Emma de tan solo 17 años vive por y para su pequeña hermana. La vida no es fácil para ellas, viven en la calle y cada día se complica mas. La vida de ambas cambia abruptamente cuando en su camino se cruza un apuesto joven que esta dispuesto a ayudar...
¿Vivir con un desconocido? Realmente no estaba muy segura de aceptar esa propuesta, él no nos conocía, ¿Por que querría que dos extrañas se quedaran en su casa?
- Agradezco la propuesta pero no creo realmente que sea buena idea.
- Claro que es buena idea - Comenta mi hermana
El hombre que esta frente a nosotras me mira y sonríe. ¿Que le causa tanta gracia?
- Mira, entiendo que desconfíes de mi, no nos conocemos, pero tu estas lastimada aun por el choque, y no es por ser grosero pero ambas están demasiado flacas, como si no hubieran comido comida de verdad durante semanas. La casa es enorme, ni siquiera me daría cuenta de que ustedes están acá.
Luego de un momento en silencio pensando en que decirle, respondo.
- Esta bien, acepto la propuesta, pero solamente hasta que logre conseguir la suficiente suma de dinero para mudarnos a otro sitio.
Mi hermana comienza a saltar de alegría y me da un abrazo, luego sube con la pequeña Bianca al piso de arriba, supongo que se dirigen a su habitación.
En ese momento me doy cuenta que me quede a solas con él.
- Te voy a explicar como van a ser las cosas, ¿Te parece? - Pregunta con amabilidad y con una sonrisa que se me hace encantadora.
"¿Encantadora?""¿Pero que diablos digo?"
- Si, claro - respondo tratando de ocultar mis nervios.
-Bien, tu cuarto sera en el que despertaste esta mañana. La idea es que te levantes a las 8, prepares el desayuno - me guía hacia la cocina y abre un cajón del cual saca un libro - aquí vas a poder encontrar las recetas que usualmente usamos, tienes desde el desayuno hasta la cena, obviamente puedes improvisar y sorprendernos con algo que te guste a vos.
- Entiendo.
- Vale, luego de preparar el desayuno lo sirves en la mesa, yo seguramente este levantado a esa hora, pero te tendrás que ocupar de despertar a mi hermana para que coma y luego arreglarla para ir a la escuela.
- Claro, puedo hacer eso
Él se queda un momento observándome con atención, debe estar pensando que doy asco, es decir estoy desarreglada y seguramente nunca en su vida ha visto una mujer así. Pero que me importa lo que piense.
Luego de analizarme por unos segundos con una sonrisa que aun no comprendo, continua con la explicación.
- La escuela de bian no esta muy lejos de aquí, esta a tres cuadras, la idea es que la acompañes, antes me encargaba de llevarla yo pero últimamente las cosas en el trabajo se complicaron y ya no tengo tanto tiempo.
- Esta bien, no me molesta llevarla.
- Bien, luego de que la lleves a la escuela vuelves y simplemente te pones a hacer la limpieza, no te esfuerces mucho es simplemente para que este un poco mas ordenado y nada mas. También quiero aclararte que puedes agarrar lo que sea de la casa, comida, puedes mirar televisión, creo que no tienes suficiente ropa así que luego te daré para que te compres.
- ¿Que?, no, eso si que no, no lo puedo aceptar.
Thomas me observa con burla en sus ojos y continua hablando.
- No seas orgullosa y simplemente acéptalo, vas a vivir aquí a partir de ahora, te vas a comprar ropa y usaras todas las instalaciones de esta casa, no importa, ¿Esta bien?. Y ademas me encargare de matricular a tu hermana en la escuela de Bianca.
Este hombre es increíble, realmente increíble, yo que pensaba que todos los ricachuelos eran arrogante y malas personas, y él aparece para demostrarme que no.
- ¿Por que haces esto por nosotras?
- Porque supongo que también me gustaría que lo hagan por mi.
- Pero si tu lo tienes todo.
- No, te equivocas, yo no tengo nada Emma, quizás.... - se detiene.
- ¿Quizás que? - pregunto tratando de saber a que se refiere.
- Quizás ahora pueda encontrar todo lo que me faltaba.
Luego de decir eso, aparta la vista y sale de la cocina dejándome con un mar de dudas. Lo veo ir hacia una de las puertas, la cual creo que lleva a su oficina y se encierra en ella dejándome parada sin saber que hacer ahora.
Es domingo, así que no tengo que llevar a Bianca a la escuela, tampoco tengo que hacer el desayuno porque ya son mas de las 11. por lo tanto subo las escaleras y voy hacia la habitación en la que desperté hace algunas horas.
Me recuesto en la cama y cierro los ojos. No puedo creer aun que yo este aquí, esto es un sueño. Pero tengo que tratar de no hacerme ilusiones, esto es temporal, tarde o temprano nos iremos, este no es nuestro hogar, es simplemente un trabajo.
Luego de unos minutos me levanto y me dirigo hacia el baño, tomo una larga ducha y me cambio con algo de ropa que encontré en la habitación, la cual supuse dejo ahí para mi.
escucho que el timbre de la puerta principal suena, por lo tanto bajo y la abro.
Allí se encontraba una mujer, muy hermosa aunque bastante seria, y al parecer no le agrado mi parecencia.
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- ¿Quien eres tu? - Pregunta luego de mirarme de arriba abajo
- Soy la nueva empleada de la casa, mi nombre es Em... - trato de presentarme pero me interrumpe
- No me importa tu nombre querida - entra a la casa, no sin antes empujarme con el hombro - ¿Donde esta Thomas?
- Esta en su oficina - Respondo mientras cierro la puerta.
La mujer va hacia la oficina sin despedirse y yo la sigo simplemente para saber si Thomas esta de acuerdo con su presencia, no quiero que me despidan el primer día de trabajo.
La rubia abre la puerta, Thomas levanta la cabeza y la mira sin ninguna expresión en el rostro, ella avanza hasta él y se sienta en sus piernas y sin decir nada lo besa, lo besa apasionadamente, puedo ver como Thomas abre sus ojos y me ve mientra ella sigue besándolo, me retiro y cierro la puerta ya que supongo no tiene ningún problema con que ella este ahí.
No se porque razón, pero ver eso dolió, dolió mucho, fue como si tuviera una mano presionándome en el pecho, a simple vista esa mujer era hermosa, toda una modelo, y yo... y yo soy yo, no tengo nada especial, no soy hermosa, no tengo dinero, y ni siquiera tengo casa, supongo que es por eso que duele, porque muy en el fondo quisiera ser como ella, quisiera tener lo que tiene ella, incluso a él.
