Durante su última noche estando presa, Mikasa, no pudo evitar soñar lo que desearía que su vida fuera a partir de ahora.Vivir en una casa, grande como la que había habitado junto a sus padres, ella y su amado al aire libre, mientras que él, dormía sobre su regazo abrazando su abdomen de embarazada, mientras que una vida tranquila los esperaba.
Eso fue lo que vio Mikasa, una imagen, de lo que su vida pudo haber sido, o de la vida que se le escurría por los dedos como agua.
La realidad cayó sobre Mikasa como un balde de agua fría, abriendo los ojos, queriendo volverlos a cerrar para regresar a esa vida de ensueño que tanto anhelaba.
Se sentó sobre el colchón duro, solamente para ver a la izquierda y ver a dos figuras mirándola directamente, Mikasa todavía no enfocaba la vista, pero al ver que la persona que estaba más atrás en el sitio, era de muy baja estatura, se talló los ojos, para encontrarse a un Levi recargado en la pared con los brazos cruzados, tenía el ceño fruncido y miraba a la azabache con completa indiferencia.
-¡Buenos días, Mikasa!.- saludo la otra persona que reconoció como Hange.
Ella, al contrario del azabache tenía una sonrisa, que a pesar de que se veía convincente, Mikasa sabía que era fingida.
-Buenos días, Hange-san, Levi.- se le quedó mirando al chico, a lo que el azabache sólo la miró directamente y sólo habló en general, acercándose a la celda de Eren y luego a la de Mikasa, abriendolas y dejándolos salir.
-Limpiense, están asquerosos, y estén listos en media hora, tenemos que ir al Palacio Real.- dijo con una voz neutral, para hacer espacio para que Eren y Mikasa salieran de sus respectivas celdas, y por unos segundos, Levi y Mikasa se miraron directamente a los ojos, esos ojos azul acero que habían cautivado a Mikasa desde que los vio, ahora la veían con un tono apagado, al punto de que se veían negros, esos ojos que no transmitían emoción alguna.
Mikasa había abierto la boca para hablar, pero aún si lo hacia, ¿Qué le diría?, estaba segura de que nada de lo que pudiera decir, haría que las cosas estuviesen mejor.
Después de algunos segundos más, levi la ignoró, y antes de que salieran, Levi se dirigió a Hange.
-Hange, necesito hablar contigo.-
El par salió de la celda, y llevaron a los dos chicos al castillo de la legión para que se arreglaran.
Mientras estaban en el castillo Real, un recluta de la legión llamado Floch, comenzó a insultar a Armin, diciendo que la vida de el comandante Erwin era más necesaria que la suya.
Lo que sorprendió a Mikasa, es que Levi se encontraba en la escena, pero no hizo ningún comentario en defensa de el ahora nuevo Titán humano, solamente se veía, distante, como si su mente estuviera en otro sitio.
ESTÁS LEYENDO
Amor Donde No Debería Estar RivaMika
SonstigesEsta historia comienza después de la captura de Annie Leonhardt. Mikasa odia al capitán Levi, sin embargo después de salvarla sus sentimientos irán cambiando, ¿Será esto amor?. "¿Que te gusta quién?" "Por favor Mikasa, tu eres la única que puede ayu...