Mareo

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Luego de lo que le pareció una eternidad, en un día en el que tuvo que permanecer recostado, tomando medicinas constantemente y siendo cuidado por la única persona que lograba sacarlo de quicio, pero que también lograba robarle suspiros, finalmente logró mejorarse, por lo que al día siguiente retomo sus actividades como el tercero al mando de Big Deal

Se encontraba tomando un pequeño descanso cerca del faro al cuál tanto le gustaba ir. Se había vuelto una rutina sagrada para él ir a ese lugar cada vez que se sentía agotado, estresado o cuando simplemente buscaba fumar o beber tranquilamente.

Aunque ahora estaba ahí más que nada para despejar su mente de tantas ideas que lo mantenían inquieto, de nuevo, ideas que involucraban a ese joven que lo volvía completamente loco.

— Ugh, la brisa del mar el día de hoy me hace sentir... Mareado...

Había suspirado con fuerza, provocando que el viento húmedo y salado del mar se impregnará en sus fosas nasales. Normalmente, esa clase de briza lo relajaba por completo, pero ahora era distinto, aquel aire tan característico de la costa justo ahora lo hacía sentir enfermo.

"debe ser a causa del resfriado... Quizás aún me siento mal por ello"

Pensó, tratando de controlar ese agobio que lo hacía sentir que podría desvanecerse en cualquier momento.

— ¡Ey! Es un gusto verte por aquí ¿Te sientes bien el día de hoy?

Detrás de él, llegaba con un andar sereno aquella persona a quién menos quería ver en esos momentos, cuya presencia solo provocó que el vértigo que sentía aumentará aún más.

— Estaba bien hasta que llegaste.— respondió sin siquiera dirigir su mirada hacia él.

— Si, yo también te extrañe. — Bromeó él más alto, parándose firme a un lado de Samuel, quien bufó molesto al tenerlo tan cerca.

— ¿Que te trae por aquí príncipe Gángster?.

— Maldita sea... No se te ocurra llamarme así de nuevo.

— Yo te llamo como quiera, perra.

— Bien, en ese caso no te quejes cuando llegue a ponerte algún apodo, querido Samy. — Comentó en un tono burlesco, provocando que Samuel lo mirará con disgusto.

El de muchos tatuajes comenzaba a desesperarse. Por más que aparentará, aquel joven de negros cabellos lograba ponerlo muy nervioso, tan nervioso que ni él mismo se daba cuenta de la manera en la que su cuerpo reaccionaba casi de forma automática al verlo. Ya fuera por qué suspiraba bastante o por qué lograba que algunas cuántas sonrisas se formarán en sus labios, pero Jake siempre lograba robar algo de él con su sola presencia.

— Vete a la mierda...

— Si, esa clase de respuesta esperaba. — sonrió aún más ampliamente, enfureciendo aún más a su contrario.

Harto de tantas burlas, Samuel tomo a Jake del cuello de su camisa, jalandolo con fuerza hacia él, mirándolo lleno de rabia.

— Escucha cabrón, no por qué me hayas ayudado ayer voy a permitir que tomes esa actitud conmigo, así que más te vale que me trates con más respeto, perra.

Jake lo miraba sin expresión alguna en su rostro, lucía demasiado tranquilo para la clase de situación en la que se encontraba. Inesperadamente, el joven Kim en lugar de molestarse decidió aprovechar aquel momento para bromear y hacer enojar aún más a su contrario. Coloco sus manos sobre la cadera de Samuel, empujando aún más su cuerpo hacia el de él, haciendo que el de moicano se pusiera aún más nervioso, lo miró con una enorme y resplandeciente sonrisa para después susurrarle en el oído.

— Y tu más vale que dejes de tratarme así, o esta vez te demostraré mi lado más aterrador... Perra...

Después de ello, Jake se zafó del agarre de Samuel, empujándolo con su hombro en cuanto estuvo dispuesto a alejarse. Samuel por su parte, seguía atónito, le costaba creer que lo que acababa de suceder fuera real, aún podía sentir las manos de Jake sobre su cadera, atrayendolo hacía él con fuerza, provocando que su piel se erizará por completo.

Si no hubiera sido por que debía controlarse, justo en ese momento habría mandando todo a la mierda solo para poder tomar al chico y besarlo con pasión como tanto deseaba hacer.

Respiró hondo, tratando de recuperar la compostura, pero la excitación junto a la brisa salada del mar solo provocó que terminara mareandose aún más, por lo que tuvo que tomar asiento en una de las tantas enormes rocas que se encontraban cerca de esa zona.

— Tu grandísimo hijo de...

Trato de maldecir, pero su propia voz se quebró en cuanto intento hablar, por lo que solo tomo desesperadamente su cabeza, en un intento de calmar ese extraño sentimiento que se apoderaba de su cuerpo. Se puso de pie rápidamente, dirigiendo su vista hacia aquel que lograba enloquecerlo solo con su voz, para llegar hasta él corriendo lo más rápido que pudo.

— ¡Ey! Vuelve aquí idiota, no he terminado contigo. — Volvió a tomarlo del cuello, acercándolo con agresividad.

— Pero yo contigo si, Así que deja de molestarme por favor. — Tomo con fuerza la mano con la que era jaloneado, tenía una mirada tan seria y fría que haría que hasta un tipo tan fuerte como Samuel se estremeciera del miedo y la admiración.

— Tu, pequeño hijo de perra... ¿Como demonios es que... —Puso su frente sobre la de Jake, igual que un animal salvaje cuando intenta lucir dominante ante sus rivales. — ¿Como rayos logras sacarme de quicio tan fácilmente?.

Sus rostros estaban tan cerca que solo era cuestión de centímetros para que sus labios se unieran por completo. Podían sentir la respiración del otro sobre ellos, pero ni de esa forma Jake parecía inmutarse, al contrario, ahora parecía más dominante que nunca, lo cual hacía sentir aún peor a Samuel.

— Y tú ¿Como mierda puedes ser tan malagradecido después de todo lo que hice ayer por ti?. — De nuevo había colocado sus manos sobre la cintura de Samuel, atrayendolo de forma inconsciente hacia él.

La tensión que había en el ambiente era pesada. Samuel solo se debilitaba más y más a cada segundo que pasara. Eso era todo, estaba en su límite ya, no le importaba ya nada, ni su reputación, ni su apariencia, ni lo que Jake llegará a pensar de él luego de esto, si no lograba contener esa locura, terminaría haciendo algo de lo que posiblemente se arrepentiría después.

— Vete a la mierda idiota... — Bufó molestó, pasando sus manos del cuello de la camisa de Jake hacia su nuca, empujando con fuerza su cabeza hasta hacer que sus labios chocarán.

Abrió la boca ligeramente, como si tuviera aún asco o miedo por esa pequeña muestra de afecto que le parecía tan prohibida. Aunque para nada había afecto en ella, más bien era algo lleno de deseo y de una lujuria que había contenido por mucho, misma que lo hizo atreverse a más, logrando que su boca se abriera lo suficiente como para introducir su lengua por completo.

Si bien, ese beso ya era soprendente por si solo, aún más sorprendente fue ver qué Jake correspondió muy bien a este, abriendo también su boca e introduciendo su lengua en la cavidad ajena, provocando que ambas lenguas chocarán y se enlazarán entre sí.

Las manos de Jake recorrían peligrosamente las caderas de Samuel, mientras que las manos de Samuel acariciaban violentamente la espalda y nuca de Jake. Sus cuerpos se acercaron aún más, hasta que sus caderas chocaron entre si, mostrando lo que para entonces ya era más que obvio, que ambos estaban disfrutando demasiado de aquél momento y que sus pantalones comenzarán a molestarles de la entrepierna era prueba de ello.

Pequeños sonidos guturales y algunos cuántos gemidos habían escapado por momentos de la garganta de ambos jóvenes, pero tan repentino como había iniciado, también de esa forma había acabado, pues de un instante a otro Samuel empujó con fuerza a Jake para alejarlo de él, escupiendo en el suelo después de aquel intenso y apasionado beso.

— Te odio... — Fue lo último que le dijo antes de irse, dejando tras de sí a un muy mareado, confundido, pero igualmente muy satisfecho y alterado Jake.

I Hate Love You (JakeXSamuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora