ＤＡＭＡＧＥ ◦ೋ•◦❥•◦ೋ• Twilight: The Saga

#15

「❛ Ｔｗｉｌｉｇｈｔ:
𝕾𝖈𝖆𝖗𝖊𝖉❜」'

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Ellise - Lilith
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Estando todos es nuestra posición, nos dimos cuenta de que había comenzado a ponerse oscuro el cielo, más y, verse unos truenos, haciendo que mi cuerpo temblara ante el ruido fuerte.

Edward tomó con más fuerza mi mano, y la mirada de Bella se fijo en nuestra acción, no desee voltearla a ver porque presentía que tendría un rostro nada agradable. En poco, unos chicos salieron del gran bosque uno por uno como en fila, estaban a doce metros de nuestra posición.
El primero era un rubio, el cual de inmediato se apartó para dejar ver a un chico alto moreno con pelo negro, poniéndose en medio de los tres, como si quisiera dejar en claro quién lideraba. Después de ellos venía una mujer, de cabellos muy rizados y rojizo, su rostro aún me era indescifrable por lo que esperé. La forma en que caminaban era lenta, elegante, pero estando atentos a cualquier cosa, como un gato, esperando para acechar a su presa. Se veía cuán diferentes eran a los Cullen lo cual me hizo pensar que no todos los vampiros no eran iguales y que la esperanza de que hubiera más como esta familia era muy escasa, asustándome de alguna forma. Conforme se acercaron note que su ropa era tipo excursionistas, siendo ésta desgastada y yendo descalzos. Carlisle salió de entre el lado de Jasper y Emmet para posicionarse frente a nosotros, siendo él quien hablaría con ellos, los otros se pusieron en guardia y erguidos, igual que los de aquí, dando entender esa pequeña desconfianza de la situación, mientras que el chico de piel morena —que era alguien notablemente musculoso, sin ganarle a Emmett— tenía una expresión calmada y agraciada, su vista fue de todos para luego terminar en Carlisle con una sonrisa agradable. La mujer tampoco dejaba de ver a los lados, y más a quienes nos cubrían a mí y a Bella. Tenía ropa más afeminada, salvaje y su cabello alterado llenado de hojas de árbol, le daban un aspecto no muy favorable pero la belleza de ella estaba ahí, y el otro chico que la acompañaba, de cabellos medios cortos estando entre rubio y castaño, siendo un poco más bajo y de complexión delgada que su jefe, sin embargo, era el más atento de los tres.

— Creímos escuchar a alguien jugar. —El acento francés en él se notaba. — Me llamo Laurent, ellos son Victoria y James.

Señaló a sus acompañantes.
Los ojos de ellos eran un tono borgoña-carmesí, muy intenso, te intimidaban si los mirabas por buen rato.

— Soy Carlisle, y ésta es mi familia: Emmett y Jasper. Alice, Esme, Rosalie, Ahri, Evelyn, Bella. Edward y Hana. —Nos agrupó por diferente, intentado que no llamáramos la atención.

Al principio me confundí un poco por mencionarnos a mis amigas y a mí.

— ¿Hay sitio para unos jugadores más? —Inquirió Laurent con gusto.

— Recientemente terminamos el partido, pero en otra ocasión nos encantaría. —La voz amable de Carlisle hacía que fueran más cómodas las cosas.

— Lástima, nos hubiera encantado jugar.

— ¿Se piensan quedar un poco más en esta zona?

— Vamos hacia el norte. Pero tuvimos curiosidad de ver qué había aquí. —Confesó, viéndonos a todos de nuevo. — Llevábamos mucho sin compañía.

— Es normal. Esta región suele estar sola, exceptuando a mi familia y algún que otro visitante: como ustedes.

— ¿Cuál es su territorio de caza?

Sentía que al atmósfera pesada de antes se comenzaba a relajar, e iban por charlas normales.
Mi mente supuso que esto era gracias a Jasper, quien lograba controlar la conversación.

— Es ésta, montes Olympic y Coast Rangers la cual es muy ocasional. Tenemos una residencia no muy lejos de aquí y otra en Denali.

— ¿Residencia? ¿Es permanente? —Se recargo en sus talones, manteniendo esa curiosidad en sus ojos por tal información.

— Sí, de hecho, ¿por qué no nos acompañan a casa y charlamos allá? —Invitó el rubio con normalidad. — Es una larga historia.

Victoria y James mostraron un rostro de sorpresa tanto por la invitación y porque Carlisle tenía un "hogar", Laurent se mantenía neutral ante ello.

— Interesante. Hemos estado de caza desde Ontario. —Mostró una sonrisa encantadora. — No hemos tenido tiempo de asearnos.

Miró la ropa de Carlisle, la cual era notablemente más limpia y fina.

— No se ofendan, por favor, pero les pido que no cacen alrededor de esa zona. Necesitamos pasar desapercibidos.

— Claro. De todos modos ya terminamos de alimentarnos a las afueras de Seattle. —Se echó a reír.

— Les mostraré el camino si quieren venir con nosotros. —Luego volteó a ver a sus hijos. — Alice, Emmett vayan por el jeep con Bella, Ahri, Evelyn y Hana.

Edward se tenso al ver que no venía con nosotros, por lo que su padre le vio.

— Y Edward.

Y su cuerpo de inmediato se calmó, esto llamó la atención de Laurent aunque no dijo nada. Aún tomada de la mano de él, comenzamos andar juntos a mis amigas las cuales hablaron con Bella en voz baja, tratando de calmarla, yo por mi parte miraba al frente.
Era un intento de concentrarme en algo que no fueran las personas de atrás nuestra y los truenos horribles del cielo, es como si el clima gritara que nos fuéramos lo más rápido posible de ahí y yo estaba más que gustosa de desaparecer de su vista. Una suave brisa recorrió a todos nosotros, pero en especial a Bella, su cabello se movió de lugar y el sonido de un olfato en el lugar se presenció, luego unos pasos viniendo hacia nosotros fue lo que escuchamos.
Edward fue el primero que me puso a su espalda y optó por una postura erguida a la vez defensiva, dejando mostrar su dentura blanca, un gruñido fuerte salió desde su garganta. James paró su andar y también tomó la misma posición que Edward, en segundos todos tomaron la postura de ellos.
Ahri y Evelyn estuvieron encima de nosotras, asustándome porque les hicieran daño, pero me aleje un poco para tomar ahora de la mano a Bella quien se encontraba bastantemente asustada por la situación.

— ¿Qué pasa? —Exclamó Laurent, confundido.

Las posiciones de Edward y James eran las más notables, Edward protegiendo lo que había detrás de él y James en acecho de su presa.

— Ellas están con nosotros. —Dijo firmemente Carlisle hacia James.

Laurent aún dudoso, dio un paso más y vi como uso su nariz para rebuscar el olor que James percibió. En segundos fijo su mirada hacia mí y a Bella.

— ¿Nos trajeron un aperitivo? —Preguntó, sorprendido pero dando pasos hacia nosotros inconscientemente.

— Y también traen a un perro. —Habló Victoria, viendo a Evelyn.

¿Perro?

— Deberías tener nuevas ideas si piensas ofenderme, sanguijuela. —Evelyn soltó con rabia.

— Evelyn. —Ahri la llamó, en un intento de calmarla.

Edward se miraba más rígido que nunca, nuevamente gruñó cómo un león con rabia y Laurent de inmediato retrocedió unos cuantos pasos.

— He dicho que ellas están con nosotros. —Reafirmó Carlisle en seco.

— Pero son humanas. —Protestó.

Aún parecía atónito por tal información.

— Sí.

De inmediato Emmett se puso a lado de Carlisle, mirando amenazante a James el cual no tardó en volver a su posición normal despacio. No dejaba de ver a Bella, pero luego se fijo en mí, por unos momentos mi cuerpo tembló de forma inconsciente.

— Parece que aún nos falta mucho por aprender.

— Sin duda.

— Aún nos gustaría aceptar su invitación. —Nos miró por unos segundos y luego a Carlisle. — Y claro, no le haremos daño a las humanas. Como dijimos antes, no cazaremos en su territorio.

Pareciese que le hubiera caído un balde de agua fría a James porque tenía un rostro atónito, que pasó rápido a uno de rabia, irritación e intercambio miradas con Victoria.

— Les mostraremos el camino. Rosalie, Jasper, Esme.

Los llamó y de esa manera todos nos rodearon, una forma de que perdieran el interés en nosotras. Rápidamente Evelyn me tomó de la mano, para jalarme con ella, y Ahri estaba detrás de nosotras junto a Emmett que miraban aún agresivamente a los chicos.
Alice tomó de la mano a Bella, con gentileza y la hizo caminar. Bella se miraba afectada, pues su caminata era torpe y lenta, me preocupe por sus emociones que a mí se me olvidó por un momento que también me deseaban y no de buena manera.
Sentí una mano en mi cintura, forzándome a soltar la mano de Evelyn y me cargo en sus brazos.

— Rápido.

Sentenció Edward, molesto, perdiendo aquella voz amable que siempre escuchaba cuando hablábamos.