El diario de Emily

Cinco

Mientras tarareaba la canción golden de mi futuro esposo, me acerco sigilosamente hacia mí casillero, junto al sabroso desayuno, sin saber que hacer con el.

De pronto sus palabras resuenan en mi cabeza "Y no seré yo quién te lo haga saber, deberás descubrirlo por ti misma, aunque no creo que se te haga difícil, pues todo el instituto sabe de nuestra reputación"

Es por eso que miro a mi alrededor buscando a quién preguntarle y doy con una chica que a mi lado busca sus libros.

- Hola, disculpa ¿puedo preguntarte algo?- digo con una voz temblorosa, siento como mis manos empiezan a sudar en exceso.

- Hola, si claro.- la chica deja de buscar para mirarme fijamente.

- Bueno...-comienzo sin tener idea de que decir.- te parecerá algo raro, pero...-rayos ni siquiera se su nombre, sin embargo, la imagen de Noah viene hacia mí como un relámpago.- ¿Conoces a Noah?

- Te refieres al asiático que está para morirse.- asiento, y siento como mi cara es invadida por un ligero calor.- Claro que lo conozco, todos lo conocen en realidad ¿por qué?- curiosea.

- Es que ayer me sucedió algo muy incómodo y...-me interrumpe.

-¡Ya sé!- sus ojos se abren con sorpresa.- Sabía que te conocía de algún lado, vaya caída chica, y lo peor no tienes idea de con quien te metiste.- dice negando con la cabeza, una alarma resuena en mi mente e inconscientemente una expresión de horror se forma en mi rostro.

- ¿Qué?- digo al borde del llanto.

- No lo digo por Noah, sino por Luke, él es taaaan...- se lleva la mano al mentón dubitativa.- ¿raro? Se llama así mismo "the king", lo cual de por sí ya es bastante extraño, tampoco es un Adonis, pero se cree demasiado, bueno la cosa es que...- el timbre resuena por los pasillos, evitandome escuchar sus últimas palabras.-...venganza.- es lo único que logro captar.- Bueno me tengo que ir voy tarde.- toma sus cosas y cerrando su casillero empieza a correr.- ¡Suerte con tu problema!- me grita a lo lejos.

¿Acaso dijo algo de una venganza?

Asustada hasta los pies, comienzo a caminar con la cabeza agacha, pensando en el lío que me he metido.

¿Por qué, por qué ahora, si antes nunca me había pasado algo como esto? Me cuestiono.

Debe ser el karma por tantos secretos acumulados que tienes en tu diario.

Me recrimina mi conciencia.

Si tan solo...

Si tan solo...

Si tan solo...

De pronto siento que choco con la espalda de alguien.

No otra vez por favor

- Fíjate por donde caminas.- es esa voz, mi pesadilla cobra forma humana cuando voltea a verme.- ahhh miren a quien tenemos aquí, mí chica nueva.- dice apretando una de mis mejillas, con un valor que me sorprende empujo su mano de mi cara, él parece indignado porque frunce su seño.

- Aquí tienes.- digo entegandole el desayuno.

- Recuerda que estás a mi disposición, lo que significa que estás muestras de rebeldía no están permitidas, solo por ser esta vez te lo perdonaré, pero no habrá una segunda.- dice serio, y tomando la bolsa con el desayuno entra en la sala, y yo por desgracia debo hacer lo mismo.

Ya estando dentro él se dirige hacia la última fila junto a su grupo, y sin poder evitarlo volteo mi vista hacia allí buscando a mi flechazo, sin dar con él, así que me encamino hacia mi puesto, en donde no me sorpende ver que mi nuevo compañero de puesto lee su manga.