O4: Cuando hay nubes en el cielo.

3.1K 370 246
                                    


Era de esperarse que el show tuviese que continuar aquel día, al igual que como todos, después de la presentación del bufón; viniendo este a descargar sus chistes más crueles contra el único espectador, que no podía escapar de él.

─¡¿Y ahora qué quieres?!, basura, ¿no tienes que practicar la misma canción de siempre una vez más?─.

─Oh-oh, l-lo sé, Blitz-o, pero creí que sería divertido practicar primero tu miserable rutina, ¡adelante!, mátame como mataste a tu audiencia con tus tarjetas recién robadas, y tus bromas subrayadas, haha-ha─.

─Mmm, andas muy gracioso hoy, ¿te la metió un payaso?─.

─Hum, no sé si un payaso, no revisé bien, en todo caso capaz fue tu hermana, la lisiada re-recién rehabilitada, hahaha─.

─Lisiada quedarás, perra, cuando te deje el culo tan inflado de tantas patadas, que terminarás haciendo globos de animalitos por el orificio─.

¡Ah-adelante, inténtalo!─.

En pocos movimientos impulsivos, y motivados por rabia y dolor, el pequeño demonio mal maquillado terminó siendo revoleado de un lado a otro, por toda la carpa, mientras el bufón raquítico reía, y realizaba pasos de baile extraños.

─Condenado sea el mamón que te creó─.

─¡Santo cielo!, ¿co-con esa boca andas de aspiradora en las esquinas por monedas?─.

─Y todavía te ríes, cabrón─.

─N-no, también te dejo como polvo de hadas de un lado al otro por la carpa─ dicho esto, el bufón se enroscó como serpiente al pequeño cuerpo del imp, y lo lanzó lejos con más fuerza ─¡Jo-joder, extrañaba estas riñas, princesa!─.

Luego de la misma rutina acrobática de siempre, ambas criaturas terminaron devastadas físicamente, aunque uno lo gozaba mucho más que el otro, por causas obvias, y aún mantenía su energía a un nivel superior al del otro.

─Bueno, el juego terminó por hoy, ¡mándale sa-saludos de mi parte a tus hermanas lisiadas!─.

─Y tú al... ¡hijo de puta!, que se le ocurrió sacarte del prostíbulo cirquero, de donde saliste─.

El payaso simplemente se quedó en el suelo, recuperando algo de motivación restante para levantarse, y para continuar el show. Mientras tanto, una joven pequeña corría por todo el parque, con su padre tratando de frenarla.

─¡Vamos, llegaré aún más tarde!─.

─Está bien, princesa pero... ¿por qué el apuro?, ¿no podrías correr más despacio?─.

─Ya son veinte minutos tarde, padre─ la niña ya alcanzaba a la pequeña multitud que entraría a la carpa.

─¿Cómo carajos te da para correr tanto con esas piernas?... joder, pareces un avestruz─.

─¡Vamos, papi, apúrate!─.

─Papá se desplomará si no le bajas al azúcar, querida─.

Ni bien lograron entrar a la carpa padre e hija, tomaron asiento en las filas de atrás, pues no pensaban vagar mucho más tiempo, y no quedaban más lugares libres. Un payaso algo tembloroso y rengo, intentaba hacer malabares, pero parecía costarle mucho más, pues no podía mantener mucho tiempo el equilibrio, y menos coordinar sus manos para realizar una rutina decente.

Los abucheos enseguida aparecieron, y el payaso optó por los chistes, pero ni bien leyó la primer tarjeta a sus adentros, supo que no vendría nada bueno después, y solo deseaba tirarse al suelo y tapar sus ojos para deprimirse en paz.

Inmóvil se quedó en el escenario, en completo silencio, y dejando a muchos espectadores con intriga, aunque otros se terminaron yendo. Stolas no comprendía porqué su hija parecía tener tanta emoción por ir, pues era un espectáculo decepcionante a comparación de otros.

─Nena... ¿estás bien?─ se animó a preguntar el príncipe, al observar a su hija algo decaída.

─S-sí, solo...─ la niña ni bien se calló para buscar una excusa en su cerebro, escuchó como el sonido de la carpa formaba un gran eco ─¿Está lloviendo?─.

─Sí, parece que sí... ¿quieres que nos quedemos un rato más?, no creo que esto vaya a mejorar─.

─Me quiero quedar, pero si quieres, después compramos comida, creo que el payaso tiene un carrito por algún lado─.

─Lo que desees, princesa─.

Mientras todos los espectadores se iban, el payaso solo guardó su utilería entre sus harapos, y optó por bajar del escenario e ir por su carrito, pues debía llevárselo, y seguramente bajo una larga y fría lluvia.

─Disculpe, señor─ exclamó una voz masculina pero algo aniñada ─¿Todavía tiene palomitas a la venta?─.

─Ah, claro, solo... déjeme revisar cuanto me queda─.

─Deme para dos, si es posible y... no sé, ¿quieres algún globo?, Via─ el príncipe observó a su pequeña hija, la cual parecía no quitar la vista de algunos moretones mal maquillados del payaso.

─Eemm, bueno... morado si es que hay─.

El joven imp sacó dos paquetes de popcorn del carro, y prosiguió a entregárselos a sus clientes, para luego tomar los globos.

─Bueno, niña, de color morado tienes un perro descabezado, un gato de tres patas, una jirafa con enanismo prematuro y... un pato deforme─ el payaso acercó un poco aquella mercancía, para que la joven pudiese elegir bien.

─Un pato deforme, por favor─.

─Aquí tienes─.

─Gracias─.

El príncipe pagó por todo lo recién comprado, y dejó algo de cambio para el pequeño demonio, pues en cierta forma, trataba de darle algo para que consiguiera un atuendo de mejor calidad.

─Gracias por su compra, vuelva tarde─.

La princesa aún no quería marcharse, pero su padre parecía estar muy apresurado para no mojarse bajo la lluvia, cruzando el parque. Se marcharon en su limusina y ni bien llegaron al palacio, la princesa se encerró en sus aposentos, destinada a buscar la forma de aprovechar ese día para darle algo de ella a ese payaso, por más que no tuvo tiempo para aplausos, y solo para dinero.

Observó todos los juguetes que en su habitación tenía, y buscó algo de inspiración de la cantidad de colores que hacían más alegre su entorno, incluyendo los viejos cuadros, o los dibujos que ella misma había hecho.

Se dispuso a dibujar una linda imagen mental que se hizo, donde el payaso estaba sobre el escenario, portando un hermoso traje colorido, y un precioso maquillaje, mientras los espectadores aplaudían y le lanzaban confeti.

Quiso agregar una pequeña nota antes de guardar el dibujo en un sobre, y luego puso el destinatario.

"Cuando sea difícil sonreír, porque las nubes en el cielo lo impiden, recuerda que cierta persona te ve así..."


"Con cariño, Octavia - Parque de Loo Loo Land, para Blitzo el payaso -"

𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐬𝐨𝐧𝐫í𝐞... [𝑯𝒆𝒍𝒍𝒖𝒗𝒂 𝑩𝒐𝒔𝒔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora