Prefacio

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El Juego de las Escondidas

En el inevitable silencio sus demonios y yo nos encontramos para jugar a las escondidas

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En el inevitable silencio
sus demonios y yo
nos encontramos
para jugar a las escondidas

era el turno de ellos;

correr para esconderse

en el laberinto de
los pensamientos sin salida.

Mi papel en todo
aquello era
contar hasta diez,
con el único fin de encontrarlo
y traerlo de vuelta

a conmigo...

Más, en un desliz suyo descubrí
lo que más me atormentaba,

en su cabecita
no existía espacio para
tantas voces y pausas...

Aún así me vestí de valor;
sería la última vez
que intentaría salvarnos.


«Juguemos», dije sin saber

quién acabaría

encontrando

a quién.

Sus demonios y yo - Hannigram Donde viven las historias. Descúbrelo ahora