Problem |Editando|

Cap. 11: Decepciones

– ¿¡¡Que Ian y tú qué!!?—Exclamó Liam dramáticamente sorprendido, haciendo un escándalo, le ordené que se callara con un leve golpe en el brazo derecho.

Después de ir a la casa del fatal de Ian Posley y precensiar la escenita de amor entre él y la puta de Madison, me quedé en chock, no sabía que hacer ni que decir, me marché inmediatamente, tan rápido que ni notaron que estuve allí. Estaban "tan ocupados" que cualquier persona podría haber entrado y no se hubiesen dado cuenta. Rápidamente me dirigí a la casa de Liam para contarle mi fustración, no quería que Diana lo supiera porque sabía que comenzaría a emocionarse por lo del beso e iba hacer un disparate cuando supiera lo de Ian y Madison, sinceramente era empeorar mucho más las cosas, iba a empezar a conmocionar y a preguntarme si sentía algo por él, cosa que no tenía clara.

«No le podía reclamar» O mejor dicho «No sentía la necesidad de reclamarle» ¿Que le diría? De todas maneras, no quería que Madison supiera de que los ví, ¿Se supone que me debe importar? Pero si, me molestaba, pero no sentía celos, más bien rabia, mucha rabia. Pensé que Liam me podía entender porque es "de su misma especie" en ves de comenzar con un interrogatorio, me comprendería.

– ¡Ya te dije que no lo digas en voz alta!—Le reclamé. Los padres de Liam estaban en casa y moriría si alguno escuchase nuestra conversación – No puedo creer que halla pasado, estoy... confundida.

– Creo que Diana debería estar aquí—Sugerió mientras se acomodaba a mi lado, aún seguía sorprendido, pero trataba de reservarse sus opiniones hasta que me calmara. – ¿Estás segura que hablas de la Kaily Benson que conozco?

– No es lo peor...—Susurré apretando mi puño izquierdo.

– ¿Hay más?—Preguntó frunciendo el ceño.

– Después de aquel diaparate que cometí en el jardín, al día siguiente, me llegó un mensaje anonimo diciendo que fuera a su casa—Dije.

– No me digas que...—Dijo con cara de asco.

– ¡No!—Contesté ofendida – Los encontré comiendose entre sí, a el y a Madison—Le conté con pesadez. El se quedó boquiabierto por unos segundos, cuando entró en sí, soltó una gran carcajada. – ¡Idiota!—Dije volviendolo a golpear, pero esta vez aumentando la intensidad en los golpes.

– ¡Lo siento! Solo que me parece gracioso que hace unos meses estabas completamente convencida de que lo odiabas, y que no caerías en su juego, y hoy me dices que se besaron, y no tardó veinticuatro horas en decepcionante—Me comunicó.

– ¡Ese no es el punto!—Le grité.

– Se supone que no te debe importar...—Comentó. – A menos que...—Dijo con miedo – A menos que te halla gustado el beso. Pero no fue así, ¿o me equivoco?

– No te sé decir, estoy confundida—Bufé.

– ¿Como que no sabes que sentiste con él beso? Es adsurdo, si no sentiste nada está bien, pero debes estar consiente de que significó para ti. —Expresó un tanto airado, al parecer el tema le afectaba aún más de como suele responder respecto a mis problemas. Negué con la cabeza y coloqué mi brazo derecho en su cuello recostandome de su pecho. – Sabes muy bien lo que sentiste, y estas clara de que te afectó, solo que no lo quieres admitir. Es crucial que tengas una respuesta, estamos hablando de un chico.

No podía entender que diablos pasaba conmigo, para mi era demasiado fustrante lo que había pasado con Ian, pasar de odiarlo a esa escenita tan romantica en mi jardin. Tenía muchas cosas en mi mente que debía aclarar. No solo por el beso, si no, por lo que había precensiado al dia siguiente. Besarme con él descarado de Ian, era algo bastante extresante en que pensar, no bastaba con la vergüenza de haberlo hecho, no era suficiente con mi pena, al parecer, el universo tenía aún más dolor para mi, cuando ví a Ian y a Madison, mi desilucion y mi chasco se multiplicó al cuadrado.