Capítulo 11

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Jimin.

Estamos acostados en la cama, frente con frente en la pálida luz de la luna. Debería sentirme cohibido sobre nuestras actividades de ducha anteriores, pero me siento completamente feliz y relajado. Saber que Jungkook me desea tanto como yo a él —que su deseo hacia mí no tenía nada que ver con la transacción en la subasta y que fue la culminación de la lujuria cruda—, hizo que fuera mucho mejor.

—Tengo una idea… —dice Jungkook, mirándome pensativamente—. Acerca de que trabajes.

Ha cambiado de opinión. No me quiere fuera de la casa, mi único propósito era encontrar un trabajo. Trago saliva con dificultad y encuentro su mirada.

—¿Qué es?

Su pulgar se extiende para alisar la arruga grabada en mi frente.

—¿Qué piensas de trabajar para una de mis empresas? —Es sólo otra manera de estar atado a él. Yo quería algo para mí. Pero cuando abro la boca para hablar, él continúa—: Sería para mi organización de caridad. Estoy patrocinando un proyecto muy importante en África y podría necesitar ayuda extra. Trabajo de oficina principalmente… Si eres bueno transcribiendo textos y archivando. Taehyung es mi único empleado a tiempo completo de la oficina, y ha estado trabajando siete días a la semana simplemente tratando de mantenerse al día con el trabajo. En realidad, sería una gran ayuda.

Sabiendo que es para la caridad, y que no está simplemente dándome algún trabajo de relleno por lástima, me encuentro asintiendo.

—Está bien. Lo haré.

—Perfecto. Le haré saber a Taehyung. Puedes comenzar cuando más te convenga.

—Mañana estará bien. —No creo que sea necesario otro día de descansar bajo el sol o correr sin rumbo a través del sinuoso vecindario de mansiones de Jungkook. Se ríe.

—Mañana será.

***

Jungkook me despierta por la mañana con besos tiernos en mi nuca y yo presiono mi trasero en su entrepierna y gimo con ambas sensaciones. Los besos húmedos y la rígida longitud de su erección situada entre mis nalgas me animan al instante. Estoy bien despierto. Y de repente, muy cachondo, recordando el orgasmo estremecedor que me dio anoche.

Pellizca la base de mi cuello, moviéndose más abajo por mi espina dorsal.

—¿Eso se siente bien, dulzura?

—Sí. —Suspiro. Dándome la vuelta para poder verlo, llevo mis brazos alrededor de su cuello y me acurruco más cerca. Me gusta nuestra nueva falta de límites a la hora de tocar. Se siente bien ser sostenido después de no tener un hombre en mi vida durante tanto tiempo. Anoche nos unimos y es obvio que nos estamos acercando más. Tengo la sensación de que lo voy a echar de menos, incluso más que antes, cuando esté en el trabajo.

Nos besamos y abrazamos durante varios minutos en la gran cama cálida, antes de que Jungkook se arrastre fuera, diciendo que necesita ducharse y prepararse para el trabajo. Supongo que yo también.

SUCIAS Y HERMOSAS MENTIRAS #1 - |kookmin| +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora