D I E Z

758 78 88
                                    

Jimin tendía a pasar los fines de semana en casa, no salía muy a menudo puesto que sus compañeros no eran de salir a divertirse por los alrededores del pueblo, elegían quedarse en su hogar haciendo cualquier cosa menos respirar un poco de aire fresco. Jimin no era de estos, había momentos en los que él mismo se aburría y precisaba salir de las cuatro paredes de cemento que conformaban su habitación, pero jamás había alguien dispuesto a hacerle compañía en estas salidas.

Nadie disfrutaba de dar un paseo por las zonas remotas del pueblo y observar la flora que se hallaba encubierta por la abundante vegetación, por esto tenía que conformarse y dar su paseo en solitario. Mariposas revoloteaban de flor en flor, huían temerosas a medida que la yema de sus dedos rozaba las hierbas altas que sostenían dichas florecillas donde ellas comían. Respiró profundo, dejándose seducir por la sosegada naturaleza, al exhalar pudo decir con certeza que se sentía reconfortado y acogido bajo el manto verdusco de los árboles y hierbajos, en definitiva era esto lo que le hacía falta, un poco de aire fresco para deshilar su mente de sus inquietudes rutinarias. 

Sus pasos tranquilos resonaron en la tierra que conformaba un desordenado sendero, manchones de hierba naciente yacían dispersos en este, amenazando con crecer para adueñarse del camino. A su alrededor el monte y la arboleada era lo suficientemente densa como para impedir el paso de mucha luz solar, por cosas del destino sus pasos le terminaron conduciendo al pequeño almacén abandonado - Que ya no estaba tan abandonado - frenó un segundo para observar la pequeña caseta semihundida en el peñasco que se alzaba tras ella.

Estaba mucho mejor que hace un mes atrás, cuando la encontraron en su primera escapada del colegio fomentada por Jungkook y Lisa, de alguna forma y gracias a esto los tres se habían vuelto cercanos, se atrevería a decir que eran amigos, pues parecían disfrutar del tiempo que pasaban juntos, y Jimin debía admitir, que tanto Lisa como Jungkook eran buena compañía. 

Se terminó de acercar al ahora bien pintado lugar, los tres le habían hecho un pequeño mantenimiento, fueron días de arduo trabajo donde Jimin debía soportar las bromas de Jungkook y las ordenes de Lisa. El primero lo terminó manchando de pintura en más de una ocasión y completamente a propósito; Jungkook era un tonto, lo peor del asunto es que no podía recordarlo sin reírse del acontecimiento, por algún extraño motivo su cerebro tomó este recuerdo como algo positivo.

Abrió la puerta y cerró dándole la espalda a la estancia, podría pasar la tarde allí; viendo algún vídeo sobre animalitos tiernos en su celular, no era muy distinto de cuando estaba solo en casa, pero por algún extraño motivo el almacén, o como Lisa lo llamaba, "La guarida", era mucho más acogedora que su hogar, desprendía una calidez difícil de explicar, que te relajaba al momento y te hacía desear quedarte allí por mucho tiempo. Al olfatear el aire se percató de algo, un aroma particular ondulaba al rededor del cuarto, frunció la nariz, le era conocido y sumamente desagradable, le irritó los ojos haciéndole lagrimear, probablemente porque en la habitación el aroma se hacía más denso que en el exterior, no será...

─ Oh mierda, eres tú...

De un brinco se dio la vuelta, sus ojos lograron distinguir de inmediato la esbelta figura de Jungkook sentada en el colchón de una esquina, con las piernas estiradas y brazos cruzados, su mirada se mostraba apacible aunque Jimin pudo distinguir claramente las ojeras bajo sus oscuros y grandes ojos.

─ ¿Qué haces aquí? las princesas no deben salir de su torre─. El comentario fue con fines de burla, pero confusamente Jungkook no esbozó ninguna sonrisa, ni sus ojos reflejaban algún sentimiento similar, solo le miraban.

─ No soy una princesa─. Espetó por mera costumbre, Jungkook bufó volviendo su vista al frente.

─ Como sea...

J A Y U S ~ KooKminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora