No todo está arreglado

278 16 9
                                    

El tiempo nunca avanza a nuestro ritmo, simplemente continua, no se detendrá por nosotros y jamás deja que vuelvas al pasado, solo te hace enfrentar en el presente las consecuencias, llegando a arreglarlas o empeorarlas.

La nueva rutina de Michiru era la misma pero solitaria; a pesar de que Marie la visón vivía con ella y le facilitaba algunas tareas del hogar, ella tenía que ir por la comida y las cosas que necesitaba después del trabajo, asimismo no se sentía con la confianza suficiente para hablar con total sinceridad con ella. Su nuevo empleo le costaba estar alejada de sus amigos, no era como el anterior, en el cual tenía cierto tiempo muerto para poder llamarlos por teléfono o visitarlos; ahora tenía que estar constantemente con Bárbara Rose para proponer, mejorar o descartar aquellas modificaciones que Anima City tendría en un futuro. Y al final del día estaba demasiado cansada como para tener ánimos de charlar con sus amistades, solo bebía un té relajante en la cocina e inmediatamente se iba a dormir; sin embargo, a veces no podía conciliar el sueño, hace una semana desde que discutieron en la cooperativa y no había podido reconciliarse con Shirou, necesitaba arreglarse con él y tal vez podría descifrar algo de su frío comportamiento desde que llegó a vivir en la calle Moonstone; pero no tenía la oportunidad, no quería arreglar las cosas por teléfono sino en persona; por otra parte, su orgullo le mencionaba que si él no le buscaba la palabra significa que no estaba interesado en recuperar su amistad.

- "Estúpido lobo" - se decía para sí, calmando sus pensamientos y poder entrar al mundo de los sueños con más tranquilidad.

Es el primer día del otoño en Anima City, el frío comenzaba a notarse en el aire pero eso no impedía seguir disfrutando del sol. Las sesiones con Bárbara ahora eran menos frecuentes ya que las obras de la infraestructura comenzaban; según los cálculos de la alcaldesa, dichas construcciones finalizarían a mediados de la próxima primavera, por lo que ya no era tan necesario que Michiru se presentara a la alcaldía y podía volver a trabajar en la cooperativa Beastman, solo la llamarían si era necesario.

Saliendo de la oficina de Rose, la chica tanuki se retira a relajarse pero no a su casa, sino a la cima de la montaña que se alza cerca de la ciudad, desde ahí se podía tener una vista panorámica de todo e incluso podía ver su casa; la cual parecería una casa ermitaña al estar alejada de los edificios y calles concurridas de Anima City, pero las demás casas vecinas le hacían compañía a su solitario hogar.

La relajante cima tenía unos cuantos árboles que le brindaban una acogedora sombra y en ocasiones el viento refrescaba el lugar. Ese sitio se había vuelto un santuario para ella, cuando podía darse una pequeña escapada para respirar del estrés laboral, volaba ahí y se recostaba en el césped mirando el cielo hasta que la paz reinara en su mente y en ocasiones le ayudó a tener mejores ideas para el proyecto de Anima City. La peliazul miraba las nubes, mientras elegía las palabras que le diría a su compañero Shirou. "Perdón", "Lo siento", "Estoy de vuelta", "Ya llegó por quién llorabas"... Era absurdo que pensara tanto esa situación, después de todo, solo volvería a ser parte del equipo de la cooperativa. De repente, su pensativo descanso es interrumpido por el sonido de su celular.

- ¿Hola? - contesta Kagemori sin mirar la pantalla, ya que era costumbre recibir las llamadas de la alcaldesa.

- Michiru, soy yo, Nazuna, ¿dónde estás?

- Estoy en... Cerca de mi casa, ¿qué sucede?

- Fui a buscarte con la Sra. Rose, pero me dijo que hoy terminaste temprano, si quieres te veo en tu casa. No es nada urgente, solo quería pasar la tarde contigo.

- De acuerdo, pero mejor vamos a vernos en la playa, cerca de la tienda de helados.

- ... Ok...

No me juzgues por ser un humanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora