O8: Verás el Sol brillar.

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Con dolor en el corazón, la joven princesa caminaba a sus aposentos para encerrarse en estos, mientras su madre gritaba desde la cocina y la llamaba.

─¡Octavia!, ¡Octavia te estoy hablando!, jovencita─.

─Métete la herencia por donde no te llega la luz─ dicho esto, la chica cerró la puerta con cerrojo.

Su madre gritaba aún más furiosa, pero no tanto como su hija, quien explotando de la ira, rompía los muebles de su habitación, buscando quien sabe qué cosa. Odiaba la idea de ser igual que su madre; prefería mil veces morir a ser como ella; amargada y resentida con la vida.

─¡Esto no es una opción es una decisión tomada!─.

─¡No me voy a casar jamás!─ quince años y aún así no podía disfrutar de su juventud en paz, ¿ahora debía hacerlo más rápido y perderlo todo al llegar a aquella edad?.

─De alguna forma esto estaba previsto, jovencita, lo hizo mi madre, lo hice yo, y lo harás tú y tus hijos. ¡La sangre pura se ha de mantener en nuestra línea!─.

─Por mi puedo renunciar a nuestra línea y su maldita herencia, en unos años ya no los necesitaré para vivir, y no podrás controlarme más─ terminado de decir aquello, la princesa lanzó un par de objetos contra la puerta ─¡Déjame en paz!─. 

Su madre gruñó furiosa y se marchó, no sin antes dejar escuchar una sinfonía de floreros rotos a su paso, mientras desaparecía del pasillo. Y ni hablar de su padre, quien parecía desayunar en el jardín con el propósito de huir, del linchamiento familiar que le esperaba al entrar a su dulce hogar.

La joven no la soportaba más; primero criticaba su desinterés por mantener prolija su apariencia; luego por no heredar sus refinados y excéntricos gustos; después el conformarse yendo a lugares comunes en los siete anillos, que a fiestas y banquetes; entre otras cosas.

Stella Goetia estaba convencida de que todo aquello, era por la mala influencia de su padre al llevarla a Loo Loo Land; aquel jodido parque donde su actitud de princesita se dejó influenciar por la de otros niños más libres, según ella como experta en psicología que intentaba creerse.

Y Octavia, pues simplemente no odiaba a su madre, todo lo contrario, realmente la apreciaba, pero cuando realmente se comportaba como madre, y no como institutriz psiquiátrica responsable de ella.

Si no fueran tan diferentes, y realmente se interesara en ser más demostrativa con ella, quizás, y solo quizás, podría haberse despegado de su padre un poco, y haber aprendido a considerarla un buen ejemplo a seguir.

Las cosas ya estaban dadas, y solo podía resignarse a seguir llorando por su futuro; por su familia del demonio -literalmente hablando-, y por la vida amarga y solitaria que le esperaría, como futura princesa de cabecera en la familia.

Leía nostálgica las últimas cartas que le había mandado a su amigo Blitzø el payaso, los últimos años, donde la comunicación poco a poco se hacía más estrecha. Los dibujos que dejó de enviar y recibir; las pequeñas notas para recordar que mantenían una amistad; y con el tiempo, su amistad completa en sí, que solo se desvaneció.

¿La recordaría?, no tenía idea en realidad, pero pensaría en enviarle una carta de nuevo, con el propósito de recordarle que alguien lo quería. Quizás el imp ya tendría a alguien a su lado, quien lo cuidara quizás como otro amigo, y con suerte algo más, pero prefirió no ser muy entrometida.

Después de todo, los años habían pasado para ella también, y solo tenía la misma madre, el mismo padre, y el mismo amigo.

"Nunca he de olvidar nuestra amistad, y espero tú no lo hayas hecho. Soy Octavia Goetia, la princesa de la carpa en Loo Loo Land. Bueno, lamento ciertamente que todo se haya cortado de la nada, mi madre arrasó toda comunicación entre mi y cualquier ser cercano mediante servicio postal, así que no te culpo si ya me has olvidado..."

"Espero estés bien; ¿qué tal pasaste tu cumpleaños?. Quise enviarte un dibujo pero temo que el arte musical es en lo único que me concentro últimamente, y no creo que eso te diera una pista de quien era en aquel momento. También me pregunto que tal el trabajo, ¿sigues trabajando para la zorra alcohólica?, no sé, te deseo lo mejor."

"Saludos..."

Le dio vergüenza propia haber terminado de escribir eso, pues realmente había perdido tacto con la escritura formal. Suspiró y guardó la carta en un sobre, para luego abrir la puerta de su habitación, confirmando que su madre no estaba, debido al rastro de floreros que llegaban hasta más allá del pasillo.

Llamó al mayordomo más confiable, que por allí se paseaba, y le encomendó la carta, con la dirección incluida, y la misión de hacérsela llegar tan pronto sea posible al destinatario, sin que su madre estuviera al tanto de nada.

Solo lo vio irse luego de asentir, y terminó de nuevo, encerrándose en su habitación, para luego mirar los destrozos que habían en esta.

"Pero qué desastre he hecho..."

Suerte quizás, o quien sabe qué, solo supo de lo acontecido a la semana; a mitad de un desayuno incómodo con su padre, recibió el resultado de aquella carta. El mayordomo le entregó la respuesta en el mismo lugar, mientras el príncipe observaba curioso a su hija, y saludaba cortésmente al sirviente.

─¿Qué es eso?, mochuelita─.

─Una carta... mejor dicho, una respuesta a una─.

─Ooh... ábrela con confianza, si quieres te doy privacidad─.

─No, quédate, me tomará un segundo leerla para mi─.

─Hum... espero sea bueno─.

─Lo mismo digo─.

"Bueno, hola, soy Blitz, y sí, si te recuerdo, escuincla. Gracias por escribirme, realmente me hacía falta saber de ti, o al menos recordar que no estoy tan sólo como creo. No te preocupes, realmente estoy bien, solo que un poco agotado de tiempo respecto a mi trabajo"

"Y respecto a lo de ser guardaespaldas de la cantante esa, pues hace un año lo dejé; no duró nada lo nuestro y eso, pero creo que está todo bien a fin de cuentas. Actualmente intento cumplir uno de los sueños que te conté, y tener a un engendro especial con quien compartir mi felicidad, ella es Loona, deberías conocerla, hace no mucho estoy viendo lo de los papeles"

"Tengo mucho para contar, y podríamos vernos cualquier día de estos; la verdad no me haría mal charlar, y ver que tanto has crecido. ¿Seguirás siendo ilegal?, no sé, no lo malinterpretes, eres como una linda amiga-hija no reconocida a la que me gustaría volver a ver pero no mantener"

"Se me hizo muy largo este testamento, pero espero se haya entendido y estés bien. Aguardaré tu respuesta, y la posibilidad de vernos"

"Te quiere, Blitzø (la "o" es muda ahora)"

La princesa sonrió y dejó que el aroma a café de aquella carta, se impregnara en sus fosas nasales. Su padre la observó atentamente, y sonrió con ella; realmente amaba lo mucho que ese payaso la hacía feliz.

Cuanto daría él por saber que se sentía aquello.

𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐬𝐨𝐧𝐫í𝐞... [𝑯𝒆𝒍𝒍𝒖𝒗𝒂 𝑩𝒐𝒔𝒔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora