Capitulo III. CASA VENDIDA

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...

Desperté sintiendo a mi hija balbucear...y entonces comencé a llorar, pensando en cómo todo se fue al carajo en tan poco tiempo. Todo lo que habíamos planeado juntos, nuestra hija, nuestra casa, todo se acabó por un maldito engaño.
Tome a mi hija entre mis brazos y la bese....

- Perdón hija, perdóname por no haberte dado la hermosa familia que te mereces, perdóname por este sufrimiento que te estoy causando. Perdóname por ser tan poca cosa para tu papá.

Me estuve culpando por muchas cosas. Por haber tenido a mi hija por cesárea y tener ahora una marca enorme en mi estómago - y se que esto es realmente normal y hermoso, pero el solo pensar que mi esposo me había dejado por alguien mejor y con todas sus curvas perfectas hacia que me sintiera peor de lo que ya estaba - porque mis pechos ahora estaban grandes, pero sabía que en el momento en que terminara de lactar se caerían. Por no haberme cuidado y estar ¡GORDA!.

No entiendo la manía de los hombres por ver a una mujer con curvas perfectas, piensan que eso durará toda la vida. Estereotipos tontos que crearon, trato siempre de amarme, de sentirme bien conmigo misma, de saber que soy una mujer  hermosa, o por lo menos creerlo. Pero no, al recordar el engaño de mi esposo me vuelvo a derrumbar, los recuerdos vuelven y lloro una y mil veces.

Mi celular suena, seco mis lágrimas y aclaro mi voz antes de responder.

...Diga...

...Meli, soy Victoria, te tengo una respuesta sobre la venta de tu casa ¿Te parece si nos vemos a las doce en la cafetería frente a tu local? ...

...Claro que si, Vic, muchas gracias, te veo ahí...

...Vale...

Ahora sí, estaba decidido, tendría que dejar la casa, me dolía, pero sabía que estaría mejor lejos, que recordando todo lo que pasó aquí. Me levanté con mi hija en brazos y la cambie. Me cambié yo y baje a hacer un pequeño desayuno. Puse pañales, ropa extra y algún juguete en la pañalera de mi hija, salimos rumbo a mi local, aún era temprano, así que empecé a hacer algunas cosas que quería dejar antes de irme, poco a poco empezo a entrar gente, atendí de manera amable, como siempre lo había echo, mis problemas personales no influian en mi trabajo.

Esperaba que Dani o Luci llegarán pronto, así podría dejarles a mi niña e ir con Victoria. Se que mis padres seguirán sin aceptar mi decisión, pero se que es lo mejor. Cuando regrese será mejor, seré una mujer más fuerte, nadie me reconocerá y el cambio será bueno. Lo sé, lo presiento

...

Llegó la hora de encontrarme con Victoria y gracias a Dios ya había llegado Lucí, le dejé a la niña y crucé el pasillo para entrar a la cafetería.

- Meli, hola - saludo Vic apenas vio que entre a la cafetería

- Hola Vic, ¿Cómo estás? - la saludé con un beso en la mejilla y me senté frente a ella.

- ¿Desean algo de tomar? - pregunto la joven mesera

- Un mocaccino, por favor - pedí

- Si, que sean dos por favor - respondió Vic.

- Claro, enseguida se los traigo.

- Bien, tengo dos compradores para tu casa - comenzó diciendo Victoria - los primeros, son una pareja de recién casados, jóvenes que simplemente buscan una casa en dónde vivir. Los segundos, son unos hermanos, que buscan un lugar en dónde vivir y que esté cerca de donde sus padres viven. Hablé con los dos, les di el precio y ambos están interesados, pero... - guardo silencio, pues en ese momento llego la chica con nuestra orden.

Mi Verdadero Amor #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora