pensamientos y dejaba que su cuerpo se moviera en piloto automático. Todo su cuerpo se debilitó en un segundo, y se encorvó, sus manos cayeron a las rodillas donde intentó apoyarse, y observó cómo el sudor goteaba en el suelo, cada gota poco a poco hasta que se juntaron en un charco desordenado. Sus respiraciones eran pesadas y apenas pasaban por sus labios secos mientras una bola de calor lo asfixiaba como una bolsa de pesas arrojada sobre él que no podía soltar por más que lo intentara.

Había estado en el estudio de danza durante todo el día desde la semana pasada, practicando desde que salía el sol hasta que se ponía y todo era oscuridad. Cada segundo que le sobraba para pensar lo desperdiciaba trabajando hasta que su cerebro no podía concentrarse en nada más que en el ardor de sus extremidades. Incluso cuando llegaba a su límite y estaba al borde del colapso, se quedaba en el estudio, sin querer volver al dormitorio donde cada esquina tenía algo que le recordaba a cierta persona.

La voz de Namjoon volvió a sonar en su cabeza, sacándolo de sus nebulosos pensamientos,  podía oír las palabras con claridad mientras resonaban vacías en su mente, más fuertes y borrosas de lo que deberían.

Se enderezó, con la cabeza tambaleándose y la visión borrosa. "Repite desde el principio"

"Jungkook-"

Jungkook pasó junto a Namjoon, apenas podía reconocer sus propios movimientos mientras se pasaba una mano por el cabello húmedo lejos de sus ojos y se dirigía al reproductor de música, con los dedos tanteando y resbalando por el sudor mientras pulsaba el botón de rebobinado y subía el volumen tan fuerte que todos en la habitación saltaron y sus dientes castañearon por la fuerte base, pero para Jungkook era perfecto; claro, era una agonía para sus oídos y estaba convencido de que podría resultar en un daño auditivo permanente, pero no le dejaba espacio para pensar, y eso era justo lo que necesitaba. 

Volvió al centro de la habitación y trató de ignorar la forma en que las paredes giraban a su alrededor, la forma en que el techo se convertía en el suelo y los puntos negros que empezaban a formarse en su visión mientras se miraba en el espejo, encorvando los dedos de los pies en sus zapatos excesivamente apretados para tratar de no caerse.

Estudió su reflejo: su cuerpo brillaba de sudor como si lo hubieran sumergido en agua hirviendo, lo que hacía que su ropa se pegara a él como si fuera pegamento. El sudor resbalaba por su cara, como si acabara de salir de la ducha, y el cabello se le pegaba a la frente, cubriendo sus ojos y ocultando con éxito el enrojecimiento de los mismos y las graves ojeras.

Tenía la garganta seca y ardiente por la deshidratación. Una sensación con la que estaba familiarizado ya que se esforzaba constantemente, pero esta vez no había nadie a su lado con una botella de agua, y un adorable puchero mientras lo regañaba por trabajar en exceso.

Su cuerpo se paralizó, y retrocedió, forzando el pensamiento fuera de su mente y empujando su cuerpo aún más a su punto de quiebre, permitiendo que la asfixia del calor lo envolviera mientras se fundía en el dolor de sus músculos.

Alguien debería haberle dicho lo mierda que eran las rupturas.

Tal vez no se hubiera metido en una.

Toda su vida había creído que las rupturas no eran más que una exageración de lo que la gente sentía en realidad, que los que se lamentaban después no hacían más que dramatizar en un intento de darle más importancia de la que tenía. Pensaba que los medios de comunicación solo glorificaban y romantizaban las rupturas en uno de sus esfuerzos por dar forma a su palabra cliché perfecta en la que el amor es lo único que importa. Solía creer que no merecía la pena suspirar por una persona, sentir dolor por ella y perder el foco de una vida que llevaba planeando desde que era un niño.