1

828 112 162
                                    

Los domingos de iglesia eran lo más desagradable de la vida de Hwanwoong. Desde que tenía conciencia recordaba aberrar tener que sentarse durante más de una hora para escuchar las mismas palabras de todos los fines de semana.

No sólo tenía que estar interesado en las palabras palabras evangélicas, si no que también formaba parte del coro de la iglesia, en donde tenía un puesto principal debido a su voz que logró encantar a la mayoría, por no decir a todos.

Él intentaba verse interesado en las palabras que declamaba el pastor, pero no podía, así que escabulló su teléfono entre sus piernas para poder hablar tranquilamente con Ravn.


"Iré a tu casa después, así que prepararme avena con chocolate"




Le escribió, viendo las palomitas poniéndose de color azul. Ravn ya había visto su mensaje.


"No."

"Estoy haciendo tarea. Tú presta atención, estás en una iglesia, muestra respeto. >:("


Hwanwoong leyó haciendo una mueca que no pasó desapercibida por su madre que estaba al lado, la mujer lo miró con una expresión de enojada.

-Hwanwoong, dame el teléfono- susurró estirando su mano, Hwanwoong bloqueó su teléfono y negó-. Dame el teléfono, es una falta de respeto.

-Qué va- gruñó dándole el teléfono de mala manera, no le había alcanzado responder a Ravn.

Su madre lo guardó en su cartera y volvió a prestar atención hacia adelante.


Hwanwoong, con un rostro asqueado, chasqueo la lengua sin saber qué hacer para matar el tiempo que le restaba. No le quedaba de otra que esperar a que el pastor hiciera la pausa para que los muchachos y muchachas del coro fueran a prepararse, por lo menos a ese punto sabía que ya quedaba poco para poder irse a casa de Ravn. 

Lo único que puede hacer durante la exasperante canción, era poner su mejor sonrisa, si no lo hacía, no lo dejarían salir. Su madre observaba con orgullo a su hijo cantar, incluso gustaba de grabar cada una de sus presentaciones, halagando y diciéndole lo bien que lo había hecho.

Ya terminada toda la ceremonia, tenía que guardar silencio esperando a que su madre se despidiera de sus amigas hasta el próximo domingo. Él lo encontraba ridículo, podrían verse durante la semana, no solo aquí.

-¿Ya nos vamos?- se acercó a su madre que hablaba con otras dos señoras, no las recordaba, siendo sinceros, siquiera sabía bien quién era el pastor-. Debo ir a casa de Xion- mintió.

Su madre dio vuelta con una sonrisa amable, Hwanwoong la miró mal.

-Hwanwoong, cariño- lo tomó del brazo para que se acercara, las otras mujeres lo miraron encantadas-. Él es mi hijo Hwanwoong- señaló orgullosa-. Es un niño muy talentoso, ya está terminando la escuela, planea ser...

-Mamá...- gruñó para que no dijera más de lo necesario.

-Hwanwoong, quiero presentarte a Song Sooyeon- su madre señaló a una mujer de unos cuarenta años que le sonreía, miró a un lado y una chica lo miraba como con... ¿susto? Ni que fuera tan feo-. Y ella es su hija, Song Yoon- ahora señaló a la chica con cara de susto.

Hwanwoong, con una mueca de incomodidad movió su mano de un lado al otro, saludando a la mujer y su hija.

-Hoy vendrán a casa a cenar, así que quiero que te quedes en casa, nada de ir a casa de Xion.

Desagradable



(...)




La cena no empezaría hasta que su madre lo llamara, ya que logró convencerla de que iría por un rato a la casa de Xion y luego volvería antes de que la familia llegara. Claro no estaba en casa de Xion, sino que se encontraba arrimado sobre el cuerpo de Ravn dejando que él tratara de trenzar su rubio cabello.

Mom, i'm gay too | ravnwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora