~ chapter nineteen ~

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maratón (2/3)

Al final cuando entré a casa me sentía horrible. Por un lado, la había pasado muy bien pero por otro, mal desde que apareció Josefina. Y no podía evitar reconocer que esa chica era divina le gustara o no a Louis. Lo único que había podido sacar en limpio era que no eran novios, todavía. Más tarde hablé con Niall. Que me rogó, me suplicó que lo acompañara a bailar. Que iban con Liam. Que Pablo lo había llamado y habían quedado en verse en la matine y su hermana a la matine no iba ni loca y sola no quería ir. Y si iba con Liam solo, lo dejaba re plantado. Me lo pidió. Y decidí ir.

"Masoquista, masoquista", pensaba mientras me pintaba los ojos. Me miraba en el espejo del baño de Gemma, con sus pinturas al lado, y me lo repetía. Porque en caso de que me gustara Louis, de lo que no estaba seguro aún, iba a verlo, seguramente, con Josefina, igual o mejor que el otro sábado. No tenía ropa. Nada lindo. Me puse un suéter y el pantalón negro y listo. Y las zapatillas. Y los aros (el izquierdo era el que me había devuelto Louis). Gemma estaba estudiando en lo de una amiga. Y mamá, que estuvo desde que llegué hasta que me fui, se quedó encerrada en su estudio y después decidió darse un baño de inmersión.

Me pasó a buscar Liam y de ahí fuimos para lo de Niall que me agradeció 800.000 veces que hubiera ido.

Ganas no tenía.

Curiosidad, sí.

Llegamos, nos sentamos en las tarimas. Mirábamos quién entraba y escuchábamos buena música. Vi al rato que entró Louis con sus amigos pero se fueron para otro lado y lo perdí de vista. Nos paramos. Dimos unas vueltas, nos encontramos con Pablo y obvio enseguida Niall y él desaparecieron. Con Liam bailamos un rato. Lo sacaron a bailar y me senté en la tarima cerca de él, a mirar. Foco al centro. Louis y Eleanor. Bailando, hablando, riéndose. Lejos, la pareja más linda de todas.

"Masoquista", pensé.

Apoyé los codos en las rodillas, apoyé la cara en las palmas de las manos y me quedé ahí un poco cantando, un poco mirando. Hasta que sentí que por la mano me rodaba una lágrima y me di cuenta de que estaba llorando. Me levanté y me fui para el baño. Me metí en uno de los baños. Y me quedé ahí no sé cuánto mientras se me caían las lágrimas y me odiaba por haber ido, por exponerme a eso. Y también pensaba que no podía vivir encerrado.

Cuando salí me senté en un rincón libre de la tarima. Veía las cabezas de los chicos moverse entre la gente. Y ahí estaba cuando alguien me tocó el hombro y no pudo ser mayor mi sorpresa cuando lo vi a Gastón. Sí, Gastón, el imbécil, a mí lado. Creo que se me llenaron los ojos de bronca apenas lo vi. Pero no dije nada. Y él me palmeó el hombro y me dijo: "Discúlpame por lo del otro día, a veces puedo ser muy desubicado". Eso solo me dijo. Apenas sonrió y se fue.

Yo me quedé helado, preguntándome qué habría pasado entre Louis y Gastón para que él viniera a hablar conmigo, porque no había duda de que Louis tenía que ver con eso. No me imagino para nada a Gastón reflexionando sobre una mala actitud y pidiendo perdón. Es una cosa que está al mismo nivel de imposibilidad de que mamá y papá se arreglen.

Me quedé ahí sentado hasta que ya estaba cerca del final. Y en eso apareció Louis por el medio de la pista que ya no estaba tan llena. Venía entre la gente, mirándome y sonriendo. Si no me hubiese mirado tan fijo, me hubiese dado vuelta para ver si no saludaba a otra persona. Antes de llegar a mi lado, estiró los brazos y me dijo que fuera a bailar con él. Hubiese dicho: "No, no", que estaba cansada, que me tenía que ir pero bajé de la tarima. Y él me dio la mano para llevarme hasta cerca de los chicos que seguían bailando y comenzamos a bailar. Sí, Louis y yo. Y nos quedamos charlando.

Estaba seguro de que Eleanor se había ido y por eso me había venido a buscar para no aburrirse. Me dijo de ir a tomar una coca y, cuando pasábamos para la barra, la vi con sus amigas y ya no entendí nada. ¿Le mandaría mails a ella también? ¿Le guardaría el aro?

Con el vaso en la mano nos volvimos a bailar y así estuvimos hasta la hora en que cortaron la música para echarnos de ahí. Louis me saludó y se fue con los amigos. Y yo me fui con los chicos.

Fue la primera vez en mi vida que no paré de hablar en el remís hasta que llegué a casa.

A la noche recibí mail de Simón.

"Harry, la pasé re bien ayer, con los perros en la plaza primero y después cuando bailamos. Qué bueno que te animaste a ir. Los chicos, tus amigos, me cayeron muy bien.

Como verás, estoy contento. Ayer no te conté porque es muy complicado hablar con la música tan fuerte. Pasa que con Eleanor tengo una historia muy larga. La conozco hace como dos años y el año pasado le dije que me gustaba y ella me dijo que nada que ver. Que me quería, pero como amigo. Que es lo peor que te puede decir la persona que te gusta. Nos vimos algunas veces, pero de casualidad y el otro día, el sábado anterior, nos encontramos. En la plaza, ayer, me trajiste suerte. Y anoche. Hoy me llamó para que vayamos al cine. Te lo quería contar desde el otro día. Ahora voy a ver qué me pongo para ir a buscarla. Espero tus noticias. Un beso, Louis."

Me quedé duro mientras sentía una opresión en el medio del pecho. Mirando la pantalla de la computadora, sin contestarle a mamá que me gritaba que dónde había dejado el teléfono. Sin moverme de la silla. Y se me empezaron a caer las lágrimas. Si reaccioné así, creo que es porque siento algo por él. Por más que no esté enamorado, pero me gusta. Si pensara en él como amigo, me hubiese puesto un poco celoso, sí, de que si tiene novia no podamos escribirnos o no nos veamos más.

Pero ¿llorar? ¿Sentir que se te hace un nudo en la garganta? Es demasiado. Para colmo mamá, como no le contestaba, me vino a decir que con alguien como yo es prácticamente imposible la convivencia. Que por qué no contesto cuando me habla. La dejé hablar mientras por la pantalla de la compu veía su dedo que se movía para un lado y para el otro mientras me gritaba.

Cuando me dejó tranquilo, le escribí el mail que el Harry amigo le mandaría a Louis. Fuera de lo que me pasa a mí con él, todo lo que puse en el mail es sincero.

"Louis, yo también la pasé muy bien ayer. Acabo de recibir tu mail, no sé si vas a alcanzar a leer este pero igual te quería desear suerte para hoy a la noche. Me imaginé que había una historia con Eleanor pero esperaba que me la contaras vos. Te digo que me pareció simpática y muy linda. Espero noticias tuyas. Un beso, Harry."

Después de mandarlo, lo llamé a Niall y estuvimos hablando un montón. Me largué a llorar y le conté que no sé muy bien qué me pasa con Louis, que me parece que lo quiero. Y que soy un tarado por gustar de un chico como él que es tan especial. Él me trató de calmar. Volvió a enumerar mis cualidades. Me dijo que si no se daba cuenta Louis de la clase de chico que yo era, él se lo perdía. Y como es una de cal y una de arena (aunque nunca supe por qué se dice de cal y por qué de arena, cuál es la mala, cuál es la buena) cuando estábamos por colgar Niall me contó que había salido a caminar con Pablo y que se había puesto de novio. Que en el colegio mañana me contaba más. Me puse contento por él porque ese Pablo tiene algo que me hace confiar en él. Y uno siempre quiere que sus amigos estén con chicos buenos, que los cuiden y los mimen. Es así. Por eso, si no me gustara Louis, tendría que estar contento por él. No es que le gusta una de esas histéricas que veo cada vez que voy a bailar. Esas minas que de lejos te das cuenta de que no tienen nada en la cabeza. Eleanor es linda y es simpática. Digamos que las tiene todas con ella. Como Louis, que es lindo y es especial. No es común que un chico sea así. Para nada común. Los que son lindos muchas veces se la creen tanto que ni se dignarían bailar con un chico como yo. Y con los amigos que tiene él. Y bueno, a lo mejor, como me pasó con lo de Juan Sebastián, en un mes me estoy riendo de andar gustando siempre del hombre equivocado.

so tired of love songs [💬1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora