Lillie siempre había sentido sus manos heladas, como ese hielo tan frío que incluso llega a arder al estar mucho tiempo tocándolo. Se preguntaba por qué, si vivía en una isla paradisiaca como lo era Alola, estas no podían sentirse bien, como las de una persona normal. Usar guantes no era una opción, pues podía percibir cómo la helada piel se hacía notar entre el algodón que las cubría.
Había pasado su corta vida con la idea de que nunca podría despegarse de tan gélida sensación, incluso hubo momentos donde ya ni las percibía. Quizá, se decía, no tenía arreglo.
Aun así, ella deseaba saber lo que era sentir la calidez en sus finas manos.
Y entonces, por obra de sus ruegos o una muy buena suerte en la vida, conoce a Ash. Nada de relación tuvo con su pequeño gran problema en un inicio, pero él de cierta manera había cambiado el rumbo de su vida a como la tenía ahora. La muchacha estaba alegre de conocerlo y se preguntaba cada día si podría llegar a ser tan vivaz como él, tan cálida como el aura que del muchacho emanaba...
Tan cálida como hacia él sentir a su corazón cada vez que estaban juntos...
No fue hasta la primera vez que el entrenador tocó sus manos que pudo sentir calor. Fue realmente un accidente, pues Ash casi se cae y ella logra agarrarlo para evitar un golpe contra la arena. Se sorprendió al sentir la sensación y soltó al chico, quien cayó, pero Lillie no se había dado cuenta de ello por el descubrimiento de que podía experimentar calidez. No el ardiente fuego de un volcán, ni el doloroso ardor del Sol. El calor que Lillie sintió era más... cándido, agradable; uno soportable, tibio y amable. Uno que le trasmitía mucha seguridad y querer seguir de la mano de él por mucho tiempo más. Se preguntó si solo él le transmitiría esa sensación... y quizá fue así, pero no por estar de la manito siempre, sino porque fue Ash quien hizo que su pequeño mundo congelado se expandiera: Relacionarse más con sus amigos, perder el miedo a los Pokémon y mejorar los lazos con su madre y hermano, todo eso, poco a poco rompieron la capa helada de las manos de Lillie, aquellas que eran el nexo para sentir la calidez y alegría de la vida que tanto ella ansiaba experimentar. Ash había sido una pieza fundamental, y el cálido calor que Lillie sentía cada vez que estaba junto a él no hacían más que confirmarlo.
Por eso, cuando el barco ya había zarpado y todos se despedían de ella, Lillie corrió para verlos por última vez, en especial a Ash, y le agradeció con las mejillas sonrosadas por todo lo vivido, por ayudarla con los Pokémon, pues no pudo conocer a alguien mejor que el chico de Kanto.
Y juró para sí misma que, algún día, le expresaría todas las hermosas sensaciones que sentía por y hacia él.
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Palabras: 500
Esto salió luego de ver el ¿Último? Capítulo de Sol y Luna. Aún no me veo la temporada completa, lo admito, pero aún así espero les haya gustado uwu
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Efímero [15 Drabbles Challenge]
FanficBreves historias que, irónicamente, tienen mucho que contar. Autor de la imagen usada de la portada: Sugarmints, en Devianart. Autor del reto: ImKatsuro 15 Drabbles Challenge 2021