Era de esperarse que el show tuviese que continuar aquel día, al igual que como todos, después de la presentación del bufón; viniendo este a descargar sus chistes más crueles contra el único espectador, que no podía escapar de él.
─¡¿Y ahora qué quieres?!, basura, ¿no tienes que practicar la misma canción de siempre una vez más?─.
─Oh-oh, l-lo sé, Blitz-o, pero creí que sería divertido practicar primero tu miserable rutina, ¡adelante!, mátame como mataste a tu audiencia con tus tarjetas recién robadas, y tus bromas subrayadas, haha-ha─.
─Mmm, andas muy gracioso hoy, ¿te la metió un payaso?─.
─Hum, no sé si un payaso, no revisé bien, en todo caso capaz fue tu hermana, la lisiada re-recién rehabilitada, hahaha─.
─Lisiada quedarás, perra, cuando te deje el culo tan inflado de tantas patadas, que terminarás haciendo globos de animalitos por el orificio─.
─¡Ah-adelante, inténtalo!─.
En pocos movimientos impulsivos, y motivados por rabia y dolor, el pequeño demonio mal maquillado terminó siendo revoleado de un lado a otro, por toda la carpa, mientras el bufón raquítico reía, y realizaba pasos de baile extraños.
─Condenado sea el mamón que te creó─.
─¡Santo cielo!, ¿co-con esa boca andas de aspiradora en las esquinas por monedas?─.
─Y todavía te ríes, cabrón─.
─N-no, también te dejo como polvo de hadas de un lado al otro por la carpa─ dicho esto, el bufón se enroscó como serpiente al pequeño cuerpo del imp, y lo lanzó lejos con más fuerza ─¡Jo-joder, extrañaba estas riñas, princesa!─.
Luego de la misma rutina acrobática de siempre, ambas criaturas terminaron devastadas físicamente, aunque uno lo gozaba mucho más que el otro, por causas obvias, y aún mantenía su energía a un nivel superior al del otro.
─Bueno, el juego terminó por hoy, ¡mándale sa-saludos de mi parte a tus hermanas lisiadas!─.
─Y tú al... ¡hijo de puta!, que se le ocurrió sacarte del prostíbulo cirquero, de donde saliste─.
El payaso simplemente se quedó en el suelo, recuperando algo de motivación restante para levantarse, y para continuar el show. Mientras tanto, una joven pequeña corría por todo el parque, con su padre tratando de frenarla.
─¡Vamos, llegaré aún más tarde!─.
─Está bien, princesa pero... ¿por qué el apuro?, ¿no podrías correr más despacio?─.
─Ya son veinte minutos tarde, padre─ la niña ya alcanzaba a la pequeña multitud que entraría a la carpa.
─¿Cómo carajos te da para correr tanto con esas piernas?... joder, pareces un avestruz─.
─¡Vamos, papi, apúrate!─.
─Papá se desplomará si no le bajas al azúcar, querida─.
Ni bien lograron entrar a la carpa padre e hija, tomaron asiento en las filas de atrás, pues no pensaban vagar mucho más tiempo, y no quedaban más lugares libres. Un payaso algo tembloroso y rengo, intentaba hacer malabares, pero parecía costarle mucho más, pues no podía mantener mucho tiempo el equilibrio, y menos coordinar sus manos para realizar una rutina decente.
Los abucheos enseguida aparecieron, y el payaso optó por los chistes, pero ni bien leyó la primer tarjeta a sus adentros, supo que no vendría nada bueno después, y solo deseaba tirarse al suelo y tapar sus ojos para deprimirse en paz.
Inmóvil se quedó en el escenario, en completo silencio, y dejando a muchos espectadores con intriga, aunque otros se terminaron yendo. Stolas no comprendía porqué su hija parecía tener tanta emoción por ir, pues era un espectáculo decepcionante a comparación de otros.
─Nena... ¿estás bien?─ se animó a preguntar el príncipe, al observar a su hija algo decaída.
─S-sí, solo...─ la niña ni bien se calló para buscar una excusa en su cerebro, escuchó como el sonido de la carpa formaba un gran eco ─¿Está lloviendo?─.
─Sí, parece que sí... ¿quieres que nos quedemos un rato más?, no creo que esto vaya a mejorar─.
─Me quiero quedar, pero si quieres, después compramos comida, creo que el payaso tiene un carrito por algún lado─.
─Lo que desees, princesa─.
Mientras todos los espectadores se iban, el payaso solo guardó su utilería entre sus harapos, y optó por bajar del escenario e ir por su carrito, pues debía llevárselo, y seguramente bajo una larga y fría lluvia.
─Disculpe, señor─ exclamó una voz masculina pero algo aniñada ─¿Todavía tiene palomitas a la venta?─.
─Ah, claro, solo... déjeme revisar cuanto me queda─.
─Deme para dos, si es posible y... no sé, ¿quieres algún globo?, Via─ el príncipe observó a su pequeña hija, la cual parecía no quitar la vista de algunos moretones mal maquillados del payaso.
─Eemm, bueno... morado si es que hay─.
El joven imp sacó dos paquetes de popcorn del carro, y prosiguió a entregárselos a sus clientes, para luego tomar los globos.
─Bueno, niña, de color morado tienes un perro descabezado, un gato de tres patas, una jirafa con enanismo prematuro y... un pato deforme─ el payaso acercó un poco aquella mercancía, para que la joven pudiese elegir bien.
─Un pato deforme, por favor─.
─Aquí tienes─.
─Gracias─.
El príncipe pagó por todo lo recién comprado, y dejó algo de cambio para el pequeño demonio, pues en cierta forma, trataba de darle algo para que consiguiera un atuendo de mejor calidad.
─Gracias por su compra, vuelva tarde─.
La princesa aún no quería marcharse, pero su padre parecía estar muy apresurado para no mojarse bajo la lluvia, cruzando el parque. Se marcharon en su limusina y ni bien llegaron al palacio, la princesa se encerró en sus aposentos, destinada a buscar la forma de aprovechar ese día para darle algo de ella a ese payaso, por más que no tuvo tiempo para aplausos, y solo para dinero.
Observó todos los juguetes que en su habitación tenía, y buscó algo de inspiración de la cantidad de colores que hacían más alegre su entorno, incluyendo los viejos cuadros, o los dibujos que ella misma había hecho.
Se dispuso a dibujar una linda imagen mental que se hizo, donde el payaso estaba sobre el escenario, portando un hermoso traje colorido, y un precioso maquillaje, mientras los espectadores aplaudían y le lanzaban confeti.
Quiso agregar una pequeña nota antes de guardar el dibujo en un sobre, y luego puso el destinatario.
"Cuando sea difícil sonreír, porque las nubes en el cielo lo impiden, recuerda que cierta persona te ve así..."
"Con cariño, Octavia - Parque de Loo Loo Land, para Blitzo el payaso -"
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𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐬𝐨𝐧𝐫í𝐞... [𝑯𝒆𝒍𝒍𝒖𝒗𝒂 𝑩𝒐𝒔𝒔]
Hayran KurguElla era una pequeña princesa asustada, dentro de una carpa con un bufón cruel, y él un simple payaso con malos chistes, y el mismo bufón cruel. "¡Odio a ese puto payaso!" Pequeños capítulos cortos. _______________________________________ ...