𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗧𝘄𝗲𝗻𝘁𝘆-𝗘𝗶𝗴𝗵𝘁

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La primera etapa del robo estaba por comenzar.

El equipo completo, excepto por Mia, se encontraba en las calles de Brasil, específicamente afuera de una casa de dinero perteneciente a Hernán Reyes.

Un hombre de piel morena y anteojos se acercó a la puerta y una vez que fue abierta Dominic lo sacó del camino, golpeando con rapidez al "encargado" del lugar.

— ¡Nadie se mueva! — Exclamó en portugués

Inmediatamente las mujeres utilizando sólo su ropa interior comenzaron a gritar y correr en diferentes direcciones, todas aterradas por la situación y temiendo por su vida -no tenían idea de quienes eran y que les harían-.

— ¡Rápido, al suelo! — Santana gritó, empujando con un poco más de delicadeza a las chicas -no era su culpa-

Algunos minutos después todos los "trabajadores" en la casa de dinero estaban arrodillados en el suelo, sus manos y pies atadas impidiéndoles moverse o levantarse.

— Eso es todo lo qué hay — Brian aviso, dejando el último fajo de billetes sobre el mazo

El encargado rió nervioso — Están muertos... están todos muertos ¡No lograrán esconderse!

— Cierra el pico idiota ¿Quien se está escondiendo? — Santana preguntó burlona, quitándose el pasamontañas de la cara

El equipo copiando su acción. 

— Están locos, ¿Acaso saben de quien es esta casa? ¿Saben a quien le están robando? — Preguntó con confusión mientras observaba el dinero ser bañado en gasolina

— No vamos a robarlo — Dominic aclaró, sacando el encendedor de sus bolsillos — Cuéntale a tu jefe quien hizo esto y avísale qué hay más por venir.

Terminando sus palabras, Dominic arrojó el encendedor hacia el fajo de billetes dejando que se incendiaran. Todos estaban un poco sorprendidos por la escena, pero sabían que era necesario para poder obtener el premio mayor al final.



XXX



Comenzando la segunda parte del plan, Santana se largo con Gisele al centro de la ciudad, ambas chicas sentadas sobre la motocicleta esperando a que su vehículo asignado comenzara a desplazarse hacía el nuevo recinto.

Tego tomó el radio — Número uno en movimiento.

— El dos está en movimiento — Roman aviso, antes de continuar devorando sus papas fritas

Gisele y Santana colocaron nuevamente sus cascos al ver que la camioneta era cerrada y encendida.

— Tengo al mío — Han informó

— Veo a el número cinco — Tej les dejó saber observando desde la azotea del edificio

Brian y Dominic se encontraron en uno de los semáforos y compartieron rápidas miradas, antes de seguir su camino.

— Sabíamos que reunirían todo el dinero en un solo lugar, pero no me van a creer esto — Tej murmuro con frustración

Dominic les indicó que se reunieran en la azotea para poder observar con claridad el problema, después de todo no entendía lo que tej quería decir. Para su sorpresa y mala suerte, el nuevo lugar de seguridad era la estación de policías.

— Esto se acaba de complicar aún más  — Brian murmuro para sí mismo, mientras cruzaba sus brazos

— Chicos, si lo lleva a una estación policial es por que es importante en el país — Román hablo nervioso

Rico se acercó a Tego — Este será un viaje más corto de lo que esperábamos.

— Tienes razón, no podemos hacer esto — Tego respondió dándole la razón

Han bufo uniéndose a ellos — ¿No podemos? Supongo que te refieres a que no debemos.

— Yo creo que esto no cambia nada — Santana declaró con seriedad, mientras fruncía su ceño

La morena no estaba realmente segura de sus palabras, pero tenía claro que su novio no daría un paso atrás y no pensaba dejarlo solo en su decisión.

Dominic asintió — Nos apegamos al plan.

— ¿Que tu que? — Roman preguntó con sorpresa — Esto paso de misión imposible a misión suicida. No estoy asustado, pero les aviso que hacer esto es una locura.

— Yo me encargó de esto — Brian enseguida murmuro corriendo tras el

Gisele se acercó a Santana y dejó su brazo sobre sus hombros — ¿Estás segura de esto?

— No del todo, pero es Dominic de quien hablamos, no esperaba menos.

Gisele le sonrió con simpatía, admirando la forma en que ambos se mantenían juntos -a pesar de sus diferencias y locuras-. El equipo poco a poco fue abandonando el edificio, mientras Dominic se mantenía serio observando la ciudad.

Santana se abrazó a sí misma mientras se acercaba — No le des muchas vueltas ¿si?, Ya estamos aquí, Dom.

— Lo se, nena — Murmuro entrelazando sus manos — Vamos, tenemos mucho trabajo que hacer.

Ride or Die - Dominic Toretto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora