La conversación entre los chicos no terminó nada bien. Jen llegó a decir que ella era una histérica, y ella, por decir, lo llamó hasta mala hoja.

Lo sé, golpe bajo. Pero no puedo meterme en eso, pues nunca me he acostado con Jen.

Ella lo sacó casi que ha patadas de su departamento, y se juró a si misma que no iba a llorar, pues Irina desde que era muy niña se prometió siempre ser fuerte y nunca llorar, pero al transitar por tantas desgracias lloraba una que otra vez, y siempre que discutía con Jen, lo cual sucedía con mucha frecuencia, terminaba llorando porque le cagaba querer tanto a una persona que se comportaba como todo un puberto.

Los próximos días la paso encerrada en su casa, y por más que Jen le suplicaba que hablarán, ella no le hacia el mas mínimo caso. Había pasado medio día desde aquella fea discusión, solo le había dejado hablar en una ocasión y no por más de diez palabras:

—Necesitamos hablar —le dijo el golpeando la puerta de su casa

—¡No! —gritó ella sin siquiera abrirle la puerta

—Abre Irina por favor

—¿Que? —dijo molesta abriendo la puerta de su casa, resistirce con Jen le quedaba grande

—Hablemos —rogó con cara de lamento

—Solo si dices que eres el culpable de todo, y arrodillado en el suelo me pides que te perdone

A Jen no le hizo ninguna gracia tal mandamiento, pues él era de esos hombres que aun sustentaban algunos pensamientos machistas, y arrodillarse delante de una mujer no pasaba nada inadvertido. Irina estaba muy cansada de esa relación, en todas las horas que le estuvo dando vuelta a la situación había determinado que era una relación muy toxica que había que zanjar de raíz, y por eso, le había estado evitando. Al conocerlo tan bien, sabía que Jen jamás haría semejante acto de degradación, y victoriosa ante esa pequeña parrafada se dispuso a cerrar la puerta de su habitación cuando Jen guiñaposo cedió a su pedido

—Discúlpame, yo fui el culpable de todo. Tú tienes toda la razón —dijo arrodillado en el suelo con su semblante aún más abatido

Ese acto para Irina significo más de lo que a ella le gustaría, más porque a Jen sin importarle el pequeño grupo de personas que le miraban y cuchicheaban en el pasillo se arrodilló en el suelo y rogó por su perdón; y ella ante tal comportamiento no sabía si sentir felicidad o ganas de llorar

—Que bien que lo sepas reconocer —dijo firme y toda orgullosa tiró la puerta en su cara.

Otra vez aferró su espalda a la puerta y se deslizo hasta quedar en el suelo, donde su pequeño cachorro cariñoso y consciente de su desamor, corrió e hizo todo lo posible por levantar su estado de ánimos

Era mucho lo que ya ella cargaba, supongo que un día de gota en gota se desborda la copa, y creo que exactamente estas palabras describen su situación. Por más que se empeñaba en pensar de manera optimista y ver el lado bueno de la situación, ya ella no podía. Irina no era ese tipo de mujer que rellena los vacíos de una relación con los sucesos buenos que han acontecido, por mucho que le gustaría. Era una mujer realista y a veces algo pesimista. Sin embargo, yo no le puedo quitar la razón al concretar con ella que Jen era un chico sumamente inmaduro. Y tanto Irina como el resto de las personas con excepción de Jen, saben que una relación es cosa de dos.

Por otro lado no puedo dejar de criticarle que quizás se había hecho expectativas muy altas para con Jen, y que capaz en la forma de pensar de él, ella era solo una amiga con la que le gustaba intimar. Algo a lo que nunca catalogaría con algún otro término que no fuese amistad; y basada en esta lúcida observación puedo justificar el comportamiento infantil de Jen que tanto aborrece a Irina. Porque de ser así, no veo nada de inmadurez en su forma de proceder. ¿O le comentan todos y cada uno de sus pasos a sus amigos?

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2021 ⏰

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