Cuando los sueños despiertan (Tú y Rubén)

CAP 16 | Recuerdo... Parte 2

Enseguida me puse a hacerle cosquillas. Que tonta fui. No sé porque actué asi pero... Con las cosquillas conseguí ponerme sobre él. A la mínima que tocó el suelo empezó a hacer sonidos de dolor a causa del frío.
- ¡Uy! ¡Perdona!- levanté su cuerpo y otra vez nuestras caras se quedaron muy cerca.- no me acordaba que no llevas abrigo.
- Tranquila, tenia la sensación de estar en una temperatura ideal a tu lado.- me puso esa cara sexy de broma. Reimos juntos y de la verguenza miré al suelo.

Me quité el abrigo y se lo ofrecí.
- ¿Qué haces? ¡No, no, no, pontelo tú!
- Rubén, es tu abrigo.- sí, aquel verde con la marca adidas bordada en rojo.
- Que me da igual, pontelo tonta.- me dijo en un tono de voz muy dulce.
- Hazme caso, tengo una idea.- le sonreí.
Se puso el abrigo y le abracé por dentro.
- Ahora ¿se puede cerrar?
- Dudo.- dijo intentandolo.
- ¿Me estas llamando gorda?- le dije con un tono lloroso exagerado haciendo broma. Se rió con esa risa aguda tan mona.
- Se puede cerrar pero alomejor la rebentamos. ¡Claro! Es que estamos dos dentro de una chaqueta.- Me reí.
- No pasa nada, vamos asi hasta casa. ¡Estás congelado! Pobrecito...
- Tranquila, contigo y con la chaqueta me calentaré rápido. Los dos nos dimos cuenta al instante de lo mal que sonó y nos reimos. Miré hacia abajo sonriendo y con un poco de verguenza.

Levantó mi cara cogiendo mi barbilla. Apenas 5 centímetros nos separaban las caras. Tenia su mano en mi espalda, la otra en mi barbilla y mirandome a los ojos y a mis labios sonrió y dijo:
-¡Que mona que eres!- sonriendo y arrugando su cara en señal de dulzura.
Enseguida me abrazó enterrando su cara entre mi cuello y mi hombro haciendo un sonido como el de ust.

Le devolví el abrazo:
- ¿Vamos a casa?- no podiamos parar de mirarnos con dulzura.
- Vamos.

Casi nos caemos porque yo me dirigí hacia el caminito que nos llevaria a casa y el hacia el barranco por el que nos caimos.

-¿Qué haces?¿Cómo vamos a subir por ahi?
-¿Qué? Podemos escalar por la nieve y acortar todo ese camino.
- No has tenido bastante con la nieve que te he untado en la cara ¿no?- reimos ambos.- Enserio, vamos por el camino ¿Cómo vas a subir por ahi?
- Yo consigo todo lo que quiero, nena.- poniendo voz de pelicula americana y cara de Jim Carrey. Me puso el abrigo a mi y se alejó un metro hacia el barranco.
- Pfff hahaha ¡claro!- dije con ironia.
Sonrió y mientras recuperaba ese metro acercándoseme dijo:
- ¿Qué? No te crees que puedo conseguir lo que quiero?

¡Dios! Se puso tam serio y sexy. Recuerdo que me agarró las caderas y se acercó más y más. Nuestros cuerpos se juntaron. Actuó rapido y me robó un beso.
- Jaja!! ¡Te he robado un beso! Puso caea de feo y fue corriendo al barranco.

Más bien fue un pico. Fue tan solo un medio segundo pero el medio segundo más tierno de mi vida. Su mano se desplazó hasta ma parte baja de mi espalda y me juntó a su cuerpo para que nuestros labios se unieran. Encajó perfectamente su boca a la mia. Él estaba congelado pero sus labios eran otro mundo. Estaban rojizos, tiernos, calientes e ironicamente hidratados. Fue tan especial... Volviendo a la realidad.

Dos segundos despues de que Rubén empezara a correr fui detras de él.
- ¡A ver quien gana!
Medio minuto después ya estabamos bastante cerca de casa. Él me sacana mucha ventaja pero no me iba a ganar.
- ¡Rubéeeen!- grité como una niña pequeña. Se giró y vino a mi. ¡Bien! Funciona. Crucé los brazos como una niña enfadada y mire hacia abajo carita de pena.
Él medio sonriendo y riendose mendijo con termura.
- ¿Que pasa cariño?- ¡oh! Dios, ese cariño me derritió. Pero me mantuve fria porque tenia algo planeado.

Levanté mi mirada poniendo una cara sutilmente sexy. Se le notó en su cara que le puse. Me acerqué más a él moriendome el labio. Me dirigia con mis labios a su mejilla y mientras paseaba mi mano por su torso, hasta abajo, en la zona de la "v". Allí, le araño un poco y le sonrio mordiendome el labio inferior. Él, suelta una expiración de placer y comienza a dirigir sus manos a mi torso.
Actuo rápido, le esquivo y corro hacia casa riéndome fuerte.
- Puta!- me chilla de broma mientras empieza a correr detrás mio.

Me detengo en seco y él, del susto, hace lo mismo. Le miro de perfil con la mirada, las cejas levantadas y aseñalándole con el indice.
¡Eh!- marco con un golpe de voz. A mi no me llames puta.- digo sin dejar de aseñalarle. Nos miramos serios. Poco a poco dibujé una sonrisa sin dejar mi posición. Él, al darse cuenta sonrió y nos pusimos a correr.

Al final ganó él.
- ¡Claro! Con la patas de jirafa que tienes.- refunfuñé. Él solto una risa agunda y vino a consolarme.
- No pasa nada... Quedar segunda esta bien...- se burló.

De repente apareció su hermanita saliendo de casa.
- Mama dice que dentro de poco ya está la comida, que entreis.- vino hacia nosotros y levanto los brazos para que le cogiéramos.

Rubén se acercó a ella y cuando estaba a punto de cogerla:
- ¡Nnno! Ella.- y se dirigió hacia mi, la tomé en brazos y caminando hacia la puerta me giré a Rubén.
- No pasa nada... Quedar segundo esta bien...- me burlé.

Ya dentro, Rubén y yo nos secamos un poco, nos abriguemos más y nos colocamos al lado de la chimenea. Mientras hablábamos me hice una trenza de espígo. Esa que parece una una colita de pez :3. Me aseguré de que quedara un poco de flequillo suelto.

Rubén empezó a estornudar fuerte.
- ¡Ves! Ya te has resfriado.- le miré con cara de preocupación.- Tendrias que haberte abrigado al salir.
- Y lo dice la chica que me ha restregado una bola de nieve en la cara.- nos miramos y nos reimos juntos.
- O almenos podrias haber aceptado la chaqueta que te he ofrecido.- seguí mi frase.
- O podrias no haberme molestado para que saliera a la nieve o podrias no haber cogido MI chaqueta o podrias haber evitado caernos por ese barranco o dejarme en el suelo...- me miró un poco serio, pero aún sonriendo.
- Perdón.- miré a bajo y sonreí.
- Pero ha valido la pena.- alegrando la cara y mirandome a los ojos.

Los dos nos quedamos mirándonos por un rato:
- Bueno, ¿sabes que hay para comer?
- Ni idea.- le respondo.
- Ven. Voy a enseñarte lo que pescó mi abuelo.
Nos levantamos y le sigo.
-¿Quieres ver que hay para cenar?- repite.
- Ok.- indiferente
- ......¡¡Nieve!!- me agarró por el torso y me dirigió hacia la puerta. Yo no paraba de chillar "¡No, no, no!" hasta que paró con la broma y volvimos a la chimenea.

Seguimos hablando, un momento de silencio escuchamos a su hermanita hablar con el padrino de fondo:
- ¡Quiero una trenza como la de ___ !¡Quiero ser como ella!- dice entusiasmada.
- Pero yo no sé hacer eso cariño...- le responde el padrino.

A Rubén y a mi se nos pone cara de dulzura:
- ¡Te adora!- asiente.
- ¡Que va! Tampoco es para tanto.
- Que sí. Ella y todos. Me han hablado de ti. Estan muy contentos contigo. Dicen que eres amable, educada, simpatica y responsable. ¡Ah! Y limpia y que eres como yo, dicen. Supongo que se referirán a las bromas y la ironía. Les encantas.- repite.

Me sonrojé al instante, no sabia que decir:
- ¡Ellos son demasiado! Llevo muy poquito aqui y me siento como en casa: muy a gusto con todos. Son tan diferentes de España... Ellos son más amables, abiertos...más...modernos.- dije.
- Me encanta que todo salga bien.- me sonrie.- Va, ves a hacer esa trenza a mi hermana.-me dice dulcemente.- Ayuda al padrino.- se rie.