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Capítulo dos: El baile de máscaras

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Capítulo dos: El baile de máscaras.

Un fracaso.

En eso había acabado la búsqueda del flautista.

¿Y cómo no?, Solo habían tenido tres días hasta que llegue aquel dichoso baile en celebración al compromiso del príncipe Jungkook.

Yoongi bufo de enojo consigo mismo mientras sus botas se mojaban entre los charcos de agua por la lluviosa noche anterior, acababa de salir de la biblioteca del pueblo, como últimamente acostumbraba por las mañanas.

Había estado investigando sobre el flautista en diversos libros que en su niñez creía que no eran más que historias fantásticas. Y podría decirse que ahora comprendía mucho más el punto de vista del rey.

El flautista de Hamelin, un mago de quizá siglos de existencia, un ladrón profesional y escurridizo, claramente, un peligro para la sociedad.

Y como Jin había dicho, ¿Qué más tentador que un pase libre al castillo y de manera anónima podría existir?, Era como una red tendida y oculta lista para que la presa se tiente con los alimentos en su centro, mientras que el cazador observa en la lejanía.

Tronando su cuello con suavidad, inhaló el aroma preticor que manchaba el ambiente, buscando quizá, un poco de tranquilidad entre la bola de estrés en la que acabo enredado.

No es como si ser mosquetero no le guste, le encantaba; ser quién proteja a los ciudadanos, al rey y a su hijo.

Muchas veces aquel puesto lo había inducido a las más peligrosas y locas aventuras, está era una de ellas. Con la única e irritante diferencia, de que no conocía para nada el rostro del malechor.

Y antes de seguir con sus quejas mentales, un fuerte impacto lo detuvo.

Chilló reaccionando lo suficientemente rápido como para lanzar sus libros lejos del charco bajo sus pies, e intentar sostener su peso en las palmas de sus manos, pero fue demasiado tarde para aquel último movimiento, cuando acabo sentado y con el trasero totalmente mojado.

Un gruñido gatuno de total enojo se atascó en su garganta antes de explotar-¡MIRA POR DÓNDE CAMINAS,  IDIOTA!.

El rubio que iba pasando por la misma acera y con el que chocó entre abrió los labios totalmente ofendido-¡¿Qué?!¡Fuiste tú quien se estrelló contra mí!- acuso sintiendo como la histeria del contrario contagiaba sus células.

Las orejas felinas del castaño claro se bajaron, ya sentía sus pequeños colmillos asomarse entre sus rosaditos belfos- ¡Fui yo quien acabó sobre el barro!- su cola se erizó.

El chico entre cerró los párpados antes de tomar sus libros y extender la mano- Pero conste, que fuiste tú quien me chocó- dejó en claro antes de estampar contra su pecho los objetos y largarse.

I Don't Like You! [JS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora