Para la pequeña princesa emplumada, visitar Loo Loo Land junto a su muy unida familia, era uno de tantos motivos por los cuales no se arrepentía de vivir. No era solo por lo material, ni tampoco por lo mucho que la consentían en ese lugar, sino por apreciar a sus padres queriéndose mutuamente, y queriéndola a ella, como siempre debió ser.
─¡Mira Via!─ el príncipe búho demostraba una gran mueca de emoción ─¡Es Loo Loo!─.
La mascota del parque enseguida fue a saludar a la pequeña princesa, quien se mostraba algo nerviosa por el disfraz demasiado expresivo, que portaba el tipo detrás de este. No quería estar mucho tiempo cerca de ese lunático, así que evitó hacerle preguntas y solo fingió emoción, para así no preocupar a sus padres.
─Papi, ¿podemos subir a alguna atracción?─.
─¡Claro!, mi estrellita... ¿a cual quieres ir primero?─.
─¡La rueda de la fortuna!─.
─¡Por supuesto, vamos entonces!─ el joven príncipe partía con su pequeña hija sentada sobre sus hombros, pero se detuvo al escuchar una interrupción por parte de su esposa.
─Cariño, temo que no puedo subir a esa atracción, ya sabes lo... insegura que se ve─.
─¿Por qué lo dices?, Stella, mira lo bonita que es─ ni bien terminó de hablar, unos gritos provenientes de unos niños, se escucharon de aquella atracción.
─No es seguro, cielo, y tampoco para ti o nuestra hija, mejor vayamos a otra, una que no esté tan... alta─.
La princesa solo suspiró algo decepcionada, y su padre también; ambos parecían ser solo niños, disfrutando del libre albedrío que dentro de aquel parque infernal tenían. Caminaron un rato más, buscando algo que no fuese tan "inseguro", para la exagerada Stella, pero nada le complacía a la mujer.
─¡Mira hijita!─ la mujer señaló una nueva atracción ─Esa parece muy segura─.
─¿La criatura rara que parece dinosaurio, y que grita hasta romperte los tímpanos?, ¿enserio?, mami─.
─¡Sí!, ¿no te gustaría ir a verla?─.
─Mamá... no creo que sepas tan bien como papi sobre todo lo que me gusta─.
─Eeem, nena, ¿qué tal si buscas alguna otra atracción?─ el príncipe intentaba evitar una posible discusión en público.
─Sí, hazle caso a papá, cielo, voy a hablar un rato con él, ¿qué te parece si buscas algo por tu cuenta?─.
─Aah... okay, ¿pero me dejarán ir sola?─.
─Claro nena, si tu padre cree que este parque es muy seguro para él y su hija, ¿por qué no?... solo nos tardaremos unos minutos, después te alcanzamos─ la mujer búho miró intimidante a su esposo, el cual solo le sonrió algo nervioso a su hija.
La chica se alejaba unos metros, tenía noción de la clase de gente que podía haber allí, y un parque temático era muy inseguro para niños de su edad, y muy solitarios, por lo que optó por cubrirse a sí misma, y pensar en sus padres; ¿dónde habría una atracción no muy lejana, donde ellos pudieran verla desde donde estaban?.
─¡Ajá!─ la chiquilla notó una carpa con muchos carteles coloridos en la entrada, y con cuidado se adentró.
Los circos le gustaban mucho, aunque prefería más las atracciones tranquilas, donde solo estuviese con sus seres amados sola, y no con tantos desconocidos gritando junto a ella. Para su suerte, no estaba muy poblado de niños, solo habían unos diez aproximadamente, y se acercó poco a poco a las filas.
Como era la primera vez allí, decidió tomar el primer asiento, y uno donde estuviera apartada del resto de niños, pues seguía siendo algo introvertida en el fondo. Ya cómoda y preparada para la función, el telón de abrió, y un foco iluminó una sección central de la carpa.
─¡Ho-ho-hola, pequeños diablillos!, soy yo, ¡el robótico Fizzarolli!─ la apariencia de aquella criatura dejó asombrada a la pequeña.
Sus colores, su vitalidad, su figura algo inquietante, causaron que solo posara sus ojos en él. Dicho ser empezó a dar un corto discurso de introducción, y con un simple chasquido chispeante, la música empezó a sonar en la banda.
Una canción muy pegadiza y alegre sacudía la carpa, al igual que la estrella de este, que no dejaba de moverse en posiciones extrañas por todo el lugar, incluso fuera del escenario, y no parecía interesarse mucho en alegrar a los niños, más bien en hacer trucos con ellos.
Algunos eran lanzados, otros intoxicados con el aceite que salpicaba con sus movimientos frenéticos, y otros simplemente eran señalados. La pequeña búho enseguida se escondió, aunque sabía que en algún momento, ese bufón horripilante la encontraría, pues si habitaba allí, debería conocer a la perfección su propio escenario.
A pesar de ello, y los malos tratos que el monstruo daba sin desaparecer esa sonrisa de su rostro, muchos niños se acercaron a la criatura aún más, pues la canción terminaba, y las risas y alegría de aquellos pequeños no desaparecían.
Octavia estaba justamente al frente de aquella multitud, viendo como ese monstruo le sonreía descaradamente, sabiendo que aquella traviesa se había escondido de sus garras. A medida que más se le acercaba, más lágrimas brotaban de aquellos ojos enormes, y más resistencia opondría contra la multitud que la empujaba.
Un payaso presenciaba toda esa farsa desde lejos; estando apoyado de su carrito de globos y comida, con una mueca amarga, pues el bufón se mofaba en su colorida cara, sobre lo mucho que los niños lo amaban. Y esas palabras se repetían en la cabeza de aquel payaso.
"¿A caso alguien te amó?, Blitzø"
El show terminaba, y los niños se marchaban; algunos felices, otros trastornados, como la pequeña princesa, que no salía de la carpa porque estaba escondida en un rincón, llorando, y deseando recordar donde estaban sus papás.
El bufón y su banda no estaban presentes, solo aquel amargado payaso, que guardaba sus cosas, pues había sido otro día normal, donde lo ignoraban. Tras escuchar un par de sollozos, este con actitud mezquina empezó a quejarse, advirtiendo que no se permitían "mocosos" dentro de la carpa, una vez terminado el show.
Al notar la presencia de la pequeña, mucho más de cerca y sin sus manos cubriendo sus aguados ojos, algo de compasión le tuvo, y le ofreció un globo, con tal de que se fuera y dejara de irritarlo más con su estúpido llanto.
─¡Via, ¿dónde te habías metido?!─ los padres de la niña corrían hacia ella, tras ver como caminaba sola por el parque, llevándose un globo consigo.
─Estaba en la carpa...─ la chica trataba de disimular las lágrimas restantes en sus ojos ─Había un show raro cerca, y me adentré a él─.
─Bueno, si tanto te gustó puedes ir de nuevo cuando quieras, pero no te desaparezcas tanto tiempo, pequeña─.
La joven princesa ignoraba la incomodidad que había entre sus padres, al momento de mirarse y no decirse ni una palabra, sobre la supuesta charla que habían tenido. Sumida en sus pensamientos, y contemplando el regalo que llevaba consigo, miró una vez más aquella carpa, y luego volvió la vista al frente.
"Gracias..."
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𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐬𝐨𝐧𝐫í𝐞... [𝑯𝒆𝒍𝒍𝒖𝒗𝒂 𝑩𝒐𝒔𝒔]
FanfictionElla era una pequeña princesa asustada, dentro de una carpa con un bufón cruel, y él un simple payaso con malos chistes, y el mismo bufón cruel. "¡Odio a ese puto payaso!" Pequeños capítulos cortos. _______________________________________ ...