Parte 29: Nuevas Varitas

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--¡Es un idiota!-- exclamo Ron en un tono ofendido --Le encanta tenernos ansiosos--

--Por ahora hay que esperar-- le dijo Hermione calmada

--No me gusta que tenga interés en la espada-- comento Ginny y yo asentí de acuerdo con ella

--Lo necesitamos pero aun así debemos tener cuidado... tiene un odio hacia los magos muy grande-- dije y ellos asintieron

--¿Crees que Bellatrix sepa que lo que hay en su bóveda es un Horrocrux?-- me pregunto Hermione y yo negué con la cabeza

--¿Por qué tan seguro?-- me pregunto Ron

--Pues a Lucius nunca le dijo que el diario era un Horrocrux, no creo que con Bellatrix sea diferente-- respondí seguro

--Pero hay algo más que no entiendo-- dijo Ron pensativo --No creo que Gringotts sea un lugar especial para Quien-ustedes-saben--

--Yo tampoco lo creo-- respondí --Él era un chico sin padres y vivía en un orfanato muggle, no tenía herencia ni tampoco tenía dinero para entrar a Gringotts, pero todos saben que Bellatrix y su esposo fueron sus más fieles seguidores, no me extraña que haya querido esconder un Horrocrux en su bóveda... después de todo el piensa que Gringotts es el lugar más seguro en el mundo mágico a parte de Hogwarts, nadie se atrevería a entrar allí--

--Nadie aparte de nosotros-- afirmo Ginny divertida y yo sonreí

--Tienes razón-- le tome la mano

--¿Para qué quieres ver a Ollivanders?-- me pregunto de nuevo Hermione

--Necesito saber algunas cosas sobre las varitas que robamos, tengo también muchas más preguntas-- respondí serio --¡Vamos con el!--

Nos dirigimos a la habitación diagonal en la que estaba Griphook y entramos después de que escuchamos un débil "Pase", esta habitación no era muy diferentes a las otras así que decidí no prestarle mucha atención nada más que el señor Ollivanders, este estaba descansando en una de las camas con la mirada perdida en la ventana.

Se veía muy afectado, después de todo Voldemort lo había torturado para sacarle información sobre la Varita de Saúco.

--Oh chicos-- nos saludó con una sonrisa --No había tenido el tiempo para agradecerles por sacarme de allí-- nosotros sonreímos

--No fue nada señor-- respondí y después de que nos sentáramos en la cama de al lado, Ginny me paso mi varita rota --Necesito su ayuda señor Ollivanders--

--Pídeme lo que quieras muchacho-- respondió el

--¿Esta varita tiene arreglo?-- pregunte un poco tembloroso, no solo por el nerviosismo de que me dijera que no sino también porque la cicatriz que me dolía cada vez más y ni siquiera sabía cómo es que me mantenía consiente

--Acebo y pluma de fénix-- murmuro el fabricante examinando las dos mitades de mi varita --Veintiocho centímetros, bonita y flexible--

--Si-- le dije con un poco de esperanza --¿Cree que tenga arreglo?--

--¡No!... lo lamento mucho-- respondió entregándole y yo asentí un poco cabizbajo

La verdad ya me había esperado esa respuesta, pero fue muy doloroso confirmarla, era mi primera varita y con la que pelee todas mis batallas, en este momento me iba a servir de mucho, pero si no tenía arreglo tenía que continuar.

Guarde los dos trozos de mi vieja varita en mi bolsillo y me volví de nuevo hacia el señor Ollivanders.

--¿Puede identificar unas varitas?-- pregunte

Harry y Ginny: Hasta el FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora