Sangre

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Sunoo se encontraba tan nervioso ¿Riki lo iba a besar? Sunoo no sabía el por qué quería que eso sucediera, en ese momento deseaba que Riki le besara ¿ Qué era ese sentimiento? Se preguntaba una y otra vez Sunoo. Pero ese beso que tanto esperaba no sucedió, de repente, Riki le apartó bruscamente y le dijo :

- ¿Te quieres quitar de encima? Eres un estúpido patoso

- Lo siento, me tropecé- Dijo Sunoo sonrojado 

Riki se dirigió enfadado hacia la cama y se tumbó en ella boca arriba. Estaba muy enfadado consigo mismo por volver a sentir todo lo que se había prometido no volver a sentir jamás. Riki no quería admitir lo que estaba empezando a sentir por ese chico, no quería enamorarse otra vez. Todavía no podía creerse que lo iba  a besar, que a solo unos pocos centímetros se encontraban sus labios. Riki cerró fuertemente sus ojos e intentó dejar de pensar en ello. No pudo dormir en toda la noche, y tener a Sunoo durmiendo plácidamente a su lado no ayudaba en absoluto, pues a cada minuto que pasaba, tenía cada vez más ganas de morderle;  sus ojos estaban rojos como la sangre, su respiración se volvió muy agitada y le invadió un hambre atroz. Se levantó de su cama, salió de su habitación y se dirigió a la habitación de Jay de puntillas, tratando de no hacer ruido para no despertar a nadie.  Abrió  con mucho cuidado la puerta, pues no deseaba que Jay se despertara y abrió la puerta de la pequeña nevera, donde Jay guardaba la sangre. Riki, bebió y bebió pero no pudo saciar su sed de sangre; necesitaba asesinar a alguien y beber su sangre fresca para saciar su hambre salvaje, y para eso conocía a la persona indicada que podía ayudarle. Sacó su móvil del cajón de su mesa de noche y marcó el número de uno de los vampiros más sangrientos que conocía, él era la persona indicada para realizar esta tarea. 

- Hola Sunghoon, soy Niki.

- Niki, Niki, Niki, ¿ A qué se debe tu llamada?

- Necesito tu ayuda.

- Esta noche comeremos bien Niki, te lo aseguro. - Contestó Sunghoon, soltando una risa escalofriante. 

- Te espero en el parque frente a mi casa.

- Perfecto, allí estaré.

Algunos vampiros, no quedan satisfechos del todo bebiendo sangre congelada en una nevera, en algunas ocasiones tienen que asesinar a alguien en busca de sangre fresca con la que saciarse.  Ese era el caso de Niki y Sunghoon, pero no de Jay, por eso Niki siempre iba a cazar a sus espaldas. Salió del apartamento en dirección al parque donde se encontraría con Sunghoon y esperó alrededor de 10 minutos, cuando distinguió a un murciélago volando en su dirección. En un abrir y cerrar de ojos, el murciélago desapareció y frente a él apareció Sunghoon. 

- Cuando iba volando hacia aquí, encontré a una presa perfecta. - Dijo Sunghoon.

- Pues no perdamos más tiempo. - Respondió Niki.

A pocos kilómetros de allí, un chico llamado Heesung, caminaba por las calles sin rumbo.  Se había escapado de casa para ver a su novia, pero se había perdido. Niki y Sunghoon, se acercaron a él sigilosamente. Heesung, sintió como algo afilado le atravesaba el pecho. Sunghoon lo había atravesado por detrás con un cuchillo que guardaba en la parte interior de su abrigo. Heesung, cayó de rodillas al suelo y poco a poco se iba quedando sin respiración, hasta que murió. Sunghoon y Niki, aprovecharon y se alimentaron de su sangre. Se deshicieron del cuerpo y se despidieron. Niki regresó a su apartamento y se metió en su cama, nadie había notado su ausencia. El vampiro, más tranquilo pudo conciliar el sueño y por fin pudo dormir. Sin embargo con lo que no contaban los amigos vampiros, era que alguien los había visto asesinar a Heesung. 

El chico vampiro /SunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora