𝐇𝐄𝐀𝐓𝐇𝐄𝐑

XIX

𝐀𝐆𝐑𝐈𝐃𝐔𝐋𝐂𝐄
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Esa tarde hicieron una reunión en el auditorio con los universitarios que se habían anotado para obtener el intercambio. Eran unos setenta, tal vez, pero solo llevarían a la mitad y la otra mitad durante el siguiente semestre.

Harry sabía eso pero aún así esperaba calificar para la primera, no quería esperar más para ir a California y alejarse de Londres, cada día se sentía peor allí.

Y no es que odiara a sus amigos o algo así, los quería mucho, pero sabía que necesitaba un cambio de aires luego de todo lo ocurrido y sacar finalmente a Louis y las palabras de Eleanor de su cabeza.

Fueron explicando las mismas cosas que ya habían nombrado en los panfletos que estaban colgados por toda la universidad pero de forma más detalla y él solo pudo atinar a esperar mientras rebotaba la pierna contra el suelo y mordía su labio inferior, saboreando un poco su labial.

—Hey, Styles, ¿a dónde quieres ir?

Giró la cabeza y vio a Sam, una compañera suya que también estudiaba música. No eran amigos, pero más de una vez habían hablado entre clases o comparado trabajos.

—Los Ángeles, tengo un amigo que estudia en la UCLA, ¿y tú?

—En la otra punta —sonrió—, Nueva York, mi novia fue a vivir ahí el semestre pasado y me dijo que puedo quedarme en su departamento si es que llego a ir.

—Eso es genial, espero que vayas —sonrió con sinceridad—. Por cierto, amé la canción que presentaste en el auditorio, ¿cómo se llamaba?

—Oh, muchas gracias, Harry, lo mismo digo —la chica sonrió y rascó su nuca, un poco avergonzada—. Se llama Strong.

—Pues eres muy buena compositora y cantas realmente bien; ojalá te vaya bien en Nueva York.

—Igualmente, Harry —la chica le sonrió y mantuvo el gesto unos segundos.

Bueno, por lo menos ya cumplió su buena acción del día. Sonrió para sí mismo al tiempo que comenzaban con la lista de universitarios.

( . . . )

Tanto Sam como Harry consiguieron el intercambio y tenían dos semanas y media para prepararse.

Ese día tuvo una conversación con sus amigos en el grupo de chat, la cual repasó una cuantas veces para confirmar el contenido.

Resopló y miró la hora: faltaban quince minutos para las seis. Aprovechó ese tiempo y le envió un mensaje a Conan también.

Soltó una carcajada mientras mensajeaban; ellos desarrollaron esa manía de llamarse “esposos” sin razón alguna, no recuerda cuándo comenzó, pero amaba ese chiste interno, sentía que era muy suyo.

Niall le envió un mensaje diciendo que tanto él como Liam y Zayn ya estaban esperando afuera y su semblante cambió a uno nervioso.

( . . . )

—¿Entonces te irás?

—Uh, sí... —se apoyó contra la pared frente a ellos y cruzó los brazos.

Niall hizo una mueca de tristeza y apretó los labios en una línea, Zayn pasó las manos por su cabello, desordenándolo.

—¿Permanentemente?

Llevó la vista a Liam y lo pensó, ¿sería capaz de mudarse completamente a Estados Unidos, dejar todo lo que tenía en Londres? Acarició su nuca y suspiró.

—¡¿Sí lo harás?! —Niall se levantó del sofá con el ceño fruncido.

—Niall...

—¡No quiero perder a mi mejor amigo! —lo miró con ojos brillantes y Harry sintió su pecho oprimiéndose.

—No está decidido todavía, por ahora solo será un semestre, yo... —se sentó entre Zayn y Liam y bajó la mirada—, no me siento cómodo aquí, quiero cambiar de aires, comenzar de nuevo, tener más oportunidades —sonrió ligeramente y Liam pasó un brazo por sus hombros. Niall suavizó un poco su mirada y volvió a sentarse—. No les conté, pero Eleanor y Louis me hicieron bastante daño después de la presentación en el auditorios; Eleanor vino a hablar por los dos, dijo cosas horribles que realmente me lastimaron, por eso estuve aislado y no invité a Louis —negó con la cabeza—, y aunque me duela dejarlos, no quiero seguir aquí.

—¿Te volveremos a ver? —Zayn habló por primera vez. Aunque no lo demostrara, Zayn era bastante propenso a ser sensible durante las despedidas, un brillo triste en sus ojos demostrándolo.

—Claro, no se librarán de mi tan fácilmente.

—Yo digo que salgamos a un bar, señores —el rubio se paró y aplaudió dos veces—, nada de chicas, chicos en el caso de Harry, solo nosotros, ¿quieren?

Los tres chicos en el sofá se miraron entre ellos y asintieron; con tenues sonrisas fueron hasta el auto de Zayn, quien condujo al bar más cercano.

Y mientras el viento que entraba por la ventallina chocaba contra su cara, pensó que las despedidas eran tan agridulces y que tal vez ese no era el final, defintivamente volvería a ver a sus amigos.

Tal vez podría escribir una canción sobre eso.