Tras un accidente que cambió por completo su realidad, Anty tendrá que redescubrir aspectos de su pasado completamente olvidados. Atormentado por una visión infernal el cual oculta las claves de la perdida de sus recuerdos, se debate entre el amor y...
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3 de Febrero del 2004
Al llegar a su casa, Anty sube corriendo a su habitación y queda afirmado de espalda junto a su puerta cerrada. Un rostro preocupado lo acompaña por tener tantas cosas en su cabeza, no entiende que es lo que su mente y corazón están sintiendo ya que por un lado está el misterio de no saber prácticamente nada de su pasado y por otro tiene esos extraños sueños y visiones. Además, que es lo que está pasando con Simón y ED, que significaron antes y que significaran en su futuro.
4 de febrero del 2004
Ya ha pasado tiempo que Anty no sale de su casa, por lo que decide ir a caminar a la playa una vez comienza a atardecer. Solía hacer este tipo de cosas para aclarar su mente cuando vivía en España, ahora lo único que agradece es que no ha hecho pesadillas, no ha tenido visiones y ha podido descansar bien. Es en momentos como este de tanta confusión en donde piensa que es lo que diría su padre ¿Sería muy distinto a su madre?
Observando a los niños jugar a la orilla del mar y viendo las nubes cruzar el cielo, repentinamente recibe una llamada, es Simón. —Mañana es la fiesta, te pasaré a buscar a las 9 a tu casa.
Anty siente que se le corta la respiración al escuchar la voz del rubio, el cual insiste al no recibir contestación. —Anty ¿Estás ahí?
Traga saliva y mira por todos lados tratando de sacar este nudo de su garganta, sin entender aún del todo por qué le sucede esto. —!Si! aquí estoy... Gracias por decirme. Te estaré esperando mañana.
5 de febrero del 2004
A petición de Anty hoy Gabriela preparó un pastel de Jaiba y diferentes tipos de ensaladas. Se están acomodando para almorzar cuando de pronto escuchan sonar el timbre. —¿Esperas a alguien? —Pregunta Anty a su madre. —No, las cosas que compre me llegaron ayer ¿y tú?
Anty hace un gesto de negación y se levanta de la mesa. —Hoy pasará Simón por mí para salir, pero no será hasta las ocho de la tarde y recién son las dos. Voy a ver quién es.
Al abrir la puerta esta ED esperando afuera. Anty se siente muy feliz de verlo, ambos sonríen y ED pregunta nervioso. —¿Estás ocupado?
Anty coloca la mano en su nuca. —No para nada, ven pasa.
Una vez al terminar de almorzar y esperar esa tediosa sobremesa que tanto disfruta Gabriela, Anty sube a su habitación con ED y le cuenta que irá con Simón a la fiesta de verano. El cambio en el semblante de ED no se puede disimular, siente molestia de que Simón otra vez tenga más tiempo de estar a su lado y no se demora en acotar. —Pero tengo entendido que esa fiesta es para mayores de 18.
Anty sonríe. —Un amigo de Simón es hijo del organizador de la fiesta, pasaremos con él al vip, nadie nos molestara.
ED se voltea y camina hacia el ventanal del balcón. —Ok, prométeme algo.
