CAPÍTULO 8: SAN LUIS

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Por las molestias el Rey Citio nos proporcionó un coche y un poco más de dinero. Hablamos y decidimos que conduciría Lucas, era el único que tenía carnet, y aun así no es que condujera muy bien. Me senté en el asiento de copiloto junto a él y Jason y Elizabeth se sentaron detrás.

-La única razón por la que vamos a San Luis antes de volver a casa es porque hay que notificar a los magistrados de los Arpens que la elegida ya sabe usar sus poderes. Ellos lo querrán comprobar y comunicarán a todos los Arpens que se reúnan en el Arco Gateway para volver. -dijo Elizabeth mirando pensativa por la ventana

-¿Y si no lo conseguimos? -dije girandome para mirarla

-Entonces morirán a manos de los Fuego -el reflejo de su rostro en la ventana aguantó las lágrimas

-Está bien saberlo

En una hora llegamos a San Luis, el Arco se veía desde toda la ciudad, edificios se alzaban imponentes hacia el el cielo, pero a su vez parques daban el verdor que la ciudad necesitaba para no parecer superficial. El sol de la mañana se asomaba por la cima del edificio más alto y la gente empezaba a ir y venir por las calles de la ciudad.

-Aparcamos delante del ayuntamiento, la residencia de los magistrados de los Arpens no queda lejos de allí, hay que ir dos esquinas arriba y girar a la izquierda es el nº14 de Pine Street.

El Ayuntamiento era un edificio antiguo con el tejado rojo y flores en todos y cada uno de sus balcones. Tres grandes portales daban acceso a su interior. Nos giramos y empezamos a andar hacia el edificio, pasamos junto un edificio con columnas griegas y por debajo un puente que conectaba dos casas. Era una ciudad sencilla, pero tenía un encanto especial que hacía que me sintiera como en casa. En verdad, si en ese momento me hubieran preguntado de dónde venía, hubiese dicho que llevaba allí toda la vida. Tardé unos segundos en recuperarme de el estado de sueño en que me sumía la ciudad.

-Es preciosa -dije asombrada

-No tanto -dijo Jason- esta embrujada para adormecer los sentidos de los habitante de Blinder, por si un Fuego decidía atacar a los magistrados. En Blinder tienen incluso más influencia que el Rey, debíamos protegerlos tanto como pudiéramos.

-Ah, bueno. Una pregunta, ¿por qué escogieron San Luis como portal? -pregunté para espabilarme un poco, la ciudad me había dejado atontada.

-Porque creían que el arco más grande del mundo serviría para salvar más Arpens. No contaron con la posibilidad que entraran más Fuegos también. Ese día hubo grandes pérdidas para Blinder.

Elizabeth que andaba delante con Lucas y empezó a andar más despacio para escucharnos. Jason se dio cuenta y calló. Me había parecido notarlo el otro día en el tren, pero ahora más creía que Jason sentía en cierta medida respecto hacia Elizabeth, como si le debiese respeto. Llegamos al nº 14 de Pine Street, era un edificio estrecho con muy pocas ventanas pero con una gran puerta de madera acabada en arco que transmitía una sensación de que era importante, Llamamos y se abrió con un estruendo. El interior era más normal de lo que esperaba, una mujer estaba sentada en una especie de recepción.

-Bienvenidos a la Biblioteca central de San Luis,¿ puedo ayudaros? -preguntó la mujer sonriendo- a la derecha encontraréis la sección infantil, a la izquierda juvenil y revistas y subiendo hay la sección de literatura y ciencias

Miramos a nuestro alrededor y vimos gente leyendo en todas las salas.

-Eh, creo que nos hemos equivocado -dije susurrando

-Imposible -respondió Elizabeth buscando algo que decir a la recepcionista-¿Aquí no había un consulado?

-Si lo había. ¿Qué buscáis? -dijo volviendo a alzar la vista hacia nosotros

Entonces tuve una idea, no sabia si funcionaría pero tampoco podíamos perder demasiado.

-Nada ya lo encontraremos. Gracias -empecé yo- Chicos creo que el libro Arpens estará arriba con literatura, subamos a ver que encontramos -dije empezando a andar hacia la escalera.

No me siguieron. Se quedaron plantados allí mirándome como si estuviese loca.

-Eh, Haley, deja de hacer el tonto… -dijo Elizabeth mirando disimuladamente hacia la recepcionista

-No, no tranquila -dijo ella- qué sabéis de los Arpens. Es decir, es un programa de televisión o es algo más para vosotros

-Oh, desde luego que es algo más -dijo Jason habiendo cojido lo que quería hacer- mucho más de hecho

-Perfecto, seguidme si sois tan amables -dijo sonriendo

Andamos a través de la sección infantil, pasando por decenas de estanterías hasta llegar a una pequeña puerta detrás de la última estantería que se camuflaba con la pared las ser del mismo color y no tener pomo. La empujó y entramos.  Una mesa redonda ocupaba casi todo el espacio de esa pequeña sala, alrededor tres hombres estaban sentados mirando hacia nosotros.

-Perfecto, cuatro jóvenes más. El ejército crece sin parar. Pronto no tendrán ninguna posibilidad -dijo el de la derecha

-Perdón, no venimos al ejército. Traemos a la elegida -dijo Lucas con hilo de voz

-¿Qué elegida? ¿Mary, quién has dejado entrar? -dijo dirigiéndose a la recepcionista

-No lo sé señor, venían en busca de información de los Arpens, señor -dijo bajando la cabeza

-La elegida de los Arpens, por supuesto -dije yo

-Ah ,perfecto sentaos -dijo el hombre del medio muy deprisa mirando a sus compañeros- Mary déjanos solos para hablar

Mary se fué sin decir nada y cerró la puerta .

-Me alegro de conocer por fin a la elegida -dijo ahora el de la izquierda- me presento, soy Aquilino, y lamento informaros de que esto dejó de ser el consulado de los Arpens en el momento en que capturamos a los magistrados

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