Una noche con el vampiro.

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-R-Riki, t-tus o-ojos se están volviendo r-rojos.- Dijo Sunoo, espantado.

Niki se levantó bruscamente de la silla.

- ¿¡ Se puede saber que estás diciendo?! - Dijo Niki enfurecido.

Pero cuando Sunoo volvió a mirar los ojos de Niki, estos estaban negros otra vez, así que pensó que se lo había imaginado y se disculpó rápidamente. 

- Lo siento mucho he de haber visto mal- Se disculpó Sunoo.

- Ven - Le dijo Niki agarrándolo del brazo. 

Niki lo llevó hasta el baño para que pudiese lavarse la herida, y luego le llevó a la cocina donde abrió uno de los cajones y sacó una tirita que luego le puso en el dedo. Sunoo se sorprendió por la calidez de Niki y sus mejillas se tornaron de rojo. Quizás Riki no fuese tan malo como todos pensaban. Ahora más que nunca Sunoo tenía más ganas de acercarse a él. 

- Gracias Riki- Dijo Sunoo tímidamente.

-  Ten más cuidado la próxima vez- Dijo Riki tratando de sonar frío. 

Después de aquello retomaron el trabajo que tantas ganas tenía Riki de terminar. El  tiempo había transcurrido muy rápido, y por fin habían terminado. Sunoo no sabía la razón por la cual deseaba que hubiesen tardado más en terminar el trabajo. 

- Hemos terminado, Sunoo ya te puedes ir - Dijo rápidamente Riki.

En ese momento entra Jay y les dice que llamó a una pizzería y pidió unas pizzas para los tres. Niki le lanzó una mirada escalofriante mostrando su desacuerdo con lo que Jay había hecho, no quería pasar ni un minuto más con ese chico. 

- No te preocupes Sunoo, Riki en el fondo es una buena persona.

Riki iba a abrir la boca para reprochar a su amigo, pero en ese instante sonó el timbre indicando que las pizzas ya habían llegado. Jay alegremente fue a abrir la puerta.

- Chicos las pizzas ya están aquí- Dijo Jay emocionado.

- Gracias Jay- Dijo Sunoo también emocionado.

Habían terminado ya de comer y Sunoo tenía que irse ya a su  casa, sin embargo eran las 11 de la noche y la calle estaba muy oscura, tampoco había traído dinero para un taxi. A lo que Jay le ofreció que pasara la noche con ellos. Sunoo aceptó la propuesta de inmediato pero sin embargo había alguien que no parecía para nada de acuerdo.

- Jay ¿ Puedes venir un momento?- Dijo Riki molesto.

- Si, Sunoo espera aquí- Contestó Jay .

- No voy a permitir que ese chico se quede aquí, casi me descubre - Dijo Riki enfurecido.

- Y yo no voy a permitir que se vaya a estas horas a su casa- Contestó Jay. 

- Además Niki ¿ Estás seguro de que estás así por que casi descubre tu secreto, o por algo más? Desde que llegó a casa no has dejado de mirarlo ¿ Niki que pasa? - Preguntó Jay preocupado.

- E-e-él se parece a J-Jungwon, Jay. Ese chico se parece a él- Dijo Niki con un hilo de voz.

- Pero no lo es Niki, él no es Jungwon. Afortunadamente, Jungwon está muerto y enterrado. Solo deja que se quede aquí hoy- Dijo Jay consolando a Niki.

- Está bien Jay, pero ¿Qué pasa si lo muerdo? ¿ O si mis ojos vuelven a cambiar de color?

- No te preocupes, aquí tengo la solución.

Jay condujo a Niki hacia su habitación y en una pequeña nevera sacó un envase transparente que contenía sangre. 

- Esto calmará tú instinto, y por cierto, se quedará a dormir contigo.

- ¿QUÉ? ¿Por qué?- Dijo Niki sorprendido y enfadado. 

- ¿Quieres que descubra la nevera con sangre? ¿ O los papeles con tus identidades falsas?- Preguntó Jay. 

Niki comprendió que la habitación de Jay no era un lugar adecuado para que un humano duerma allí, mientras que en la suya no guardaba ningún secreto ni nada que pudiese delatar que es un vampiro. Así que de mala gana accedió, en seguida su pecho empezó a latir agitadamente. Los amigos vampiros volvieron hacia donde se encontraba Sunoo.

- Sunoo, Riki y yo hemos decidido que lo mejor es que te quedes a dormir con nosotros, es muy peligroso salir a estas horas. - Le informó Jay.

- Necesito avisar a mis padres, seguro que están muy preocupados. - Confesó Sunoo.

- No te preocupes lo haré yo. - Dijo Jay amablemente.

Sunoo, sacó su teléfono y marcó a sus padres, acto seguido le dejo el teléfono a Jay para que éste hablara con ellos. Jay logró convencer a los padres de Sunoo, que accedieron encantados por la amabilidad y hospitalidad de Jay.

- Hecho, por cierto, dormirás con Riki. - Dijo Jay ante la sorpresa de Sunoo.

- Está bien, muchas gracias por todo Jay. - Sunoo, estaba emocionado por quedarse a dormir con Riki.

Niki y Sunoo, se dirigieron a la habitación del vampiro, tímidamente. Niki, le dio al chico algo de ropa para que Sunoo se pueda bañar y para que pudiera dormir cómodamente. Sunoo se bañó y se vistió con la ropa de Niki, sonrojándose, ya que esta olía al pequeño vampiro. Niki también se bañó, y mientras estaba en la bañera los recuerdos de Jungwon, tanto felices como tristes le invadieron la mente. No podía negar que aún 300 años más tarde, y traicionado de la peor manera, Niki echaba de menos a su novio; todavía lo quería mucho a pesar de todo lo que le había hecho. Sin embargo, también pensó en Sunoo, y un sentimiento agradable pero extraño le envolvió el corazón. No podía enamorarse de nuevo, no podía confiar en un humano, con esos pensamientos, Niki dejó de pensar en Sunoo y en sus sentimientos. Salió del baño y vio a Sunoo, recorrer su habitación con la mirada con una sonrisa en sus labios. Niki también sonrió y se odió a sí mismo por hacerlo.

- Deberíamos dormir ya, es tarde. - Dijo Niki, fríamente. 

- Tienes razón, buenas noches Riki. 

Sunoo, se dirigía hacia la cama de Niki, cuando se tropezó con un calcetín que estaba tirado en el suelo y cayó encima de Niki, con los rostros a pocos centímetros de separación el uno del otro. Ambos se sonrojaron al instante, sus corazones se les iban a escapar del pecho, Sunoo notó como Niki se acercaba cada vez más a su rostro, parecía que le iba a dar un beso en los labios. Su corazón latió aún más fuerte.


El chico vampiro /SunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora