Tras un accidente que cambió por completo su realidad, Anty tendrá que redescubrir aspectos de su pasado completamente olvidados. Atormentado por una visión infernal el cual oculta las claves de la perdida de sus recuerdos, se debate entre el amor y...
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1 de febrero del 2004
Anty, no solo recibió la repentina visita de ED y su madre el día que se juntó con Simón, sino que también una tarjeta de cumpleaños de su parte, apuntada con la fecha de hoy.
Gabriela camina rápida y enérgica por los pasillos de la casa, ingresa a la cocina y prepara el almuerzo para que después su hijo asista a la invitación. Anty escucha la actividad de su madre sentado desde su cama con la mirada un tanto perdida, hace días no ve a Simón y tampoco a Duke y se siente preocupado, se pregunta si estará enojado con él.
Más tarde una vez cumplida la hora de la invitación Anty sale lentamente hacia casa de ED, espera distraerse un poco y pensar mejor si llamar a Simón después o no, se escucha música a la distancia y los atisbos de voces que avivan el espacio como ecos interminables. Al llegar a la entrada Anty se acomoda nervioso el cabello y toca el timbre. Lo recibe un hombre de más o menos unos 37 años, de contextura atlética, cabello castaño y una arreglada barba colorina, poseedor de un semblante cariñoso y amigable. —Hola, bienvenido me llamo Roberto soy el padre de ED tú eres... Anty... Si te recuerdo de el almuerzo el día que llegamos a Chile, no había tenido oportunidad de presentarme, un gusto, pasa por favor... Mi hijo ya estaba preguntando por ti.
Anty sonríe aún nervioso y devuelve el amable saludo de Roberto. —Disculpe, Creo que se me pasó un poco la hora.
Roberto invita a pasar al castaño, mira de pronto hacia el interior de su casa y sonríe. —No, más bien los invitados llegaron un poco antes al parecer.
Anty observa con detenimiento y ve que hay varias personas, chicos y chicas que aparentan de su edad y un poco más grandes también, se abruma de pronto ya que nunca pensó que habrían tantas personas, se siente algo observado al ingresar a la casa mientras decide dar un saludo general a los invitados para luego sentarse en un sofá al lado de los ventanales que dan a una gran piscina, repleta de globos de distintos colores y luces.
Daniela, después de saludar a Anty sube a la habitación de ED. —¿Hijo? llegó Anty, ven a recibirlo y a saludar a tus demás invitados.
ED quien se mira frente a su espejo de cuerpo completo y arregla el cuello de su camisa color celeste, sonríe. —Ya, gracias por avisar mamá, ahora voy.
Daniela baja sin demora y sigue dando atención junto a su marido. ED ya listo para seguirla se acerca hacia la puerta de su habitación y al abrirla, alguien desde fuera se abalanza sobre él y lo retiene con fuerza en el suelo, sorprendido pregunta. —¿Qué haces aquí?
Simón quien ingresó por la parte trasera de la casa sin que nadie se percate, subió sigiloso hasta el segundo piso y aguardó fuera de la habitación de ED por algún momento. —¿No pensabas invitarme?
ED tratando de sacarse a Simón de encima. —Y ¿por qué debería?
Simón arriba de su víctima se acomoda mejor y se acerca al rostro de ED. —Se suponía que me dirías la fecha de tu regreso y se suponía que no nos acercaríamos a Anty. Pero veo que no has cumplido el acuerdo.
