Cap. 10: Conociendo a Ian - Part. 2

7.9K 304 71
                                    

Al escuchar a la abuela Ian decir eso me despertó un gran interés en saber cual sería su respuesta. Realmente que necesitaba saberlo, en ese momento se sintió como si mi vida dependiera de ello. Nunca escuché nada acerca de que Ian tuviera una novia. Pero estaba claro que la tenía, y que debía de ser algo lo suficientemente estable como para que su abuela, era algo mucho más serio; alguien que de verdad significaba para él ¿es que acaso esta chica fue la responsable del cambio tan grande de Ian? Me había dicho que lo que provocó que se volviera tan seductor fue cuando su padre empezó a engañar a Thesa, pero siempre he tenido presente que simplemente no era toda la verdad. Ian no me miró, y yo quería que lo hiciera. Él tragó en seco.

—No... Abuela... Eso hace tiempo que se terminó—admitió. Se notaba el nivel de incomodidad que le había ocasionado aquella pregunta. Y yo no pude evitar preguntarme  ¿Quién fue  chica? Y ¿Por qué no lo sabía?

—Oh, ¡disculpa!—ella sonrió, nerviosa—. Pero,  ¿Quién es esta encantadora señorita?

—Soy Kaily—ella me abrazó e intenté no tensarme demasiado. Tenía que disimular, la enorme confusión que experimentabas mis pensamientos.

—Un placer conocerte Kaily. Me llamo Marie—Ian me dirigió una sonrisa con timidez—. Y bien, ¿Qué los trae por aquí? La verdad no me lo esperaba, hace años que no me visitabas, estas tan cambiado, ¿Como está Thesa? Y ¿Por qué no ha venido Peyton?

—He venido a hablar con tu hijo—le dijo Ian en tono mordaz.

—Te recuerdo que mi hijo es tu padre—ella frunció el ceño, ante la rebeldía de Ian—. Está adentro, que extraño no me había platicado que teníamos visitas hoy, pero me alegra que vinieras, aunque me imagino el motivo. De todas maneras me parece excelente que hayas decidido traer a tu amiga—nos acompañó hasta la entrada principal, que quedaba del otro lado de un sendero, que se encontraba encima de un pequeño estanque de agua dulce.

Todo era tan grande y rural; lo que me fascinó. Amaba las casas de campo, siempre había soñado con vivir en lugares como ese.  En los que las casas quedaban a kilómetros uno de las otras. En las que se puede tener todo tipo de cultivos, lo que permite que el oxígeno pueda llenar tus pulmones con más facilidad; y puedes estar seguro de que aquello que respiras es aire fresco, aquel aire puro que proviene de esos frondosos árboles y ríos rebozados de agua limpia y cristalina; esa sensación de percibir lo natural, el medio ambiente totalmente saludable, algo muy difícil de encontrar en la vida cotidiana en la ciudad. Los sonidos de esos animalitos que viven felizmente escondidos en algunos arbustos, los pajarillos cantantes y el gran flujo de mariposas que podías localizar en la cima de los árboles que ocultaban una gran parte de la casa. Y todo eso, sumado a la compañía de Ian Posley, me hacía sentir en las nubes.

—Llamaré a Mark, lo mejor sería que se acomodaran en la terraza, hay una mesa de cristal donde pueden hablar cómodamente—nos avisó mientras subía las escaleras. Asentimos e hicimos lo que nos ordenó.

—¿Y ¿Quién más vive aquí?—le pregunté a Ian. con la intención de romper el silencio. Le tomé la mano y sentí como la tensión desaparecía.

—Solo la abuela y mi primo Jason—respondió, con voz neutral. Lo que había dicho Marie seguro le había afectado, solo que intentaba aparentar lo contrario.

Luego de unos minutos, se acercó a nosotros un castaño de tez blanca y ojos verdes, lucía una camisa de cuadros color carmesí y unos vaqueros negros, tomó asiento,  desconfiado de nuestra presencia, Ian estaba tan indiferente que se limitó a mirar al centro de la mesa, mientras aquel castaño lo contemplaba esperando algún indicio de palabra, también posó sus ojos en mi por unos segundos, de seguro se preguntaba ¿Quién diablos es esta?  Se  notaba un desconcertado sobre la inesperada visita. Había pasado un tiempo considerable en el que solo intercambiábamos miradas, no quería presionar a Ian ya que Ian tenía más de 7 meses que no veía a su padre, y era respetable su reacción, pasó un lapso de unos minutos, así que decidí dar la iniciativa a la conversación; al ver mi intención de hablar Mark se adelantó.

Problem |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora