¿Y tú quién eres?[COMPLETO✓]

¿Adiós o hasta pronto?

By Piero
Amore:

No sé cómo empezar esta maldita carta sin ser cursi o sin ponerme melancólica. Debería decirte que cuando leas estas líneas yo ya voy a estar muy lejos de ti, como dicen en las películas cada vez que alguien se despide. La verdad es que sí, cuando leas esto ya no estaré contigo.

Me rompe el corazón y juro que me duele más que a ti, dejarte de esta forma. Decidí hacerlo así, más que por miedo al "adiós", por miedo a que- al mirarte a los ojos- no fuera capaz de despedirme y quisiera quedarme para siempre contigo. Entonces no hubiera tenido el valor de marcharme, me hubiera derrumbado con cada uno de tus suspiros y me hubiese arrepentido con cada una de tus lágrimas; de esas que, estoy segura, ahora se deslizan por tus mejillas.

Me voy. Mi padre agravó. Estabas conmigo el día que recibí la noticia de su cáncer de próstata, que desgraciadamente hizo metástasis y dio lugar a un cáncer de pulmón para el que le vaticinaron sólo cuatro meses de vida.

No puedo seguir aquí sabiendo que puedo estar más tiempo con él, que puedo estar a su lado en sus últimos días. Por más que quiera quedarme, esto es lo correcto, es lo más sensato y es lo que debo hacer por él, por mi familia y por mí.

Quiero agradecerte por todo: por ese día en el lago, por tu sonrisa cálida, por no haber faltado nunca a tu promesa de no dejar de sostener mi mano durante todo el viaje, por ser mi lugar seguro. Sabía que este sentimiento acabaría por herir a uno de los dos, o a ambos, sabía que el sol nos iba a abrasar hasta hacernos cenizas. Aún sabiéndolo, hubiera seguido volando hacia él, no sé si tú lo hubieras hecho también.

Desde que llegaste, mi mundo se volvió una canción que por título lleva tu nombre, una muy hermosa, una sólo nuestra, una que no quiero cantar con nadie más sino contigo. Me enseñaste las rosas de la vida, mientras poco a poco te dedicabas a convertir las espinas en pétalos para mí.

Siempre he creído que quien va a la playa y se encuentra, sin esperarlo, con una de esas caracolas gigantes hermosas que guardan dentro el sonido de las olas del mar es muy afortunado. Creo que el amor es un poco así. Me considero la persona más afortunada del universo por haberte encontrado. Tú eres mi caracola.

Me demostraste los privilegios que hay en la simplicidad, lo bien que se siente ser una persona más del montón, lo erótico de los segundos previos a un beso, los secretos de la piel...

Me enseñaste que el "para siempre" no existe, aunque deseemos que así sea con todas nuestras fuerzas; pero hiciste posible que pudiéramos tener el mejor " mientras dure" de la historia de las historias incompletas.

Supiste desnudar mis inseguridades, mostrarme cuán hermosa soy a pesar de mis desastres, entregarme el amor tal y como es: con dosis exactamente iguales de felicidad y dolor. Son cosas que jamás olvidaré y que nunca dejaré de agradecerte.