Hana Lee, alguien bastante animada y tierna, descrita así por sus padres, años lleva en Forks y aún así no se acostumbra al ambiente de este.
Pero logró acomodarse a su nueva familia además de amistades.
Eso se acaba pues todo se vuelca al enterarse...
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Bea Miller - Feel Something
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Saqué las llaves de mi bolsillo y abrir la puerta, para luego cerrarla con mi pie cuanto estuve dentro. Observé mi hogar con detalle; simple, con colores cálidos y fríos, un poco de ambos, fotos de nosotros decorando algunas paredes, objetos, y flores. Un ambiente bastante hogareño además de cómodo.
— ¡Ya llegué!
Eleve un poco mi voz para avisar de mi llegada, fui hacia la sala de estar donde dejé mi mochila en el sillón, mismo lugar que me senté con cansancio. ¿Debería dejar la escuela? Mi madre dice que bailo muy bien. Tal vez sea una buena idea, ganaría buen dinero, dinero por bailar, no suena mal. La voz de mi madre me sacó de mis pensamientos.
— Bienvenida, cariño. Estoy haciendo la comida.
—¿Qué es? ¿Quieres que te ayude? —Me levanté de mi asiento y fui a la cocina.
— Haré spaguetti. Favorito de tu papá. —La miré echando algunas especias a la salsa. - Y no, no me ayudes. La otra vez casi incendias la cocina.
— Eso fue porque estaba sola. —Rodee mis ojos para ir hacia el lavabo donde tomé un vaso para llenarlo de agua. — Por cierto, un amigo me invitó a comer.
— ¿Amigo? ¿Desde cuándo tienes amigos?
— ¡Mamá! —Ella rió. Deje el vaso de lado para verla. — Es enserio, es con Edward.
— ¿Edward Cullen? —Asentí y ella sonrió. — Puedes ir, sólo no regreses tarde.
— Ah, y también tendré pijamada con las chicas. ¿Puedo? —Se le nota a sorprendida por el querer salir tan abruptamente. Bueno, nadie dijo que no debo de salir de vez en cuando.
— Claro. Solamente también dile a tu papá.
— Eres la mejor. —Besé su mejilla y fui hacia mi habitación, no sin antes de tomar mi mochila.
Lancé la mochila en una de las esquinas del cuarto, y saqué algún vestido sencillo de ahí, color cremita, me cambie de ropa dejándome las mismas zapatillas. Arreglé un poco mi cabello, puse perfume y mis aretes de forma de corazón. Tomé otra bolsa de color rosa pastel, lo abrí y fui a mi armario para tomar mi pijama, uniforme, cambio de ropa interior, cosas de higiene personal y mis cremas, además de accesorios que siempre uso, y así por fin la cerré. Bajé con un pequeño bolso color café, para encontrarme con mi padre, llegando apenas y sentándose en el sillón.
