Cuando los sueños despiertan (Tú y Rubén)

CAP 26 | Morgen

Rubén bajo ya que lo técnicos que venian a arreglarnos lo de la luz habian llegado. Yo seguí sus pasos pero me mantuve alejada de la conversación.
Minutos más tarde ya habian acabado de arreglar la luz y Rubén acudió a la cocina, donde me encontraba con su madre y su hermanita:
- Tete ¿Sabes que?- dijo la adorable de su hermanita.- ¡Vamos a hacer cupcakes! Y el mío va a ser de chocolate ¿a que si, mamá?- fue hacia su madre.

Mientras madre e hija hablaban, Rubén se me acerca mostrándome una sonrisa dulce. Suelta un sonido de cansancio y uno de cariño como escusa para abrazarme. Nos quedamos bastante tiempo así y a nadie le estraño. Ya era de esperar, des de cuando Rubén y yo no teniamos nada, que algún filling habia entre nosotros.

- No te imaginas las ganas que tenia de besarte.- me susurra en el oído. Sonrío.- ¿que hacemos ahora?- se separa de mi y me mira.
- ¿Lo hablamos esta noche?- le dije con una gran sonrisa.
- Perfecto.- me devolvió la sonrisa.- Es increíble como 10 millones de personitas son la razón de mi felicidad y como una de ellas me ha cambiado la vida.

Los cuatro estuvimos hablando y riendo toda la tarde mientras haciamos reposteria. Y luego nos pusimos gordos comiendo lo que creamos.

Por la noche, Rubén y yo nos quedamos hasta altas horas de la madrugada hablando muy muy cerca, bien abrazados. Por lo que hablamos parecia que los dos teniamos miedo de algo más. Decidimos simplemente seguir así. Sin mostrar que somos una pareja pero dandonos cariño, como siempre. Pero ultimamente más cariño.

Me desperté, una mañana más a su lado. Era una forma sencillamente genial de alegrarte el día desde el segundo zero. Tenia que hacer pipí asi que después de ver que él estaba ya despierto con el móvil en la mano, nos miramos, nos deseamos un buen día y fuí al lavabo. Después de hacer pipí decidí lavarme los dientes. Volví a la cama, dónde él aún permanecía. Hermoso, dije en mi interior. Me arropé:
- ¿Qué hora es?
- Las 9:20.- me sonrió y le devolví la sonrisa en forma de agradecimiento por al respuesta.
- ¿Cuánto llevas despierto?
- El tiempo suficiente para hacerte 500 fotos de lo raro que duermes.- dice mirando a su móvil y poniendo cara de inteligente.
Me alboroté enseguida:
- ¿Cómo?
- ¡Es broma!- rie.

¡Dios! Cada vez me enamoraba más de su sonrisa y ya no era como la risa de siempre. Era un poco mas dulce y coqueta. Ocultaba un cariño tierno.

- Ven aqui.- me dijo mientras hizo que nuestros cuerpos se juntaran en forma de abrazo. Yo iba en braguitas, sujetador y una camisa prestada de Rubén y él solamente con unos boxers apretados.
Paseaba mi mano por su espalda y dije bromeando:
- ¡Uhh! ¡Que pose mas gay!- ya que tenía la espalda un poco curbada hacia adentro.
- Haha ¿Quieres que sea un machote?- dice imitando una voz grave y adoptando una pose de cuerpo tumbado hacia arriba con uno de sus brazos rodeando mi cuello.

Me reí. Aprovechando apoyé mi cabeza en su hombro/pecho con mi cara cerca de su cuello. Me encontraba abrazada al lateral de su cuerpo, con mi pierna sobre la suya y mi mano sobre su pecho. Ya habiamos estado en una pose similar antes pero nunca en este ambiente tan excitante y romántico.

Acerqué mi cara a su cuello y para hacer broma cerraba y abria los ojos rápidamente para que mis pestañas le hicieran cosquillas.
- Hahaha ¡Para! Haha- se apartó y me dejó ver una gran sonrisa.
Me reí y le cojí de la mejilla para acercarme y hacer otra vez lo de las pestañas en sus labios.

Nos reimos pero se apartó enseguida para rascarse los labios. Soltó un sonido raro y burlesco y se avalanzó sobre mi para hacerme cosquillas. No parábamos de hacernos cosquillas y pasarlo bien hasta que dos minutos más tarde volviamos a la pose original.

Est vez mi cara estaba tan cerca de su cuello que lo podia rozar con mis labios. Ambos sentiamos las respiraciones. No aguantaba más. Le di un par de besos inocentes en el cuello. Eso me excitó a mi y a Rubén, quien dejó caer un leve sonido de placer.

Eso me animó a pasear mi mano sobre su torso, subiéndo hasta el cuello donde cierro la mano agarrándole para después seguir mi camino hasta la cintura. Con mi mano en su cintura le agarro y le arrastro hasta mi. Rubén, excitado se medio incorpora y me empieza a besar el cuello. Se encontraba casi encima mio. Pasó su mano entre mi espalda y la cama. Cuando alcanzó un punto central de mi espalda me empujó suavemente hacia él y se juntaron nuestros torsos. Él seguia besándome el cuello. Poco más tarde apartó un poco una de las tiras del sujetador cavallerosamente para despejar la zona de mi cuello y besarme mejor. Yo no podía parar de arañarle la espalda. ¡Dios! Era una delicia sentir sus suaves labios.

A continuación, se separó lentamente de mi cuello y protegió mi mejilla con su mano. Con el dedo empezó a acariciarme la parte de abajo del labio inferior. Tanto Rubén como yo mirábamos los labios del otro.
- ¿Puedo?- insinuó si podía besarme preguntandome gentilmente.

Le respondí con una sonrisa totalmente natural e improvisada y cada vez nos acercábamos más. Cada milimetro que nos acercábamos más alto se escuchaban los pasos y gritos de la hermana de Rubén.

Rápidamente nos separamos y nos hicimos los dormidos. Seguidamente su hermana entró:
- ¡Jope! Aún estan durmiendo.
- ¡Son unos vagos! ¡Pero no chilles si estan dormidos! - se escuchó al padrino de fondo.
- ¡Ui! Hihi- se tapó la boca. Se acercó a mi- ___- susurró mi nombre.
Abrí los ojos y le sonreí.
- ¡Holi! Despertaos ya que vamos a desayunar. ¡Despierta al tete!- dijo yendose por la puerta.
Cuando oí que se habian ido me giro, toco suavemente la espalda de Rubén y le digo con voz coqueta y sexy:
- Teteee...- se gira rápido con una gran sonrisa, mordiéndose el labio inferior y con mirada malvada.
- Cuándo estemos solos te vas a enterar- dice muy cerca de mis labios.

Enseguida nos miramos a los labios, después a los ojos y se produjo un clima muy tierno. Nos sonreimos y nos abrazamos. Decidí agarrarle la mejilla y besarle muy cerca de la comisura del labio. Le besé lentamente y con dulzura.

Después de eso nos levantamos, nos aseamos y nos fuimos a desayunar con la família.

- ¡Es verdad! No has abierto tu regalo aún.- le dije.
- ¡Hostia! ¡Es verdad! Acabo de desayunar y subimos a abrirlo.